Con la evocación al joven italiano Fabio Di Celmo, víctima de un atentado terrorista en el hotel habanero Copacabana, dio inicio a la jornada “Tenemos Memoria. Solidaridad contra el bloqueo y el terrorismo” que desde el 4 de septiembre hasta el 27 de octubre acontecerá en toda Cuba.
Auspiciado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), la campaña enfatiza en el levantamiento del genocida bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a la Mayor de las Antillas; la devolución el territorio ocupado ilegalmente por la base naval estadounidense en Guantánamo; y la denuncia de la ofensiva del imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe, que amenaza la paz y la estabilidad de las naciones.
En las actividades también se recordará el golpe de estado en Chile al gobierno legítimo de Salvador Allende en 1973 y se clamará por la descolonización de Puerto Rico. Además se recordará el encarcelamiento de Los Cinco héroes presos por más de una década por luchar contra el terrorismo; el sabotaje al avión de Cubana ocurrido el 6 de octubre de 1976; y el asesinato de Ernesto Che Guevara en Bolivia.
Debe concluir la jornada con otra aplastante victoria en las Naciones Unidas cuando se someta a votación la Resolución presentada por Cuba en contra de la política injerencista de Estados Unidos que obstaculiza el desarrollo económico y pretende ahogar por hambre al pueblo cubano.
La intelectual y escritora Acela Caner Román divulgó la cita y aseguró que la familia Di Celmo una vez más convoca a mantener viva la memoria para defender las causas justas y la verdad sobre la Revolución cubana. “Este mundo tiene ansias de justicia y de libertad. Ansias de que la humanidad pueda vivir en paz y tranquilidad. Ansias de que nuestros hijos puedan crecer sanos y disfruten la vida”, puntualizó.
Hizo alusión al amor expresado por esa familia italiana, que en 1992 se acercó al gobierno cubano para iniciar un negocio con el propósito de ayudar al pueblo cubano y desafiar al bloqueo estadounidense. En 1997, la mafia cubana-americana radicada en la Florida pagó al mercenario salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León para colocar bombas en diferentes centros turísticos de La Habana, que ocasionó la muerte de Fabio con solo 32 años de edad, un joven lleno de vida y amante del deporte.
Su padre Giustino, a partir de esa fecha exigió justicia ante el mundo y se solidarizó con las diversas causas de la nación antillana, denunciando las agresiones imperialistas y abogó por la solidaridad internacional con Cuba hasta fallecer en La Habana, el 1ro de septiembre de 2015, a la edad de 94 años.
La trabajadora del hotel Copacabana Julia Hautrive Iribarnegaray en entrevista exclusiva para Granma Internacional recordó los hechos ocurridos el 4 de septiembre de 1997: “El día transcurría con total normalidad. Faltando unos minutos para las 12 del mediodía sentimos un gran ruido. Pensé en la explosión de algún equipo en la cocina o un derrumbe. Inmediatamente me dirigí al lobby y allí encontré el cuerpo de Fabio Di Celmo tendido en el suelo. Lo reconozco por su camisa. El día antes de ocurrir su muerte llevaba puesta esa prenda de vestir y me pidió mecanografiar un documento. Como no accedí a recibir pago alguno por el trabajo mecanografiado me obsequio cinco figuras de cristal con la imagen de animales”.
Para ella, esas figuras ornamentales representan un gran tesoro, cada una tiene grabada las letras del nombre de Fabio, que identificó con los nombres de Gerardo, Ramón, Antonio, René y Fernando, quienes sufrieron injusta prisión en Estados Unidos por desarticular planes de organizaciones terroristas financiadas por administraciones de la Casa Blanca y la Central de Inteligencia Americana, CIA.
La testigo de aquel cruel asesinato afirma: “Los trabajadores de este hotel preservan la memoria de Fabio realizando un acto cada año en esta misma fecha y transmitiendo a los de nueva incorporación y a los turistas, la historia de este joven revolucionario. Lo recuerdo pidiéndome los periódicos nacionales y dialogando con todos acerca del proyecto social cubano y sus dirigentes. Admiraba a Fidel y al Che. Yo lo asocio al altruismo, la solidaridad y a la amistad”.



















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