ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El Comandante Raúl Castro, entonces ministro de las FAR, resume el acto por el Dìa del Trabajador Petrolero, efectuado en la refineria Ñico López (antigua Esso) en La Habana. Foto: Pedro Soroa

El 20 de noviembre de 1960, en la refinería Ñico López, el Co­man­dante Raúl Castro Ruz, entonces mi­nistro de las Fuerzas Ar­ma­das Revo­lu­cio­narias, presidió el acto central para conmemorar el primer aniversario de la creación del Instituto Cubano del Pe­­tróleo (ICP).

Tras develarse un busto de An­tonio (Ñico) López Fernández, los obreros del petróleo entregaron su aporte voluntario para contribuir a la compra del armamento ne­ce­sario para la defensa de la Re­vo­lución.

Luego de que varios oradores hicieran uso de la palabra, el Co­man­dante Raúl Castro hizo el resumen.

LLORAMOS LA PÉRDIDA DE HOMBRES COMO ÑICO

Las primeras palabras de Raúl estuvieron dedicadas a subrayar los grandes valores de Ñico López, el inolvidable combatiente de la Ge­neración del Centenario que —el 26 de Ju­lio de 1953—, participara en el ataque al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Ba­yamo; del joven expedicionario del Gran­ma, vilmente asesinado por el ejército batistiano el 7 de diciembre de 1956.

Raúl recordó el gran dolor que sintieron todos los expedicionarios cuando: “encontrándonos en difícil situación, supimos de su muerte. Y es honrado confesar, porque son sen­timientos que nacen de lo más profundo de cada ser, que amargamente, en medio de nuestra desgracia, lloramos la pérdida de hombres como Ñico y otros que nos acompañaran en aquellos momentos. [1]

Al rememorar la última vez que se encontrara con Ñico después del desembarco del Granma, Raúl contó a los presentes:
“En aquella última reunión o breve cambio de impresión, hablamos de un sencillo documento que entre los dos habíamos firmado, y dejado en México horas antes de partir; era una especie de testamento político, que, precisamente hoy, de manos de la Sra. Orquídea Pino recibiéramos. Recuerdo uno de los párrafos en que mutuamente nos pe­díamos que si uno de los dos caía en la lucha, en la lucha que se iniciaba con toda nuestra fe, pero con un futuro incierto todavía, después de observar la fuerza con que contábamos, nos pedíamos mutuamente que si uno quedaba vivo, no de­jase jamás que la tumba del caí­do fuera usada por los demagogos, por los politiqueros y por los buitres que cunden siempre, o cundían antes, y a eso estábamos acostumbrados, a merodear sobre las tumbas de los mártires, y allí llamarle: ‘Mi hermano querido, sigo tu lucha, sigo lo que tú me dijiste’, pero la realidad distaba mucho de los hechos. Nuestro testamento po­lítico, como así quisimos llamarle, no es necesario mencionarlo. En bre­ves rasgos y en menor escala, manifestamos lo que creíamos que debería ser la Revolución, y honradamente confieso aquí que todo eso fue, por muchas veces, superado”.

MIENTRAS MÁS FUERTES SEAMOS, MÁS SEREMOS RESPETADOS

Más adelante, Raúl hizo un recuento de la situación del país y de las múltiples agresiones del imperialismo norteamericano, des­de el triunfo de la Revolución, y cómo el pueblo cubano las había enfrentado y vencido. “En todas esas batallas el pueblo ha ido derrotando esas maniobras; frente a las agresiones militares, frente a la traición interna, frente a los débiles que, acudiendo al canto de sirenas del oro imperialista, abandonaban el país frente al embargo económico, el pueblo se las ha valido y se las ha ingeniado para ir sustituyendo con su trabajo aquellas cosas que podían hacernos falta”.

Raúl, abordando el enfrentamiento a las agresiones, precisó que el deseo de la Revolución no es estar en guerra y ni mucho menos ar­marnos innecesariamente. “¡Nues­­tro único deseo es hacer la revolución pacífica, reconstruir la nueva sociedad ‘con todos y para el bien de todos’ que nos enseñó el Após­tol!; brindarle un porvenir más feliz a nuestro pueblo, […]  desarrollar, en una pa­labra, en forma pacífica nuestra Revolución, es nuestra máxima aspiración. ¡Ojalá que el tiempo que hemos dedicado y tendremos que seguir dedicando a la preparación de nuestra defensa hu­biésemos podido dedicarlo al desarrollo de nuestra Revolución, a la obra constructiva de la Revo­lu­ción!”.

El pueblo cubano ha tenido que invertir muchas fuerzas y recursos en la preparación de la defensa del país. Pero este esfuerzo, destacó Raúl: “nos deja el saldo positivo de seguir trabajando sin preocupaciones, de seguir trabajando alertas; y un saldo más positivo aún como ya dijera Fidel, que mientras más fuertes estemos, mientras mejor preparados nos encontremos, más va­mos alejando de nuestro pueblo la idea de una agresión. Nos preparamos, en una palabra, para evitar la guerra; nos armamos para evitar derramamientos de sangre; luchamos por nuestro desarrollo pacífico, respetando a todos los países, pero, con la misma firmeza, ¡exigiendo que se nos respete!”

Bien esclarecido quedó por Raúl, el concepto de la preparación militar, cuando exclamó: “el concepto de entrenarnos cada cubano que sea capaz de portar un arma es un concepto, una idea y un deseo pacífico. ¡Mien­tras más fuertes seamos, más seremos respetados y más demoraremos el derramamiento de sangre de nuestro pueblo!


[1] Todas las notas han sido tomadas del discurso de Raúl Castro publicado en Re­volución, 21 de noviembre de 1960, La Ha­bana, pp. 2 y 3.

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Quyen Ta dijo:

1

20 de noviembre de 2015

05:58:06


Muy buen articulo. Es y sera la posicion de Cuba con relacion a su defensa. Es por eso que nos respetan en el mundo, donde mandamos ejercitos de medicos. Es nuestra manera de defender la Revolucion. Gracias por mantener tan viva nuestra historia.

denis Ar{evalo suazo dijo:

2

20 de noviembre de 2015

08:39:06


adelante con todas las fuerzas de nuestras historias que al final ser{an una

José Alemán dijo:

3

20 de noviembre de 2015

11:41:41


Muy buen Articulo sobre un brillante discurso de Raúl donde rindió jomenaje a Ñico Lopez y ademas dejó bien clara la necesidad de estar preparados para garantizar la defenza de nuestra patria desde aquellos momentos iniciales hasta hoy y siempre.6