En 2013 las universidades cubanas comenzaron un proceso de integración dirigido a unir en una nueva institución multidisciplinaria provincial todos los centros de educación superior, a excepción de la facultad de Ciencias Médicas.
Aunque el proceso es relativamente joven y se ha realizado por etapas, ya hay resultados: entre 2013 y 2015 se integraron 15 academias y en 2016 hicieron otro tanto algunas escuelas de nivel superior en La Habana, territorio donde resulta más complejo unificar determinadas estructuras.
Según datos ofrecidos por el doctor José Ramón Saborido Loidi, ministro de Educación Superior, en la capital los institutos superiores de Tecnologías y Ciencias Aplicadas, y de Diseño se integran a la Universidad de La Habana.
De igual modo, la Universidad de Ciencias Pedagógicas y la de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte se adscriben al Ministerio de Educación Superior (MES).
Por otra parte, la Universidad de las Artes y el Instituto Superior de Relaciones Internacionales continúan adscritos a los ministerios de Cultura y Relaciones Exteriores, respectivamente.
En este sentido el doctor Saborido Loidi asegura: «Esta integración potencia las fortalezas internas, la interacción de la universidad con la sociedad y los territorios, y permite elevar el impacto de la educación superior en el desarrollo económico – social».
Más adelante acota: «El objetivo es elevar la efectividad de la gestión y perfeccionar los canales de conexión interna de la universidad y entre esta y el territorio».
EL HORIZONTE ESTÁ A CUATRO AÑOS
Luego de iniciado el proceso de integración se puede afirmar que en todas las universidades se manifiesta un incremento de la calidad del proceso docente - educativo, se elevó la capacitación, la superación profesional y los programas de postgrado, al tiempo que los claustros se han beneficiado con el trabajo metodológico y la preparación pedagógica.

Sin detenerse en resultados halagüeños, el Ministerio de Educación Superior ha diseñado una planificación estratégica hasta 2021, que prioriza la consolidación de la de integración interna y perfecciona la formación de licenciados en cursos de cuatro años, por encuentro, en la enseñanza a distancia.
En el próximo cuatrienio las casas de altos estudios de la Isla no renuncian a su principal anhelo: formar profesionales más competentes, preservando el alto compromiso con la Revolución.
«Para ello – sostiene el titular del MES- se deberá incrementar y diversificar con la mayor justicia social el acceso a la educación superior en correspondencia con las necesidades nacionales y territoriales, elevar la eficiencia académica con calidad, desarrollar programas de formación superior de ciclo corto y mejorar la articulación pregrado – empleo – postgrado».
En el periodo 2017 – 2021 se prevé, además, aumentar la formación de doctores, contribuir al desempeño de los profesionales satisfaciendo sus necesidades de superación; ampliar los resultados de la investigación y desarrollo, y alcanzar resultados superiores en el trabajo por la excelencia del claustro.
De manera paulatina, según lo expresado por el doctor Saborido, la universidad se alinea con los ejes estratégicos de desarrollo socioeconómico del país hasta el 2030 y paralelamente se aproxima al modelo de academia innovadora, o lo que es lo mismo: a aquella institución articulada con el desarrollo humano sostenible, humanista y moderna; científica y tecnológica; integrada a la sociedad, al territorio y a las comunidades, y comprometida con el desarrollo de un proyecto social avanzado.
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