BAYAMO, Granma.—No pocos han experimentado la amarga sensación que genera caminar varias cuadras en busca de un teléfono público, y finalmente, encontrar un equipo averiado.
Las causas pudieran ser diversas y aunque no todas las soluciones están al alcance de la mano, muchas interrupciones pudieran evitarse si se combaten, entre todos, los hechos delictivos contra la telefonía pública.
Por este sendero desanda la oriental provincia de Granma, que aunque no está exenta de esas indisciplinas sociales, ha logrado un descenso de esa forma de maltrato a la propiedad común.
Así lo explicó a este diario Rodolfo Olivera, director territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) en la provincia, quien agregó que en el año que recién concluyó se produjeron cinco hechos delictivos, lo que representa una disminución de un delito con respecto al 2014.
Precisó que para frenar estos actos delictivos, orientados fundamentalmente a la sustracción del bajante telefónico, fueron reubicados los servicios en lugares más iluminados.
También se han firmado, en comunidades y entidades donde ha sido instalado los equipos, actas de cooperación que exigen la custodia de esos bienes expuestos, comunicó.
Señaló que la empresa también coordina barrio-debates en lugares donde han ocurrido agresiones; este trabajo integrado ha posibilitado además que en el 2015 se pudieran esclarecer todos los hechos.
DE LAS MOLESTAS INTERRUPCIONES DEL SERVICIO
Aunque el decrecimiento de los hechos delictivos constituye un aliciente en aras de un óptimo servicio de la telefonía pública, las interrupciones en la prestación afloran.
Según precisó Olivera, Granma cerró el 2015 con más de 240 estaciones públicas interrumpidas por falta de piezas, que el país no tiene a disposición porque la empresa tuvo que cambiar de suministrador y por tanto, la única solución posible es sustituir las terminales averiadas por equipos comprados a un nuevo fabricante, de procedencia española, igual que el anterior.
En este sentido, el directivo señaló que en el año que terminó fueron sustituidas 160 terminales públicas obsoletas y se incrementaron 120 nuevas estaciones.
No obstante, especialistas y directivos de la empresa se declaran insatisfechos y continúan este año las labores para mejorar la prestación, pues aunque las nuevas terminales públicas elevan a poco más de 4 000 las ya existentes, ello equivale a una densidad telefónica de 4,89 por cada mil habitantes, una de las más bajas del país.
Al respecto, Olivera aclaró que en el presente año la empresa solo prevé un crecimiento de 50 terminales públicas, pero aseguró que serán sustituidos los más de 200 servicios de tecnología obsoleta que están averiados.
En los primeros meses no se podrán resolver todas las interrupciones, dijo, por ello Etecsa se ha trazado la estrategia de mantener al menos una de las tres terminales funcionando, sobre todo en áreas de grandes concentraciones de personas como escuelas, puntos de transportación masiva, villas de alojamiento...
Agregó que hospitales, policlínicos, funerarias y terminales constituyen áreas priorizadas y deben tener todos los teléfonos públicos aptos para su uso, aunque, aclaró, ello no significa que algún equipo ubicado en estos lugares presente una determinada avería y quede fuera de servicio por algunas horas.
Indiscutiblemente la mejoría de la telefonía pública depende de recursos que poco a poco llegan al país, no obstante la ciudadanía tiene también en este asunto un peso importante, pues debe ganar aún más en conciencia en cuanto al cuidado de esos bienes.
No son pocos los que acostumbran a exigir a punta de fuertes golpes una moneda que el equipo “se tragó” o desquitarse, con este, algunos desenlaces amorosos anunciados vía telefónica.
Todavía queda el reto de erradicar definitivamente los actos delictivos y maltratos, por eso la lucha seguirá constante, afirmó Olivera, e instó a la población a continuar colaborando con el cuidado de esos bienes cuya función es social.
Por fortuna resaltan en este sentido buenos ejemplos de conciencia cuidadana. Uno de ellos es la anciana Migdalia Rodríguez, vecina del reparto Antonio Guiteras en la capital del territorio, quien confesó que diariamente vela por la “pública” instalada cerca de su vivienda, que ya tiene varios años de explotación y en solo una ocasión ha sido dañada.
A veces los niños lo cogen para jugar, pero no ha faltado el regaño oportuno y la receptividad de las familias, responsables del inadecuado comportamiento de los hijos, significó.
Como Migdalia, toda la población de Granma debe sumarse al llamado de Etecsa, pues la prevención tiene que seguir siendo prioridad en el combate a las agresiones contra la telefonía, ya que estos servicios son altamente demandados por la población y constituyen, para muchos, la única vía de estar en línea con el mundo.
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Tenesmo dijo:
1
9 de febrero de 2016
07:50:51
jose Respondió:
14 de febrero de 2016
12:04:40
leandro dijo:
2
9 de febrero de 2016
09:09:19
Prudencio Respondió:
9 de febrero de 2016
09:22:09
Rogelio Respondió:
9 de febrero de 2016
12:00:11
carlos dijo:
3
9 de febrero de 2016
10:13:25
jp dijo:
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9 de febrero de 2016
10:14:24
Alberto García dijo:
5
9 de febrero de 2016
10:39:12
cubana dijo:
6
9 de febrero de 2016
11:48:16
sonia dijo:
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9 de febrero de 2016
11:55:22
Reyomar dijo:
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9 de febrero de 2016
12:18:06
Rick Tapir dijo:
9
9 de febrero de 2016
13:59:20
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