De un tiempo para acá, los sucesos relacionados con la industria turística cubana se cuentan prácticamente por día. La gente, sea la que viaja por placer, la que lo hace por negocios o por ambos motivos, quiere conocer la Isla que puede autodenominarse uno de los países más seguros del mundo, de los más pacíficos, de los más natural e históricamente ricos. Esa gente llegó a ser más de 4 000 000 de personas en el 2016. Esa gente llegó a ser el pasado 2 de mayo, 39 días antes de lo que se esperaba, 2 000 000 de personas.
La misma gente fue un 14,5 % más en el 2016 que en el 2015. El crecimiento de los arribos se mantiene estable sea cual sea el mercado de donde provengan. Un 34 % (la mayor cantidad) llega de Canadá. Un 46, 33 y 16 %, de Norteamérica, Europa y América del Sur, respectivamente.
El más reciente acontecimiento asociado con el sector del ocio y los viajes, el Evento Internacional de Conferencias sobre Inversiones en Turismo y Hotelería, SAHIC (por sus siglas en inglés), celebrado en el hotel Meliá Cohíba de La Habana esta semana, puso esas cifras como punto de partida para dar a conocer las oportunidades que brinda Cuba a los interesados en hacer negocios y comprender mejor la realidad nacional.
Ante unos 200 representantes de las principales empresas, grupos y cadenas hoteleros, inversores, bancos, fondos de inversión, arquitectos y diseñadores de 24 países, el encuentro, que con casi una década de vida se llevó a cabo por primera vez en el Caribe, pudo mirar de cerca los 110 proyectos destinados a atraer fundamentalmente nuevas asociaciones internacionales hacia el turismo.

Para el presidente y fundador de SAHIC, Arturo García, la cita se convirtió en un sueño hecho realidad. La amplia participación de empresarios norteamericanos demostró que, pese a las restricciones que impone el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, hay interés por la Mayor de las Antillas. Para el cierre de abril último, las visitas de estadounidenses eran un 118,5 % mayores que las de igual período del 2016.
Al respecto, la directora general de la Inversión Extranjera del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Deborah Rivas, enfatiza en que el turismo es uno de los sectores estratégicos para la economía cubana, que se encuentra en actualización y que en los últimos años ha visto triplicado el volumen de sus relaciones comerciales (que suma ya más de 70 países) y le ha dado especial prioridad a la inversión extranjera directa.
De acuerdo con Rivas, hasta el momento hay más de 20 empresas mixtas en un destino turístico que ocupa el tercer lugar del Caribe insular en cantidad de llegadas e ingresos, solo superado por República Dominicana y Puerto Rico.

A la elevada biodiversidad y el intercambio con un pueblo culto y agradable, se suman como atractivos 272 monumentos nacionales, 340 museos, nueve sitios declarados Patrimonios Culturales de la Humanidad, siete marinas turísticas y tres terminales internacionales de cruceros (La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba).
Janet Ayala, directora de Comunicación del Ministerio de Turismo (Mintur), también se refiere a los premios Travellers´Choice otorgados a lugares como la Plaza Vieja y el Parque Morro-Cabaña, las playas Varadero y Pilar, o los hoteles todo incluido Paradisus Rio de Oro y Royalton Cayo Santa María.
Por otro lado, la funcionaria destaca que el sector privado es un importante complemento para el turismo. De ahí que ya aparecen en Cuba unos 2 000 restaurantes y 21 000 habitaciones particulares, 10 cooperativas no agropecuarias y más de 67 000 cuartos hoteleros, cuyo 69 % pertenece a instalaciones de categoría cuatro y cinco estrellas.
En palabras de Alexis Trujillo, viceministro primero del Mintur, como anfitriona del principal promotor regional de negocios de la llamada industria sin humo y sin dejar de lado el contexto internacional que la define, Cuba se enfoca en inversiones que mejoren puntualmente la calidad de las ofertas turísticas y las diversifiquen, estimulen nuevos productos hoteleros y extrahoteleros, renueven e incrementen la planta habitacional y capten mercados de alto estándar.
Desde la óptica de David Scowsill, presidente del World Travel &Tourism Council, que viajó a Cuba para intervenir en SAHIC, el turismo, que en el 2016 alcanzó un crecimiento global de más de un 3 %, es la fuerza que ayuda a crear una sociedad pacífica mediante la protección del medio ambiente, la generación de una enorme cantidad de empleos y la facilitación de intercambios culturales.

Según Scowsill, a pesar del peligro que representa el terrorismo para algunas regiones del mundo, la gente no para de viajar, sino que cambia de destino porque decide ir a donde cree que estará más seguro.
Del mismo modo, el experto británico asegura que se ha de apostar por un turismo sostenible, que trate a los seres humanos como individuos responsables, promueva la apertura de los viajes, impulse las inversiones y entienda la necesidad de contar con la aprobación de los gobiernos para hacer que el sector crezca a través de las políticas correctas.
Como destino turístico en expansión, Cuba prioriza la inversión foránea en ciudades como La Habana, Cienfuegos y Camagüey y atiende al avance infraestructural armónico de la rama más dinámica de la economía a lo largo de todo el país.
Entendido como un prestigioso espacio de concertación empresarial, SAHIC se acercó a las nuevas tendencias del diseño hotelero, las legislaciones vigentes, la actualidad de las principales cadenas hoteleras cubanas, el desarrollo de marinas y campos de golf asociados a inmobiliarios y la formación profesional de un capital humano que supera los 100 000 trabajadores, de los cuales el 21 % es universitario.
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