ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Cincuenta y nueve años después de los su­cesos de aquel 5 de septiembre de 1957, el le­vantamiento de Cienfuegos sigue conmoviendo por la valentía de quienes lo protagonizaron y los ideales que inspiraron la lucha.

Los desmanes del gobierno de Fulgencio Batista, quien había mancillado la constitución de la República con el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, sacudieron la conciencia nacional y despertó en muchos el innato espíritu de rebeldía del cubano.

Las acciones del 26 de julio de 1953 echaron a andar el motor de la Revolución, a la cual se fueron sumando poco a poco hombres y mujeres de todo el país.

En el seno del ejército, ese que el tirano em­pleaba para sembrar el miedo y el dolor en el pueblo, también ardió el deseo de ver a Cuba libre.

Un grupo de marinos de la base de Cien­fuegos y exoficiales de esa fuerza, entraron en contacto con el Movimiento 26 de Julio.  Juntos planearon la acción que debía ocurrir el 5 de septiembre y que comprendía levantamientos simultáneos en La Habana, Cienfuegos, Ma­riel, Santiago de Cuba y otras poblaciones del país.

Al amanecer del día señalado, los marinos rebeldes del Distrito Naval Sur (Cienfuegos) jun­to a los combatientes del M-26 de Julio, to­ma­ron la guarnición naval de Cayo Loco. Las ar­mas fueron entregadas al pueblo, que acudió presuroso a luchar por su Patria.

La jefatura de la Policía Nacional y de la Po­licía Marítima cayeron ante el empuje de los revolucionarios, que no daban tregua a los soldados batistianos, y en solo tres horas hicieron suya la ciudad, con excepción del cuartel del ejército.

Pero las vacilaciones de último minuto ha­bían dejado a Cienfuegos prácticamente solo, y las fuerzas de la tiranía concentraron allí su saña. Con más valor que armas enfrentaron los revolucionarios los refuerzos enviados y los bombardeos de la aviación. Tras 24 horas de duro combate, el levantamiento fue aplastado, no sin antes causar numerosas bajas al enemigo.

Aquel 5 de septiembre fue mucho más que una acción armada, pues a pesar de la derrota, demostró la fuerza de la unidad y el espíritu de lucha de los cubanos. Fue una expresión del profundo deseo de libertad de todo el pueblo y, como parte de él, de los buenos hombres dentro del ejército. (Redacción Nacional)

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Daniel Noa dijo:

1

5 de septiembre de 2016

09:23:44


Como cienfueguero testigo de aquellos acontecimientos, me da pena que tanta gloria de aquel hecho quede expresada en tan pocas palabras que por demás no emocionan en la forma en que debieran...sobre todo en ese órgano periodístico...Nombres de aquella gesta que pudieran ser mencionados no aparecen...cuando en otras ediciones de otros hechos hasta sobran las loas y los nombres...Tal vez haya que esperar hasta el año que viene que es aniversario cerrado...Aquél día, yo con apenas 10 años, me emocioné con los gritos de Viva Fidel!!, Abajo Batista!!...con el mar de banderas rojinegras del 26 unidas a las banderas cubanas...y las decenas de camiones llenos de personas jubilosas...algo que jamás olvidaré y que es símbolo de que aquel hecho tenía raigambre ya en toda la población...Nunca olvidaré a José Gregorio Martínez...ni a Felix Edén Aguada Gerardo ni a su padre Lito Aguada...ni a Puyín Olascoaga...ni a mi tío Francisco Monzón, ni a los dos marinos que en la madrugada del día 6 saltaron desde la azotea del San Lorenzo hasta el patio de mi casa...y finmalmente abandonaron la zona acordonada por las fuerzas de la tiranía disfrazados con ropas de campesinos que les puso mi abuela materna para sacarlos fuera del peligro. Estoy seguro que, aún deben haber muchas personas y familias con recuerdos similares de aquel día.