CAMAGÜEY.— A los 68 años de edad, todavía le quedan fuerzas y deseos a Reinaldo Pérez Lastre para cumplir el viejo anhelo, no logrado aún, de ver aplicada y generalizada en el país la transferencia de embriones, tecnología dirigida a acelerar los procesos en el flujo de desarrollo de la masa vacuna.
Y es que no son muchos en Cuba los que dominan tal procedimiento, cuya introducción en la ganadería nacional fue concebida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la década de los 80 del siglo pasado, con la puesta en marcha de una red de 14 laboratorios que apenas pudieron demostrar su validez.
Para enfrentar la nueva tarea, Pérez Lastre, junto a otros colegas, se preparó primeramente en la Empresa Genética Valle del Perú, en 1987 viajó a Francia a especializarse y luego concluyó varios cursos en el Centro de Investigaciones para el Mejoramiento Animal de la Ganadería Tropical (CIMAGT).
“Sin embargo, recuerda el destacado médico veterinario, a partir de las restricciones económicas del periodo especial, unido también a incomprensiones y recelos sobre las ventajas de la tecnología, el trabajo se complicó y prácticamente hubo que cerrar estos centros tras pocos años de funcionamiento”.
Ante la falta de equipos e insumos indispensables, buena parte de los cuales son muy costosos y deben importarse, sobrevino entonces una prolongada etapa de inactividad que incidió en el deterioro acelerado de las instalaciones y el éxodo de la fuerza calificada hacia otros sectores.
UN NUEVO “LLAMADO A FILAS”

A punto de cumplir 50 años de su graduación, en 1966, como técnico medio en Veterinaria, Reinaldo Pérez Lastre decidió responder favorablemente al llamado que se le hiciera para encabezar el proceso de rehabilitación integral del Laboratorio de transferencia de embriones de Camagüey.
“Ya estoy jubilado, pero creo que todavía estoy a tiempo de poder cumplir dos objetivos supremos en mi vida: uno, formar el relevo, atraer a estudiantes y especialistas que se interesen por la reproducción animal, para que no se pierda el conocimiento y, otro, demostrar que la tecnología, si se aplica bien, da resultados”.
El centro camagüeyano, perteneciente a la Empresa Genética Rescate de Sanguily, es el primero en entrar en funcionamiento nuevamente en el país, luego de la reconstrucción capital de la edificación, la reposición del equipamiento tecnológico y la rehabilitación de las áreas de pastoreo.
Inaugurada el 2 de diciembre de 1989, el “renacer” de la instalación más de 20 años después reviste un carácter estratégico pues, junto a la recuperación de la infraestructura del sector ganadero, urge reponer e incrementar el rebaño con animales superiores desde el punto de vista genético.
“Si es preciso levantar la ganadería, no tenemos derecho a mantener un día más subutilizados a centros como este o, de lo contrario, nos quedamos estancados en el tiempo”, reconoció el ministro del ramo, Gustavo Rodríguez Rollero, en visita al laboratorio durante las labores de restauración.
DE EMBRIONES “ÉLITES” Y OTROS MENESTERES
Pérez Lastre acostumbra a definir el laboratorio que dirige como un proceso biotecnológico, que consiste en la obtención de embriones de animales genéticamente excepcionales para transferirlos a vacas receptoras y lograr descendencias que multipliquen los valores en la producción de leche y de carne.
“Lo primero, explica, es lograr una adecuada selección de la donante, que debe ser un animal élite en su raza, clasificado de excelente en el orden genético, y el otro paso es determinar cuál será la receptora, una especie de incubadora, a partir de sus cualidades reproductivas y condiciones corporales”.

Refiere el especialista que la transferencia de embriones tiene muchos usos y ventajas. Uno de ellos es replicar la genética: mediante esta técnica se pueden obtener entre seis y ocho óvulos viables, mientras normalmente una vaca en cada ciclo estral (periodo de celo) expulsa un óvulo.
“Es decir, si usted transfiere ocho óvulos fecundados y logra solo un 50 % de eficiencia, obtendrá cuatro terneros. ¿Qué tiempo estaría una vaca para parir esa cantidad por vía natural, cuando en Cuba, por las condiciones de alimentación y manejo del rebaño, el periodo interpartal excede el año?”.
El propósito inmediato es rescatar especies y aumentar los rebaños por esa vía, a partir del fondo genético existente en la empresa, como es el caso de las razas Munray Grey, Aberdeen agnus, Chacuba (cruzamiento de Charolaise y Cebú) y Criollo, animal autóctono, cuyo número es muy limitado en el país.
TRANSFERIR: SE DICE RÁPIDO…
Explicar a Yaneibis Cardoso García y Thaidí Cruz Telford, estudiantes de cuarto año de Medicina Veterinaria, de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte cada uno de los pasos a seguir durante el proceso de transferencia de embriones ocupa a Pérez Lastre apenas unos escasos minutos.
Sin embargo, para las jóvenes que transitan un mes de prácticas por el laboratorio pronto queda claro que se trata de un procedimiento sumamente complejo, que exige especialización, habilidades y hasta ciertas mañas, imposibles de adquirir en unos días, sino fruto de muchos años de trabajo y entrega.
Así lo constatan al compartir con el vaquero Néstor Rivero Cancino, quien además de atender el rebaño de vacas donantes es el responsable de seguir la evolución del ciclo estral de los animales e informar a los especialistas la fecha exacta de la caída en celo, para de inmediato iniciar los procederes técnicos.
O cuando conocen los detalles del acto de superovulación, a partir de la aplicación de hormonas, y toda la cadena ininterrumpida de acciones que se suceden en el laboratorio durante la búsqueda, clasificación y evaluación de los óvulos fecundados hasta seleccionar los mejores y más viables.
Similar interés muestran las estudiantes al apreciar finalmente la manera en que los embriones se transportan al centro de receptoras, bajo estrictas medidas de conservación, para ser luego transferidos a las vacas seleccionadas, como colofón de un proceso que exige total sincronización y exquisitez en los modos de actuar.
Ahora con los recursos necesarios —equipos, instrumentales, hormonas, medicamentos y animales para trabajar— Reinaldo Pérez Lastre siente que las cosas marchan por buen camino, lo que aleja de él y de sus colaboradores cualquier síntoma de pesimismo ante amargas experiencias anteriores.
“Siempre digo, reitera, que la transferencia de embriones ni suple a la monta directa ni a la inseminación artificial. Esto es pura ciencia, es técnica, es un proceso biotecnológico a largo plazo, que no puede ser comercial pero, de consolidarse, contribuirá a transformar, para bien, la ganadería cubana”.



















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rodolfo pedroso sosa dijo:
1
7 de enero de 2016
03:47:55
BRamos dijo:
2
7 de enero de 2016
10:05:50
Eduardo dijo:
3
7 de enero de 2016
10:48:40
Rodrigo leon dijo:
4
9 de enero de 2016
21:00:41
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