ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La mayoría de las familias de Tunas de Zaza y El Médano se encuentran vinculadas a la actividad pesquera. Fotos: Vicente Brito

SANCTI SPÍRITUS.—Para relatar lo que encontró hace seis décadas a su paso por Tunas de Zaza, Onelio Jor­ge Cardoso no necesitó de sus típicas exageraciones, de las fantasías de guajiro avispado que aprendió de ni­ño en Calabazar de Sagua ni de las his­­torias de su cómplice Juan Can­dela, aquella creación tan suya con “la cabeza llena de ríos, de montañas y de hombres”, que según cuentan tu­­vo alguna vez la ocurrencia de pe­gar con baba de guásima las dos partes de un perro cortado a la mitad.

Onelio Jorge entró y salió de Tu­nas como mejor podía hacerlo en aquel entonces: sobre el coche ferroviario —gascar diría él— que cubría la ruta desde Sancti Spíritus hasta el puerto por donde exportaban sus azúcares los ingenios Natividad, Ama­zonas, Tuinucú y La Vega y de sus apuntes bro­tó enseguida la conmovedora crónica que en junio de 1955 publicara la revista Carteles.

Como “una lengua de tierra robada al mar” calificó el cronista el caserío de pescadores, acaso una provocación a las fuerzas de la naturaleza, asentado en el lugar desde el lejano 1840 y luego bombardeado criminalmente por las cañoneras estado­unidenses en junio y julio de 1898 a propósito de la guerra hispano-cu­ba­no-norteamericana.

Aunque afortunadamente las vi­viendas hayan venido cambiando su fisonomía para bien, la pasarela de tablas que llevaba hasta el poblado de El Médano fuera sustituida por una carretera y desde hace mu­chos años los enfermos ya no queden a merced de los esteros, el po­blado que descubrió Onelio Jorge hacia 1955 pervive hoy justamente donde él lo encontró: a un costado de la desembocadura del río Zaza, navegable por estos predios, y con las aguas del Caribe salpicándole las paredes a las casas o a veces dentro de ellas mismas.

Las recientes acciones de mejoramiento de la comunidad contaron también con el concurso de sus habitantes.



SOLUCIONES EN FRONTERAS

Algo más de 2 300 habitantes se mantienen aferrados a esta suerte de ínsula en tierra firme que conforman Tunas de Zaza y El Médano, dos co­munidades pesqueras del sur de Sancti Spíritus, unidas geográfica y cul­tu­ral­mente, que no obstante Ma­ri­bel San­tander, vecina del se­gun­do, define “co­­mo pueblitos si­mi­lares, pe­ro con per­sonas muy diferentes”.

Tunas cuenta con una envidiable industria pesquera para el procesamiento de varias especies, re­cientemente avalada por expertos de la Unión Europea; una de las más prósperas camaroneras del país e importantes reservas de aves y es­pecies marinas controladas por Flo­ra y Fauna, pero más que todo con una colectividad de pescadores que presume de poder navegar con los ojos cerrados por los mares ubicados al sur de la zona central de la isla grande y regresar seguros a puerto.

Planteamientos que parecían in­solubles o que amenazaban con trans­­­formarse en históricos quedaron re­sueltos recientemente en la zona por obra y gracia del programa integral de reanimación de comunidades, una estrategia impulsada por la dirección de la provincia, que lo mismo rehabilitó el tanque de combustible de la tienda de víveres de Tayabacoa, que eliminó las tendederas eléctricas en Aguadita o aseguró agua potable a Cuatro Caminos.

Reparaciones fundamentalmente de carpintería y cubierta en bodegas, círculos sociales, escuelas y consultorios de la zona; renovación del mobiliario para el uso del médico y enfermera de la familia y pintura de fachadas en viviendas e inmuebles administrativos se cuentan también entre las acciones de mejoramiento asumidas tanto por empresas y organismos como por los propios pobladores del lugar, según el inventario que conserva en su agenda Lázaro Viva Ceja, el presidente del Consejo Popular.

La suma de soluciones, de la que por cierto se sigue hablando todavía en la comunidad, fue aplaudida por los lugareños que obviamente prefieren resolver “en fronteras” sus apremios cotidianos antes que lanzarse por ca­rretera hasta Sancti Spíritus, a más de 70 kilómetros de distancia, o de­sandar el mismo camino de hierro que hace 60 años llevó a Onelio Jorge Car­doso hasta lo que él denominó uno de los “parajes olvidados de Cuba”.

AL LADO DEL AGUA

Con los dedos en cruz esperaron los tuneros los medios de evacuación en mayo del 2012, cuando un temporal a destiempo rebosó en cuestión de horas la presa Zaza y amenazó, una vez más, con desaparecer las comunidades ubicadas agua abajo del em­balse.

A pesar de sus 74 años, Oriol Estepe se mantiene activo y con muchas mañas que enseñar.

El episodio representó apenas uno más entre los tantos que han oblig­ado a los pobladores de la zona a hacer sus bártulos y poner pies en polvorosa para salvar la vida, un ejercicio que los lugareños asumen con habilidad contagiosa ante lo que parece ser la recurrente circunstancia del agua por todas partes.

Para abaratar las sucesivas evacuaciones, hace varios años los ex­pertos diseñaron y ejecutaron una suerte de búnker a ras de tierra, que en tiempos de contingencias al me­nos sirve de parapeto a los equipos electrodomésticos y otros me­dios del hogar, los cuales hasta entonces era preciso trasladar hacia la ciudad o correr el riesgo de perderlos como ocurrió más de una vez.

Ni los intentos por retirar el caserío algunos kilómetros de la línea de la costa, ni la propuesta radical de trasplantarlo de raíz hacia Sancti Spíritus han sido del agrado de los tuneros, quienes, ciertamente, más que a las penetraciones del mar, a las crecidas del río y a los mismísimos ciclones tropicales, le temen a la idea de una partida definitiva.

Al menos así lo sostiene Oriol Es­tepe, un pescador que a los 74 años perdió la cuenta de las veces que ha tenido que amarrar sus barcos al tronco de los mangles en lo más profundo de los esteros para que las crecidas no los arrastren, pero que se niega de manera rotunda a abandonar la co­munidad donde, según dice, ha gastado los mejores años de su vida.

—Pero algún día tendrá que irse si el mar sigue subiendo, sugiere Granma.

—Puede ser, aunque yo no voy a estar aquí para comprobarlo —responde él—. A lo mejor la gente va y construye más pa’ dentro, pero siem­pre, anótenlo ahí, siempre al la­do del agua”.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Jorge Luis dijo:

1

25 de diciembre de 2015

01:13:26


Aclaración el Gascar siempre fue desde Zaza del medio hasta Tunas de Zaza

Simplicio dijo:

2

25 de diciembre de 2015

09:11:34


Cuando niño mi padre tuvo que ir a hacer un trabajo de restauración del balizamiento del canal de entrada a los barcos que entraban a cargar azúcar; por lo que mi famlia se trasladó temporalmente a vivir en ese poblado. Para llegar por tierra solo se accedía por un gascar no había carretera. El poblado no tenía luz eléctrica, agua potable ni calles, aceras, las casas eran de madera. La que yo vivía estaba levantada del piso unos dos píes. Tenía planta eléctrica propia. Había una casa que tenía un televisor en una sala con bancos y cobraba 5 centavos por ver la televisión entre las 7 de la noche y las 12 quizá. La producción principal era la pesca en general pero la de camarones era muy importante. Vi bohíos usados como secaderos de camarón que la pila llegaba desde el piso al caballete del bohío. Algo más de 3 metros. Era camarón salado secándose. Las condiciones de vida terrible. Mísera, los habitantes de ese pueblo vivan como Colón encontró a los indios al llegar a Cuba. No recuerdo existiera escuela ni servicio de salud. Él gascar llegaba entre 7 y 8 de la mañana y hacia su salida de regreso sobre las 8 de la noche. No recuerdo cuantos viajes daba al día pero no creo fueran muchos. La plaga de mosquito era severa. El paso de comunicación de las comunidades asentada en los cayitos cercanos era por un puente de madera estrechó y destartalado. Entonces no creo se supiera qué cantidad de habitantes tenía esa comunidad pues la población estaba asentada en los cayitos cercanos y en tierra firme de la isla principal,. Ojalá los descendientes hoy de aquella población tengan claro que era Tunas de Zaza antes de 1959.

Alberto dijo:

3

25 de diciembre de 2015

13:48:51


yo iba en los años 50 de Sancti Spiritus a Tunas de Zaza en el Gascar.