A tenor con las transformaciones que se aplican en el sistema de enseñanza en Cuba, la Educación Especial está inmersa en un proceso de perfeccionamiento, que aspira a mejorar el tratamiento integral que reciben los alumnos con necesidades educativas especiales desde una perspectiva de atención a la diversidad – refiere Dora Laborí Kindelán, metodóloga de Educación Especial del Ministerio de Educación (MINED).
Parte importante del perfeccionamiento en esta enseñanza es la atención educativa a los estudiantes en diferentes contextos y el papel de los especialistas, además de la concepción de la formación laboral.

En la actualidad en seis provincias del país se trabaja de manera experimental en temas como la atención al retraso mental y el trabajo con alumnos ciegos y de baja visión. Los resultados que se obtengan de esas experiencias se harán extensivos más adelante al resto del país.
“Hoy cada escuela está elaborando su proyecto educativo institucional y se está trabajando con una concepción curricular más flexible y más contextualizada”, afirma la Metodóloga del MINED.
Una de las aspiraciones de la Educación Especial en esta etapa de perfeccionamiento es tener un concepto de discapacidad basado en las posibilidades que tiene cada estudiante. “Es tan importante la influencia de lo social y la educación, que tienen más valor que cualquier limitación biológica que pueda presentar un estudiante”, refiere Laborí Kindelán.
Otro de los propósitos es adecuar el sistema de evaluación y buscar la calidad de la educación en una escuela que debe ser cada vez más inclusiva.
La educación especial es la encargada de atender a las personas con necesidades educativas especiales que pueden o no estar asociadas a una discapacidad y en enero próximo llegará a 54 años de implementada en el país.

Cada año unos 1 400 estudiantes egresan de esta enseñanza en la Isla y se incorporan a la vida laboral. El indicador constituye un importante resultado de los diferentes centros educativos de este sistema.
El país en este momento cuenta con 12 círculos infantiles especiales y 98 salones de estimulación temprana. En las 360 escuelas especiales se atienden estudiantes con trastornos como retraso mental, autismo, trastorno del lenguaje y de conducta, así como niños y jóvenes sordos e hipoacúsicos y sordo-ciegos.
Sobre este particular Dora Laborí Kindelán asegura que más de
1 600 alumnos reciben atención de manera ambulatoria por padecer algún impedimento físico que no les permite ir a la escuela.
La funcionaria recalcó, además, que unos 21 400 niños entre 0 y 6 años reciben estimulación temprana y otros 333 alumnos que se encuentran hospitalizados por tiempo prolongado, son atendidos en 17 aulas hospitalarias.



















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Rocio dijo:
1
1 de julio de 2018
20:25:20
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