ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Cortesía del Mintur

Una amiga argentina que vive en Cataluña me aseguró durante su última visita a Cuba, que no había ciudad más linda que La Habana. No deja de sorprenderme la capacidad que tiene la capital para enamorar repentinamente al mundo y por estos días me sentí obligada a desempolvar la memoria.

Que conste, el encanto de La Habana ha sido singular paisaje de etnias, creencias, tradiciones, esencias y contrastados colores, desde el 16 de noviembre de 1519 cuando, tras haber tenido tres distintos asentamientos, quedó oficialmente constituida como Villa de San Cristóbal de La Habana, donde se hallan hoy La Plaza de Armas, El Templete y su milagrosa ceiba venerada.

La Plaza de la Catedral es considerada el más armónico de los conjuntos arquitectónicos de La Habana. Foto: Cortesía del Mintur

Sin embargo, La Habana está más de moda que nunca y eso lo constata el resultado del tercer concurso organizado por la fundación suiza New Seven Wonders, que en 2014 la colocó entre las Siete Ciudades Maravilla del Mundo, junto a Beirut (Líbano), Doha (Catar), Durban (Sudáfrica), Kuala Lumpur (Malasia), La Paz (Bolivia) y Vigan (Filipinas). Vale resaltar que aspiraron a la distinción 1 200 ciudades de 220 países y la urbe antillana estuvo, además, entre las 25 localidades más fotografiadas del planeta.

De acuerdo con declaraciones del presidente de esa institución, Bernard Weber, el próximo 7 de junio la condición será entregada a La Habana por representar la diversidad global de la sociedad urbana y, podría añadir su historiador Eusebio Leal, porque todo lo que reúne, de forma visible o invisible en sus 726,75 kilómetros cuadrados, es Cuba.

UNA LLAVE PARA EL NUEVO MUNDO

Aunque no son pocas las leyendas que cuentan el por qué de su nombre, la más aceptada relaciona a La Habana con un cacique taíno llamado Habaguanex. Dueña de un estratégico puerto y una envidiable posición geográfica, en época del colonialismo se convirtió en la principal joya de la metrópoli española en las Américas y pasó a ser conocida como “Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales”.

La Habana constituye el primer destino turístico cubano en materia de cultura. Foto: Cortesía del Mintur

Con el título de ciudad otorgado el 20 de diciembre de 1592 por Felipe II, al acoger en 1593 la sede del gobierno ibérico, que se encontraba en Santiago de Cuba, La Habana pasó a ser la capital de la Isla. Actualmente ocupa el 0,7 % de la superficie total del país y posee, entre sus excepcionales reliquias, más de 30 sitios declarados Monumento Nacional.

Única por naturaleza, en palabras de Leal, La Habana no puede dejar de ser recordada nunca como “la ciudad de la arquitectura, de la poesía, de las rebeldías; la ciudad conspirativa, de los grandes actos heroicos, en definitiva, de la cultura”.

Diría Xonia Beltrán, encargada de Turismo en la capital, que constituye un destino turístico eminentemente de ciudad, donde se realzan las potencialidades para desarrollar eventos y cuidar valores culturales, patrimoniales y educacionales. Tal es así, que aparece en el primer puesto, si de materia cultural o científica se habla. En ella se aglutina la mayor parte del talento humano de la Isla.

En cierta ocasión, el arquitecto Miguel Coyula me manifestaría que a pesar de que en La Habana vive la quinta parte de los cubanos, el 30% de los profesionales, y se genera más de la mitad de los ingresos del turismo y del producto interno bruto del país, a la capital le falta movilidad.

LA DAMA DE CABELLOS BLANCOS

Amén de que, según expresó Leal durante el cumpleaños 490 de la ciudad, La Habana “está venida a menos en muchos lugares, en ruinas en otros, víctima no pocas veces de la injuria, de la falta de cultura y del desprecio del valor simbólico de una urbe que fue capaz de proclamar un nuevo orden y que lo ha sostenido durante más de medio siglo con la hidalguía propia de nuestra estirpe”, ha sabido conservar como pocos lugares americanos el patrimonio arquitectónico colonial.

La historia del Malecón comenzó en 1819 y su construcción terminó en 1958. Foto: Cortesía del Mintur

La universalmente famosa La Habana Vieja, que comprende el centro histórico y el sistema de fortificaciones elegidos Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1982, se teje entre palacetes, mansiones, plazas y plazuelas, adoquines, iglesias, santos y altos balcones repletos de mestizaje, voces y sabores.La plaza más longeva de Cuba, la de Armas; la bautizada como Plaza Vieja, la de San Francisco de Asís y la de la Catedral, que vieron la luz a finales del siglo XVI, han madurado como íconos imprescindibles de la zona.

Unida a la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, que sirvió de protección tras el escarmiento dado por la armada británica a España en 1762 al tomar La Habana y que aun custodia simbólicamente las aguas de la bahía, sobresalen castillos levantados para espantar a corsarios y piratas e incluidos entre las más antiguas edificaciones del continente: el de la Real Fuerza (1577), el de San Salvador de La Punta (1600) y el de los Tres Reyes Magos del Morro (1630).

De los siglos XVI y XVII, se alzan todavía en el centro histórico unos 140 inmuebles, casi totalmente militares o religiosos; otros 200 pertenecen al siglo XVIII, en el cual tiene más espacio la infraestructura civil; y una cifra superior a 460 son del XIX, donde prevaleció la urbanización.Luego, la ciudad fue ganando terreno y se extendió aceleradamente más allá de la muralla construida para mantenerla a salvo. Hacia 1863, tras más de 100 años de utilidad, dicha muralla empezó a ser demolida.

MÁS ALLÁ DE LOS MUROS

Mientras corría la primera parte del siglo XX, La Habana comenzó a crecer muy rápido y muy bien. De acuerdo con el arquitecto Coyula, su crecimiento se dio de Este a Oeste en menos de seis décadas, tan velozmente que fue por adición y no por sustitución. “Al triunfar la Revolución, la idea pasó a ser la inversión en el resto del país para reducir la típica diferencia entre la capital y el resto del territorio nacional”, asevera el experto.

El Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro es una delas edificaciones más antiguas y mejor conservadas de las Américas. La farola se le incorporó durante el siglo XIX. Foto: Cortesía del Mintur

Si se toman los indicadores migratorios previos a los noventa, se demuestra que La Habana tuvo un saldo migratorio razonable. Pero, con la llegada del periodo especial, ese índice se disparó y la ciudad se tornó un espacio aún más plural.  

La misma ciudad que se hizo de espléndidas playas al Este; que conserva un enorme pulmón verde en el Parque Metropolitano; que mantiene el primer paseo que tuvieron los habaneros: la alameda por la que caminaba el joven José Martí allá por la calle Paula, y la escalinata de la Universidad, donde se gestaron las más radicales y genuinas ideas revolucionarias; que guarda entre daiquirís las visitas de Ernest Hemingway a “El Floridita”, las recetas criollas y los grafitis de “La Bodeguita del Medio”.

En esa misma Habana caben la majestuosidad de la Necrópolis de Colón y la exquisitez del Hotel Nacional de Cuba, que ha visto desfilar a relevantes estrellas del arte, la cultura y la política; la ancestral cultura asiática que trajeron los chinos a partir de 1847; la grandiosidad neoclásica que encierra el Capitolio, el memorial de la Plaza de la Revolución o el talento que ha tenido como escenarios al Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Paseo del Prado.

Al Oeste de esa misma Habana, se ensanchan las arterias que para llevar a la agitada vida del Vedado, se mueven las caderas al ritmo de Tropicana y asoma la Quinta Avenida, cuya prestancia la ha hecho centro cubano del quehacer diplomático y de negocios, hasta llegar al Palacio que celebra las más variadas convenciones.

La barriada del Vedado se distingue por tener altos edificios y una agitada vida recreativa y cultural. Su máximo esplendor se dio a principios del siglo XX. Foto: Cortesía del Mintur

A esa Habana, entraron los barbudos aquel glorioso enero de 1959, y arriba casi la mitad de la cantidad de visitantes que llega anualmente al archipiélago caribeño. La Habana es, simplemente, la sui géneris madre de la evolución social, cultural, económica y política de una tierra enfocada en el bienestar del ser humano.

Resguardada al Norte por siete kilómetros de Malecón, la cálida dama que ha merecido sublimes versos y melodías abre los brazos de su Cristo y los ojos de La Giraldilla y baña con las aguas de Yemayá a amigos de todo el mundo. Es el ajiaco que descubrió Don Fernando Ortiz. Es de los habaneros, de los cubanos, de todos.

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Smarin dijo:

1

30 de mayo de 2016

21:13:48


Les escribo desde Ciudad del Carmen, Campeche, México. He tenido oportunidad de conocer su maravillosa ciudad, y en mi opinión es la Habana una de las ciudades mas bellas del mundo. Sus edificios coloniales e históricos, la hacen una ciudad única. Creo que mi opinión es compartida por muchas personas que han estado ahí. Muchos extranjeros norteamericanos quedan asombrados de la belleza de la ciudad ahora que algunos tienen la oportunidad de conocerla y no dejan de manifestar su asombro de su ciudad, según he podido constatar en diversos medios de comunicación. Saludos y enhorabuena, considero que Cuba será un destino turístico obligado en los próximos años, y esto probablemente impactará en la entrada de divisas por el turismo, la llamada "industria sin chimeneas".

Lucia Quizpocoa Berbe dijo:

2

31 de mayo de 2016

21:28:13


Visite a La Habana en el 2015 y me parecio atrayente a pesar de ciertas zonas decayentes y faltas de atencion, asi que como seria en su epoca de esplandor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Tiene ese iman que nos caitiva, nos seduce y nos hace quedarnos mas alla del tiempo. Yo qaue he visitado muchas ciudades en Sud Admerica, le digo, que para mi como arquitecta, excepto Buenos Aires, ninguna otra le hace sombra. Conservelan y haganla cada vez mejor...............

Elisa Argiz Calvo dijo:

3

1 de junio de 2016

07:24:44


Es un bello recuerdo detallado de La Habana, sitio en que nací y conozco bien. Me encanto la redacción de este artículo.

jose Gonzales Castillo dijo:

4

1 de junio de 2016

16:09:15


estuve en la capital de este lindo pais en el 2015,a manera de estar presente en el día internacional del trabajo,impresionante,soy de Perú,quiero mucho a cuba

Luis Antonio Amigo Riaño dijo:

5

1 de junio de 2016

18:32:35


La Habana oh La Habana........... Ahí nací, ahí estudie y me formé allí hice una vida que pronto retomaré allí en La Habana. Si, es verdad que esta muy deteriorada, pero es La Habana con su malecón su morro, su cañonazo de las 9 pm su coopelia, su Bodeguita del Medio, sus gritos de esquina a otra de sus gentes, sus olores sus portales, calles estrechas de La Habana Vieja y sus amplias avenidas de la moderna, su inmenso mar. Nací en La Habana, soy Habanero

cafe_con_leche1964 dijo:

6

2 de junio de 2016

11:24:51


La Habana es única, así como está hoy es bella, he tenido la suerte de conocer otras en el mundo y les digo que tiene magia y encanto, por cierto un amigo español me decía un día por allá por 1998, "La Habana con pintura no le tiene que envidiar nada a ninguna otra en el mundo" y por supuesto que le dí toda la razon, mi Habana solo necesita que se le ame más, que se le respete, cuide y mime por todos los que la vivímos o visitan, su encanto que la ha hecho maravillosa desde hace cientos de años se lo merece por el bien de las actuales y futuras generaciones de habaneros, cubanos y visitantes