
LAS TUNAS.—Es el sistema de salud cubano uno de los más prestigiosos alrededor del mundo. Las razones son disímiles, pero basta con decir que todo nuestro pueblo disfruta de este derecho, sin distinciones de ninguna índole.
Sin embargo, la satisfacción de quienes acuden a las instituciones destinadas a brindar atención médica, pasa también por el confort y recursos con que cuenten las mismas. De ahí se deriva además la existencia de mejores condiciones de trabajo para todo el personal del sector.
En función de este objetivo nació en Las Tunas el programa Todos por Salud, cuyo impacto es hoy innegable en cada uno de los rincones de nuestra geografía. Sobre las características de esta iniciativa y sus resultados, ofreció valoraciones el doctor José Armando Arronte Villamarín, director provincial de salud.
—¿Cómo surge la idea de crear este programa?
—Es una experiencia tunera que nació a partir de una evaluación para determinar las condiciones de las instituciones de salud en el territorio. A raíz de ese proceso, se llegó a la conclusión de que la infraestructura de nuestras unidades estaba muy afectada, por tantos años sin un programa de mantenimiento y reparación, siendo de las más deterioradas a nivel de país.
“Fue por ese motivo que en enero del 2014 los directivos del sector, de conjunto con las autoridades del Partido y el Poder Popular, decidimos organizar el programa Todos por Salud. El objetivo planteado fue la vinculación de los organismos y sobre todo, de las formas productivas, a instituciones de salud, ya sea consultorios, hogares maternos, casas de abuelos y otras, con el fin de lograr su reanimación”.
—Sabemos que ese objetivo inicial se ha cumplido, ¿cuáles son entonces los resultados que hasta el momento muestra el programa?
—En el año 2014 por ejemplo, se logró reparar un total de 138 consultorios médicos de la familia. Si evaluamos eso contra el plan de mantenimiento y reparación que tenía el propio sistema de salud, que era de solo 32, observamos que se superó con creces esa cifra que teníamos concebida. En ese propio periodo otras unidades fueron reparadas, y sumaron un total de 21. Me refiero en este caso a clínicas estomatológicas, salas de rehabilitación e incluso, algunos locales dentro de los propios hospitales.
“En lo que va del 2015, se ha logrado ya un total de 49 consultorios reparados y 11 instituciones de otra índole, que suman 60 y no ha concluido el año, por lo que para el cierre de diciembre esperamos llegar al orden de las 80.
“En resumen, desde que se inició el programa, se remozaron más de 200 instituciones del sector”.
—La atención primaria es una de las fortalezas de nuestro sistema de salud, por lo que la reparación de consultorios médicos implica un salto para elevar la calidad de la atención. En el caso de estas instituciones, ¿qué mejorías se observan?
—A los consultorios médicos de la familia (CMF) beneficiados por el programa, se les garantizó agua, iluminación y cierta privacidad para el desarrollo de los procederes. Además, no solo se interviene el lugar de la consulta, sino también la casa del médico y la enfermera, sobre todo con el cambio de carpintería y la impermeabilización de cubiertas.
“Sin embargo, yo creo que el mayor beneficio es que hemos elevado la permanencia del médico y la enfermera en las comunidades. Un ejemplo ilustrativo de este aspecto es que a inicios del pasado año solo el 17 % de este personal vivía en los CMF. Ya al finalizar el 2014 logramos elevar esa cifra hasta el 50 % y esperamos cerrar el 2015 al 70.
“Esto demuestra que los beneficios y el nivel de satisfacción no han sido solo visibles en la población, sino en los propios trabajadores del sector”.
—Este programa promueve también un mayor acercamiento al pueblo, ¿qué puede decirnos al respecto?
—El proyecto nos permite dar un mejor tratamiento a las preocupaciones del pueblo que se han identificado en las rendiciones de cuenta y en otros espacios, como los proyectos comunitarios.
“Otro elemento importante es que los pobladores de cada lugar son protagonistas junto a los trabajadores de salud, a las formas productivas o al organismo que trabaje en la obra, para que la misma tenga la calidad necesaria. Es muy gratificante también el hecho de que los campesinos de una cooperativa aprueben en su asamblea un financiamiento que es fruto de su labor, para garantizar mejores condiciones materiales al consultorio de su comunidad.
“Todo ello se revierte en definitiva en un beneficio común y se logra además un compromiso popular, para evitar que la institución vuelva a deteriorarse”.
—¿Podemos concluir entonces que este programa contribuye a consolidar las bases sobre las que se sustenta nuestro sistema de salud?
—Contar con instituciones en mejores condiciones permite elevar la calidad del servicio y eso se traduce en satisfacción. Esa es la meta cimera del sistema de salud cubano, es lo que merece todo nuestro pueblo y es lo que pretende el programa Todos por Salud.
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Belkis de la Caridad dijo:
1
30 de octubre de 2015
11:15:56
ManoloTorres Sobrino dijo:
2
1 de noviembre de 2015
01:42:12
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