
ARTEMISA.—Donde no parece una quimera alcanzar las nubes, mientras te adentras en una sorprendente geografía, nace entre el lomerío una comunidad peculiar, distinguida además por las características de quienes han decidido vivir en la distancia intrínseca de estos parajes.
Pero llegar hasta allí no resulta nada fácil, la experiencia se torna inolvidable. De la mano de un potente camión y, sobre todo, de un diestro chofer, irrumpimos en paisajes incomparables, permeados de los encantos de una majestuosa naturaleza, y donde asoma por doquier la reina de las frutas con su distintiva corona.
Para el viajero principiante aquellos empedrados caminos —que se hacen interminables, y lo mismo suben que bajan, en tanto, experimentas un sobresalto continuo— crean la sensación de encontrarse en un constante vaivén, donde de vez en cuando vislumbra un barranco… y hasta un río.
Los 17 kilómetros recorridos, una vez abandonado el vial principal de montaña, se sienten en el alma y el cuerpo, pero han valido la pena, tras unas tres horas de viaje. Y allí está Machuca, esa comunidad única en el territorio artemiseño, con fuertes arraigos y creencias, perteneciente al consejo popular Niceto Pérez, en el municipio de San Cristóbal… Entonces, la curiosidad cobra mayor fuerza, queremos conocer a su gente. A propósito de las características de algunos de los habitantes de este sitio —que anida en la Sierra del Rosario— destaca que siguen una particular creencia, surgida en 1963, en Viñales, Pinar del Río: tienen fe en los poderes curativos del agua, y son conocidos como los acuáticos.
Se dice que Antoñica Izquierdo, una campesina descendiente de canarios, hacía «milagros» con el preciado líquido; de ahí que de los 325 habitantes de Machuca, 165 siguen su legado.
MUESTRAS DE DEDICACIÓN Y AMOR
En el mismísimo corazón de la montaña se vela porque sus pobladores tengan acceso a los servicios básicos: en la zona disponen de escuela primaria, consultorio médico, farmacia, bodega, una micropanadería, una sala de televisión, y han concebido opciones para el sano esparcimiento, aunque podrían surgir otras iniciativas.
Alexis Graverán no solo es el maestro de la comunidad, también se desempeña como secretario del núcleo del Partido y delegado. La escuela primaria Pablo de la Torriente Brau es al mismo tiempo su hogar; su esposa e hijos viven en el Rancho, distante a algunos kilómetros.
Ante la interrogante de qué lo ataba a este lugar —donde ha permanecido 17 años— confesó que el encanto de los pequeños es inigualable, sobre todo por el cariño que les caracteriza, y a la vez la incipiente timidez. Actualmente, se encarga de la educación de cuatro pequeños de tercero, cuarto y sexto grados.
Caminando con el profe, nos encontramos a Mario Rafael Miranda, de 12 años de edad, que el curso pasado concluyó el sexto grado y agradece al maestro cuanto sabe.
Como delegado, Alexis lleva dos mandatos al frente de la circunscripción 102, del referido consejo popular. Señala que entre los principales planteamientos de los electores destacan las malas condiciones del camino; mientras, ya han encontrado solución a otros, como el acceso al agua, el disponer actualmente de un teléfono en la escuela primaria, y el traslado de los estudiantes a sus centros docentes.
También la participación popular ha sido fundamental en el desarrollo de diferentes tareas. Aquí se concentra el mayor por ciento de asistencia a las asambleas de rendición de cuenta del municipio.
Machuca también llama la atención por su agricultura, en la cual predominan las plantaciones de piña. A decir de Pedro Rivero, el presidente de la CCS Jesús Fernández Barrios —que consta de 116 asociados— este año tiene un plan de 450 toneladas de la misma. También centran sus esfuerzos en la recuperación cafetalera, así como en cultivos varios, frutales, y el desarrollo forestal.
PARA QUE SIEMPRE EMANE VIDA
Aunque había escuchado hablar de Machuca, nunca antes se le presentó la oportunidad de conocer esta comunidad, una de las más intrincadas y de difícil acceso del Plan Turquino.
El pasado septiembre fue la primera vez que Loisel Cruz vivió esta inolvidable aventura, al iniciar su labor como médico en este lugar.
Junto a la enfermera María Teresa Bernal, asume la responsabilidad de velar por la salud de los pobladores, y aunque algunos poseen costumbres singulares, ambos garantizan este servicio de vital importancia.
Los 31 años de experiencia de María Teresa y los más de dos de su desempeño en este consultorio también son de gran ayuda, y ella, su mano derecha.
«Los casos más comunes son de hipertensión, cardiopatías, cuadros diarreicos, o sacrolumbalgia», asevera el médico.
En los últimos dos años la mortalidad infantil se mantiene en cero, y hace 24 que no ocurre ninguna muerte materna. En tanto, cuentan con seis donantes de sangre.
Sin embargo, para aquellos que los necesitan, 11 días seguidos permanecen allí el médico y la enfermera; de manera que los fines de semana puedan descansar de forma alterna (mientras uno va a su casa, en San Cristóbal, el otro permanece de guardia).
«Cuando le corresponde al médico ir al pueblo, tengo que asumir la labor integral del consultorio, para lo cual se requiere de preparación», comenta la enfermera.
Una vez que se les orienta el tratamiento médico, tienen garantizado la adquisición de los medicamentos mediante una pequeña farmacia, que radica a apenas unos metros del consultorio y dispone de más de 50. «Hago el pedido mensualmente. Hace varios años se abrió este espacio, una ventaja para todos porque previamente había que ir hasta Niceto Pérez, a varios kilómetros de aquí», asegura Yamilei Herrera, la dependienta, quien nació en este asentamiento del cual no ha logrado desprenderse, y donde se siente útil con su quehacer.
En la provincia residen más de 9 300 pobladores en la montaña, en áreas de los municipios de Bahía Honda, Candelaria y San Cristóbal; en estos asentamientos del Plan Turquino se crean las condiciones para que sus habitantes dispongan de los servicios fundamentales. Machuca constituye una muestra más de cuanto es posible, pese a un constante desafío a la distancia y el tiempo.








    
    










COMENTAR
José Luis Granda Morejón (P Río) dijo:
1
2 de marzo de 2017
10:40:18
Yamile Respondió:
22 de octubre de 2017
15:51:27
ALEPH dijo:
2
3 de marzo de 2017
12:33:08
Responder comentario