ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Me horroriza pensar que algún día nuestros interlocutores serán robots. Artefactos inteligentes y bien pro­gra­ma­dos, podrán trasmitir información y es­tablecer un diálogo mínimo. Pero, la ma­no y el habla nos hicieron seres hu­manos.

La trasmisión mecánica de datos y su acumulación acrítica no producen conocimientos. El saber se articula a través de las vías que ofrecen las ciencias y me­diante referentes numerosos incorporados en las distintas experiencias de vida. La voz humana matiza el valor de las pa­labras. Actúa sobre el intelecto y sobre la sensibilidad. Se expresa en el tono, el ritmo, la vacilación y el silencio, brevísimo instante de meditación y duda. En países como los nuestros, el gesto tiene una importancia decisiva. Ante el dolor de un amigo, un apretón de manos resulta más efectivo que un discurso que, su­mido en un trance difícil, es incapaz de escuchar.

Cuando la criatura nace, la comunicación con el mundo exterior se inicia en el contacto físico con el seno materno, nu­triente básico y fuente de seguridad, apaciguamiento y disfrute. Por costumbre y necesidad afectiva, las madres comienzan a hablar con el recién nacido que aún no tiene dominio de la palabra. El tono de la voz es el indicador que precede al aprendizaje de un vocabulario.

Las pérdidas de la capacidad de comunicación actúan negativamente en el com­portamiento social. Generan una cadena de acción y reacción. Las madres vociferantes que apabullan a los hijos remolones en el cumplimiento de los horarios forman un modelo de conducta. La ina­decuada relación del maestro con los al­um­nos conduce a generar falta de confianza en el sistema institucional. En este ámbito, la formación incluye lo instructivo y lo afectivo. Acercarse a un chiquillo y preguntar los motivos de su tristeza implica solidaridad, reconocimiento de su individualidad y de su condición humana. La falta del diálogo necesario reduce el proceso de enseñanza a un vínculo utilitario centrado  tan solo en el logro de una estadística promocional satisfactoria.

Protegida por su carapacho, la jicotea anda sola en el mundo. Los humanos re­querimos amplias redes societarias. Des­­poseídos de manto protector, contamos con una piel delicadísima. Para los más frágiles, un roce ligero produce profundas heridas. El agredido se convierte en agresor. Un encadenamiento incontenible acrecienta la espiral de la violencia.

La comunicación efectiva se basa en el respeto real al otro, manifiesto en las respuestas concretas a las demandas de la vida. Violar esta regla básica favorece el ejercicio de la violencia, la apatía y la fragmentación del tejido que articula, en lo político y en lo práctico, la asunción de normas de conducta que fortalecen la acción colectiva en beneficio de todos y de cada uno. Corresponde al conjunto de instituciones constitutivas de los pilares que sostienen la sociedad, establecer las reglas del juego. Apelamos siempre a la familia y a la escuela, fundamentales sin lugar a dudas. Pero, la existencia humana no transcurre solamente en esos ámbitos cerrados. Utilizamos medios para movernos, demandamos servicios de distinta naturaleza, tenemos que proveernos de mercancías de todo tipo y debemos cumplir trámites legales de diverso carácter. Las múltiples demandas requieren respuesta institucional. El maltrato, la dilación, provocan irritación creciente y la búsqueda de soluciones alternativas que inducen a la corrupción y al soborno, gangrena sutil porque el dinero pasa de mano en mano sin dejar huellas.

Las cartas que llegan a las redacciones de los periódicos son una muestra microscópica de un fenómeno que agrieta principios esenciales. Con frecuencia, las respuestas revelan subestimación de un lector que ha sufrido muchas veces situaciones semejantes. Para alcanzar el control popular deseable, hay que empezar por el rescate de la ejemplaridad de los trabajadores vinculados a los centros que, en la base, responden a la estructura institucional del país. La ética institucional es factor determinante de la disciplina social.

A pesar de la presencia de internet, de la televisión y de otros medios, nuestro tiempo transcurre en el entorno de la co­municación oral desde que nos levantamos, nos trasladamos de un sitio a otro y ejecutamos tareas de cualquier índole.

De otro modo, nos convertiríamos en una colectividad de autistas. Para establecer el orden, existen medidas coercitivas.

Siempre hay modo de evadirlas cuando no asumimos valores derivados de la convicción íntima de la importancia de nuestra función, de la relevancia social  de nuestro centro de trabajo, de nuestra responsabilidad en la preservación de su imagen pública. Para seducir y persuadir, la voz humana tiene un peso cualitativo de primer orden. De ella depende que nos consideremos eslabón integrante de una mayor.

Me sorprende ahora el recuerdo de Ce­ferino. Lo conocí a poco de ingresar como estudiante en la Universidad. En aquellos tiempos, los bedeles tenían je­rarquías que ostentaban en sus chaquetas engalonadas. Ceferino, siempre igual, nunca alcanzó esas distinciones. Nos acompañó toda la vida. Fue amigo de ge­neraciones de estudiantes que se convertirían en profesores y tendrían un brillante desempeño público. Fraternal, afectuoso, solidario, bromista, ajeno a cualquier manifestación de servilismo, cumplía las normas de respeto que corresponden a una institución de enseñanza. Era velador imprescindible de los bienes co­munes, orgulloso de pertenecer a la Uni­versidad de La Habana. Per­manece en mi memoria afectiva junto a mis mejores maestros y a mis alumnos más en­tra­­ñables.

(Tomado de Juventud Rebelde)

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Andrews dijo:

1

25 de julio de 2016

08:14:13


Cefereino, era un "Profesional" no un "Graduado Universitario", muchos de los problemas comenzaron cuando comenzamos a cambiar indistintamente el sentido de un titulo y no educar su significado. Muchos "Graduados Universitarios" en un pais que tiene el 10% de su poblacion en esa categoria se han jubilado y nunca, pero nunca, han sido ni seran "Profesionales", que tampoco debe confundirse con "Profesionales Pagados", pero si asi lo fuera la mayoria de las estrellas del deporte rentado pasan escuelas de comportamiento social, porque hasta para sonreir selfies o firmar autografos se necesitan modales, son "artistas que juegan deportes", ademas de ser muy buenos como deportistas. gracias.

José Janier dijo:

2

25 de julio de 2016

08:48:47


Graziella, tienes que escribir más a menudo. Felicidades...!

Francisco Rivero dijo:

3

25 de julio de 2016

16:09:29


La comunicacion oral tiene a dias de hoy el desafio de dar sentido y luz en un oceano de absurdos. Cuando prestamos atencion al otro, cuando la palabra es justa y el silencio resplandece en toda su elegancia, asistimos a la metamorfosos de las cosas mas feas y lo mas insignificante del arte de la comunicacion resplandece entre unos y otros. Gracias, Sra. Pogolotti por este articulo.

TOKIN dijo:

4

25 de julio de 2016

18:55:19


Muy acertado y real comentario....la falta de comunicación es total en cualquier parte de nuestro territorio... tenemos de una Cátedra Universitaria de Comunicación con excelentes profesores y donde se gradúan excelentes muchachos.....¿qué pasa?, pues que no los dejan ejercer lo que verdaderamente les interesa y saben que se necesita....son desviados a lugares donde su función no es de comunicación sino de organización de eventos.....si apareciera alguien con un ganado liderazgo para fusionar esta cátedra con los muchachos de la ISDI mucho estaríamos ganado mes a mes en establecer tan importante escaño en nuestra cotidianeidad.....pero para ello deben ceder terreno muchos jefes no líderes que solo informan a los trabajadores, al pueblo.....lo que ellos estudiaron, analizaron e impusieron es lo que es, nda queda por analizar luego de esto, lo que nos queda es informarnos....eso de discusión y aprobación es un cliché de antaño.....ahhh....mis padres nunca pudieron llegar a ser profesionales y siendo gente bien humilde eran muyyyyy educados y hablaban correctamente, nada de entoavía, dipués ni nada de eso......son muchos pero muchos los que se gradúan hasta con títulos de oro y no dan los buenos días, ni piden permiso, ni escuchan al prójimo y escribiendo pa´que, las faltas de ortografía están al cuello......hay que ceder y dejar trabajar con mucha seriedad sobre este aspecto en nuestra sociedad......

lamermisima dijo:

5

25 de julio de 2016

20:41:49


Gracias. Que rico lo que escribiste! eres super lucida.

Augusto César Vega Hernández dijo:

6

12 de agosto de 2016

09:09:09


Una vez más la Doctora Pogolotti demuestra que tiene el oído puesto en el corazón del pueblo. Nadie antes ha escrito como Usted sobre las respuestas de las instituciones a los requerimientos por inconformidades. Gracias Doctora, yo pudiera aportarle un rosario de tales respuestas, de quienes resulta, para estos “subestimados”, en todo sentido inexplicable. Usted alza su voz objetiva, valiente, comprometida. Por varios años personalidades de la cultura y la sociedad se han referido en los medios a las tecnologías de la información. Reconocen la necesidad de emplearlas como creadoras de conciencia social. Los cubanos conocemos los términos “replicar” y “boca a boca”. Existe otro: “intencionalidad”. Los defensores del capitalismo emplean las redes sociales con intencionalidad y efectivad. No sólo hablan, hacen. Granma ha replicado este artículo. Es correcto. Como gente del pueblo, hubiera querido, lo creo necesario, lo creo imperioso, oir a otras personalidades y periodistas de mi país referirse a estos temas constructivamente, porque lo dicho por la Dra. Graziella Pogolotti, pienso, debe contar con la réplica intencionada. La palabra, nos enseñó el Apóstol, es acción si es oportuna y ha de usarse como arma en la lucha. Yo sé del déficit en las respuestas a inconformidades, lesionando nuestros principios. En lo que puedo, en lo que me es dado por mi posición, me sumo para conformar una opinión social constructiva, ajena a las generalizaciones ambiguas, a la habladuría. Vale esta oportunidad de expresión abierta por Granma, construye en nuestra democracia. Pero nadie piense que esta posibilidad salda otros déficits. Quizás sea exactamete lo contrario. Si no hay respuesta, los incrementan.