ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Padre e hijo apuestan por el cultivo de la tierra. Foto: Julio Martínez Molina

AGUADA DE PASAJEROS, Cienfuegos.– Esta es una historia de familia y de devociones compartidas, quizá no tanto por razones genéticas como por la comprensión de un hijo hacia su padre y la relevancia de la labor que este realiza, la cual él también aprendió a desarrollar, cobrándole afecto tal que ya no piensa abandonarla nunca.

Melquiades García Leyva es hoy día un joven que desde pequeño vio a su padre en la finca, aunque –cuenta– de niño nunca le concedió particular importancia a esa rutinaria acción del viejo de ir al campo al amanecer y regresar en la tarde.

Sus focos de atención entonces eran otros: la escuela, ir a un potrero cercano a jugar pelota con sus amiguitos, bañarse en el arroyo… Más tarde cumplió sus dos años en el servicio militar. En sus visitas de pase a la casa, reparó en que el calendario ya le iba pasando factura a papá Melquiades y que no había otro hombre para encaminar las siembras.

Un día, antes de retornar a la unidad, se lo dijo: «Papi, cuando termine, vengo p'aquí contigo definitivamente».

A sus 21 años, Melquiades ya lleva dos desmovilizado del servicio militar, los cuales ha pasado en la finca de frutales que junto a su progenitor, Melquiades García García, de 54 años, encamina con tan buen encauce que el sitio es de referencia en Aguada de Pasajeros y sobresale tanto por el verdor como por el buen rendimiento de sus plantaciones.

El binomio filial, integrante de la cooperativa de créditos y servicios Félix Edén Aguada, resulta muy destacado en el impulso del movimiento denominado «Veinte-Veinte». Explica el mayor de los Melquiades que «consiste en el seguimiento de 20 cultivos diferentes en 20 hectáreas».

Su hijo dice que, entre las especies aquí plantadas –con varias ya en producción–, tienen mandarina, limón, naranja, naranja agria, tamarindo, aguacate, café, mango, chirimoya, anón, cereza, guanábana, guayaba y mamoncillo.

Afirma que «este es uno de los lugares del municipio donde todavía no existe problemas con el agua, tenemos una cercana fuente de abasto que nos proporciona el líquido el cual, no obstante, ahorramos y empleamos solo en la
medida necesaria, puesto que conocemos su importancia extrema».

El muchacho aprovecha la presencia de nuestro medio para amplificar su mensaje a muchos jóvenes de zonas rurales del país: «Acoger la tierra es fundamental, no solo te puede proveer a ti mismo sino a tu comunidad y tu país; en tanto de ahí surge todo cuanto se lleva a la mesa. Su supuesta dureza es un mito. Todo depende de la voluntad y el interés que pongas. Lo que sí es seguro es que siempre te recompensará».

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