Basta desplazarnos unos 25 kilómetros al sur de la ciudad de La Habana y llegamos a otro mundo. Nada de contaminación, ni gente de vida agitada, ni del bullicio que recuerda lo urbano. Solo vegetación, aire puro y naturaleza. Es la tranquilidad que transmite el Jardín Botánico Nacional (JBN).
Al llegar quizás no encuentre demasiado público porque todavía algunos prefieren el verano de sol y playa. Pero si se decide por un paseo por la flora de varias regiones del mundo, coincidirá con esta reportera en que las plantas aún tienen mucho que contarnos.
Durante un recorrido que ocupa toda la mañana y las primeras horas de la tarde nos acompaña Blanca Elena Sorribes Amores, especialista en comunicación institucional.
EL JARDÍN POR DENTRO
El mayor atractivo del JBN es la cuidadosa forma en que se agrupan las especies vegetales, divididas dentro del recinto en zonas y colecciones.
En el primer grupo entra el área fitogoegráfica cubana, donde se representan las formaciones vegetales más importantes del país del modo más similar posible a como aparecen en la naturaleza.
Esta zona en particular incluye las maniguas costeras, que reproducen la vegetación típica de áreas de costa. Figura además el monte seco, con su variedad de plantas endémicas como el guayacán; el bosque semicaducifolio, el de coníferas en el trópico y, por último, los montes de júcaros y palma.
Otra área bastante extensa es la zona fitogeográfica mundial, en la cual se exhiben especies de la flora tropical de América, Asia, África, Australia y Oceanía.
Educación ambiental Como toda institución de este tipo, el JBN realiza una enjundiosa labor de educación ambiental que abarca círculos de interés, proyectos comunitarios y trabajo con la población de las comunidades en el rescate y cuidado de la flora. Hasta el momento se han publicado más de 20 fascículos con la nueva flora de la República de Cuba. Tanto para especialistas como público en general el centro cuenta con un herbario donde se coleccionan plantas secas debidamente clasificadas y una biblioteca especializada. |
Disfrute para toda la familia El JBN no solo es ciencia. También la familia puede disfrutar de sus diferentes opciones recreativas en contacto directo con la naturaleza. En este verano la instalación ha diseñado cuatro festivales temáticos: el del bonsái, el de cactus y otras suculentas, el de bromelias, y el de palmas y cícadas. Estas iniciativas comprenden talleres de injerto y de modelado, así como actividades relacionadas con la siembra y cuidado de las plantas ornamentales. |
Los 90 de Fidel Todas las actividades que el JBN está realizando son en homenaje a las nueve décadas del líder de la Revolución Cubana. Cada 13 de agosto históricamente la institución ha conmemorado el cumpleaños del Comandante en Jefe. Este año el festejo tendrá un valor especial porque se trata de su aniversario 90 y se celebrará con los niños y diferentes actividades. |
Un puente hacia otros jardines del mundo La institución mantiene intercambios constantes con centros homólogos de América y Europa. De igual modo, pertenece a la Asociación Internacional de Jardines Botánicos, ente rector a nivel mundial que establece las normas que deben cumplir. El JBN tiene un grupo de conservación que actualiza la lista de especies cubanas amenazadas. Estos datos se incluyen en la relación de especies en peligro del mundo. |
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