La poesía y la canción latinoamericanas sirvieron para homenajear a Gladys Marín, profesora y política chilena, secretaria general del Partido Comunista de ese país, amiga de Cuba y defensora de la justicia social y de los derechos de la mujer.
Con imágenes de la campaña por la presidencia de Chile que hiciera Marín en la década de los noventa, llamados a la resistencia frente a los embates del neoliberalismo y contra la impunidad de que gozaron los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet transcurrió la velada en la Casa Memorial Salvador Allende.
“Gladys Marín fue creciendo desde su juventud, hasta transformarse en una figura imprescindible en la lucha política.
Eran momentos en que solo las mujeres protestaban, pues los hombres o estaban presos o exiliados o muertos”, declaró a Granma Alex Sosa, secretario político del Coordinador del Partido Comunista de Chile en Cuba. “Ella fue la primera que en 1998 estableció una demanda contra Pinochet, lo cual le valió ir a prisión, pues el dictador nunca pagó por los muertos, los desaparecidos, los torturados”.
La amistad de Marín con Cuba se estrechó a partir del vínculo con los exilados de la dictadura, que vinieron a la Isla en busca de la seguridad y la libertad de opinión que les negaba la barbarie militarista y golpista. Durante la enfermedad que atravesó en los últimos años de su vida, la combatiente siguió abogando por la superación desde el estudio, varias veces dejó clara su vocación por las carreras de Filosofía y Sociología.
“Cuando Gladys Marín tomó conciencia de la herencia de lucha que le tocó como mujer latinoamericana, su figura e ideas traspasaron las fronteras de Chile, porque el capitalismo no solo sepultó la culpa de la dictadura, sino que sometió al pueblo al despotismo del dinero, la desigualdad, el neoliberalismo. Por eso el capítulo que encabezó Marín, sobre todo su campaña electoral, su activismo social y político, determinaron el resurgimiento de todo un movimiento de mujeres jóvenes de izquierda, que aún apoyan un cambio de modelo definitivo en nuestro país”, aseguró Alex Sosa.
“Fallece Marín el 6 de marzo del 2005 y, cuando llega la noticia, nosotros estábamos aquí reunidos con los jóvenes del Partido Comunista de Chile y de la Escuela Latinoamericana de Medicina. Vinieron en poco tiempo cerca de 4 000 personas a darnos las condolencias. En nuestra patria el funeral se hizo el 8 de marzo, participaron cerca de un millón de personas. Simbólicamente coincidió con el Día Internacional de la Mujer. Todavía la recordamos, con su energía, con esas frases optimistas, aquella luchadora de la estirpe de Allende, de Víctor Jara”, declara Sosa conmovido.
Rosa Ayress, quien encabeza una asociación de mujeres latinas emigradas y residentes en el Bronx, decidió rendirle honor a la mujer luchadora del sur a través de una muestra artesanal, piezas que representan el grito de rebeldía contra la explotación femenina. “Gladys será como todas esas luchadoras, Rigoberta Menchú, Violeta Parra, que apostaron por la diversidad cultural y la identidad propia de los pueblos, o sea la justicia en su más amplio sentido”, declaró Ayress a Granma.








    
    










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