ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Corría el mes de diciembre de 1985 cuando en una reunión con los dirigentes de todos los hospitales de la capital, Fidel supo de los muchos problemas existentes en el Salvador Allende, antigua clínica Covadonga, que lastraban la calidad de los servicios.

Los sótanos de los diferentes pabellones fungían como almacenes de otras instituciones que nada tenían que ver con la salud, la facultad de medicina en construcción desde hacía tiempo no acababa de terminarse, la cerca estaba rota, y disminuía el número de camas por el deterioro de algunas instalaciones que eran desactivadas al no poder repararse.

Pero lo más insólito era el trasiego de decenas de vehículos, incluidos camiones y hasta rastras, entrando y saliendo a cualquier hora del día para recoger o descargar los productos almacenados. Entre el molesto ruido y el escape de gases, la estancia de los pacientes ingresados era cada vez más difícil de soportar.

Quiso comprobar en persona lo que le habían contado y al día siguiente del mencionado encuentro con directivos de la salud en la ciudad, Fidel fue al hospital Salvador Allende. Luego de finalizar el recorrido manifestó: “Hay que recuperar todos los locales que estando aquí dentro son utilizados por diferentes entidades, hay que darles recursos para el mantenimiento, hay que terminar la facultad de medicina, arreglar la cerca y rescatar las áreas y capacidades perdidas, hay que poner orden”.

A partir de entonces y durante casi cuatro años se hizo sistemática la presencia de Fidel. Mantuvo una permanente preocupación por la marcha de las obras emprendidas, lográndose en poco tiempo la transformación de cada uno de los sótanos recobrados en departamentos para la atención médica y rehabilitación de los enfermos. Nada quedó sin terminar, incluso las áreas verdes recibieron esmerada atención.

El 11 de septiembre de 1989 habló en el acto de inauguración de las unidades de terapia intensiva e intermedia recién construidas allí. Durante su discurso se refirió a los favorables resultados del programa de ampliación y modernización de varias instituciones médicas capitalinas, y anunció la creación en el propio hospital Salvador  Allende del primer servicio del país dedicado por entero a la atención de pacientes con retinosis pigmentaria.

También lanzó la idea de extender dicha experiencia a otras provincias, planteamiento que marcaría después la creación del Programa Nacional de Retinosis Pigmentaria, del cual fue su más ferviente impulsor.

Pasajes del vínculo que unió a Fidel con este emblemático centro de salud ubicado en el municipio del Cerro saldrán a relucir mañana viernes 12 de agosto. Ese día quedará abierta en el lugar una exposición con fotos inéditas de sus visitas, mientras un grupo de trabajadores testigos de aquellos hechos narrarán anécdotas de los intercambios con el jefe de la Revolución.

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Felix dijo:

1

11 de agosto de 2016

11:20:09


Muy justo recordar el vínculo de Fidel con el hospital Salvador Allende, y su permanente preocupación por eliminar aquellos problemas. Soy médico y me formé allí, y conocí toda esa linda historia, como no mnencionar también al eminente profesor Orfilio Peláez, cuyas investigaciones sobre la retinosis pigmentaria tuvieron en el Allende su sede principal durante muchos años, feliz cumpleaños Comandante en Jefe