ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La actual sequía en algunos lugares comenzó hace dos años y en otros empezó a notarse a finales del 2014. Pudiera llover a partir de mayo del año que viene, asegura José Antonio Hernández, director nacional de Uso Racional del Agua. Foto: Jorge Luis González

La frecuencia con que los medios de alcance nacional tocan el tema de la sequía que afecta al país no es casual. Está plenamente justificada por las cifras que vienen a continuación: 77 municipios con comportamiento seco, de ellos 43 con una situación moderada, 23 severa y 11 extrema.

Para una nación,cuya única fuente de agua son las precipitaciones, dado su carácter insular, el asunto resulta vital, pues de acuerdo al comportamiento de las precipitaciones será la disponibilidad del recurso en los embalses

Según el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), la temporada de enero a octubre de 2015 ha sido la quinta más seca desde 1901. La etapa lluviosa de este año tampoco ha sido alentadora, pues clasifica como la séptima más deprimida desde principios del siglo XX.

Dicho en términos de fácil comprensión: los embalses hasta el 10 de noviembre estaban solo al 50,4% de su capacidad, los de abasto a la población mostraban el 56% de llenado y los destinados para el suministro al arroz, el 45%.

“A pesar de lo compleja que está la situación, no hemos llegado a los niveles que tuvimos de enero a octubre de 2004, que es el peor de los últimos 115 años”, asegura el máster en ciencia José Antonio Hernández Álvarez, director de Uso Racional del Agua del INRH.

Si bien el problema es menos crítico en algunos territorios, provincias como Las Tunas, Santiago de Cuba y La Habana exhiben un panorama preocupante en el estado de sus embalses.

Por solo citar un ejemplo, las regulaciones que hoy se implementan en la provincia de Santiago de Cuba – asegura el entrevistado –, donde los ciclos de distribución son de 15 y 16 días, son para que no se quede la ciudad sin agua. “Realmente el agua de la que se dispone es para la población”, puntualiza.

GUARDAR HOY PARA TENER MAÑANA

Entre las particularidades de esta sequía el especialista del INRH destaca su alcance nacional, la disminución de los niveles de embalses y el aumento de la intrusión salina. En no pocos casos revertir esta situación exigirá largos plazos, además de un considerable gasto financiero, material y tecnológico.

Esta circunstancia exige un grupo de medidas tanto de carácter general como de corto y mediano plazo para mitigar el impacto de la falta de lluvias e incrementar la percepción de riesgo en la población.

”Un problema que tenemos a nivel nacional es que no se ha logrado que haya una percepción real del tema de la sequía. Todavía las personas no se han dado cuenta de la situación en que estamos y de la necesidad de que se haga un uso racional del agua”, subraya Hernández Álvarez.

Estudios realizados por el Instituto de Meteorología han demostrado que en Cuba cada vez llueve menos y se prevé que para el año 2100 el volumen de precipitaciones y la disponibilidad de agua física se reduzcan en un 50%.

Cuba cuenta con una Política Nacional del Agua, que traza con cuatro prioridades (abasto a la población, abasto animal, producción de alimentos y abasto industrial, en ese orden), de ahí que ninguna medida que se aplique puede afectar a los ciudadanos.

Una de las acciones que se ejecutan a nivel nacional es reducir pérdidas en las redes de distribución con particular énfasis en la supresión de salideros, y actualizar las normas de gasto en sectores como la agricultura e instituciones sociales como hospitales, escuelas y hoteles, tradicionalmente grandes consumidores.

Otra medida a corto plazo, que ya se ha puesto en práctica en algunos territorios, es suspender el riego agrícola en las cuencas que se encuentran en estado crítico, esto implica “emigrar la agricultura hacia lugares, donde se disponga de agua o ir a técnicas de riego eficientes.”

Nada de esto daría resultado si no se mide cuánto se gasta tanto en el sector estatal como en el residencial. Es por eso que incrementar la cobertura hidrométrica del país empiece a ser una prioridad.

“Esto no es con fines de lucro, sino con el propósito de estimular el ahorro y para saber en realidad el agua que se consume. Para el año 2016 debe quedar metrado el 100% de los consumidores estatales y alcanzar alrededor de un 14% del sector residencial”, señala el director de Uso Racional del Agua.

La población no está exenta de estas normativas que estimulan el ahorro, pero abarcar la totalidad de las viviendas con el sistema de metro contadores requiere de una alta inversión a largo plazo, de ahí la necesidad de sensibilizar en el tema de no derrochar, puntualiza el interlocutor.

PREPARANDO EL NUEVO AÑO

En el 2010 el país incluyó el agua como un indicador de la economía, por tanto es un recurso cuyo uso se planifica. A pesar de los esfuerzos gubernamentales, en Cuba más del 50% del líquido que se bombea se pierde, ya sea en conductoras, en redes de distribución, o dentro de las casas. Para cambiar esta realidad existe un programa de inversiones que prioriza a 13 ciudades del país.

Para los próximos meses debe estar listo un sistema de alerta temprana con el tema de la sequía. Con esto se activarían un grupo de organizaciones en cada territorio para tomar las acciones pertinentes. Igualmente se trabaja con ministerios y entidades estatales para que el ahorro se convierta en un hecho cotidiano en personas naturales y jurídicas.

“Para el 2016 estamos precisando en las provincias Las Tunas y Camagüey de cuánta agua disponemos para el arroz y cómo se va a utilizar de la manera más eficiente para lograr producir más con la que tenemos”, asegura Hernández Álvarez.

A pesar de todo lo dicho y de la complejidad de la situación hídrica, en la Isla existe lugares con una disponibilidad de agua “tremenda” - como afirma nuestro entrevistado- ubicados al norte de la provincia Holguín, el norte de Villa Clara, en Matanzas, que cuenta con aguas subterráneas; y el norte de Pinar del Río.

No obstante, el cuidado que debemos tener al emplear un recurso preciado y finito como el agua, es hasta el momento la mejor alternativa para disponer de él el mayor tiempo posible, mientras llegan las lluvias que tanto necesitamos.

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