ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Yaimí Ravelo

“Esta vez no pude abrazarte, no pude tomarte de mi mano… me queda la tranquilidad que nunca he dejado de decirte te quiero…Entro a tu cuarto y encuentro tu maletín de trabajo listo para otra jornada, esperando tu regreso del hospital, lo abro y encuentro notas periodísticas escritas con tu letra, me abrazo al maletín como si fueras tú. Aún no estoy preparada para verte partir”.

Como Yohana, una de sus hijas, todos los que le conocieron se rehúsan a dejarle ir a Juan Luis Marrero González, el periodista incansable, descomunal, versátil, riguroso, implacable ante la ligereza, creativo, ágil, caballero.  

Son estas las palabras con que le describen la familia, sus íntimos, los amigos, los colegas, los alumnos, sus vecinos. Es el retrato de hombre que ellos llevan hasta la Casa de la Prensa Nacional, donde en un homenaje póstumo, ayer, se reencontraron nombres conocidos de la prensa cubana, profesionales de los distintos medios, directivos de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y muchos otros que admiran y agradecen la obra y las lecciones de Juan Marrero.

A sus 80 años, al Premio Nacional de Periodismo José Martí le sobraban méritos de una carrera profesional impecable: propagandista político en la lucha contra tiranía de Fulgencio Batista, fundador de la agencia de noticias Prensa Latina en 1959, reportero de Radio Reloj y los rotativos Combate y Noticias de Hoy, integrante de la plantilla inaugural del periódico Granma donde desempeñó diversos cargos como jefe de redacción, información y de las páginas de internacionales, dio cobertura a importantes eventos internacionales como cumbres de países no alineados, guerra en VietNam, vuelo del primer cosmonauta cubano, reportó viajes de los máximos dirigentes de la Revolución. A partir de la creación de la Upec, en 1963 fue miembro de la organización y de 1986 a 2013 integró el Comité Nacional y la Presidencia de la misma. Desde 1983 era el presidente de la Comisión Nacional de Ética de la Upec.

La sala, pequeña para todos los que asistieron, convidó a la memoria y al tributo.

Se le recordó por su sentido de justicia al analizar los casos que trascendían a la Comisión de Ética, momentos en los que la mayoría suponía una amonestación o sanción para el inculpado y él buscada otra alternativa. La extraordinaria profundidad y al mismo tiempo sencillez con que abordaba desde asuntos cotidianos hasta los más complejos temas de política internacional; las difíciles circunstancias en que lograba aunar criterios entre periodistas e intelectuales de la más diversa tradición, pensamiento y práctica periodística; el humor y la broma con que enfrentaba tensiones en el ámbito de trabajo o familiar fueron cualidades y agudezas con que lo definieron quienes le acompañaron a lo largo de su vida.  

Sus libros, su magisterio en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, su aporte a la historia del periodismo cubano del que él también ya es parte consustancial son referencias obligadas al repasar el camino recorrido por Juan Marrero.    

Su esposa, la periodista Ángela Oramas, agradeció a los médicos, enfermeras, y demás personal que hasta los últimos instantes lo atendió de manera especial y lo luchó por su vida, “algunos sin conocer quién había sido y lo que había hecho”.      

A la entrada de la Casa de la Prensa, sus compañeros hicieron guardia de honor a la urna que guardaba sus cenizas.    

En la ceremonia participaron Enrique Villuendas, funcionario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Antonio Moltó, presidente de la Upec, TubalPaéz, presidente de honor de esta organización, demás miembros de la presidencia, profesores de la facultad de Comunicación, del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, entre otros.   

Foto: Yaimí Ravelo
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