ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Los laboratorios de la Universidad pinera se han beneficiado con la integración. Fotos: Yaima García Vizcaíno

ISLA DE LA JUVENTUD.— Dicho así, convertir a la universidad en un nicho de saberes, de donde emerjan las soluciones a los problemas de la comunidad y la sociedad en su conjunto, con la integración de todos los conocimientos en función de formar a un ciudadano mejor, puede parecer la apelación a una perogrullada, a la condición misma de estos centros desde su surgimiento.

Sin embargo, ya sabemos que la historia ha demostrado, en no pocas ocasiones, que estas fuentes de conocimiento pueden influir, con igual fuerza, en la construcción o destrucción de un país, en la construcción o destrucción del mundo.

El teólogo y periodista brasileño Frei Betto, cuando hace unos días recibió su condición de Doctor Honoris Causa en Filosofía de la Universidad de La Habana, lo acotaba al referirse a las universidades que “han formado a hombres y mujeres que construyeron las bombas de Hiroshima y Nagasaki —los más horrendos bombardeos de la historia—, universidades que han formado los modelos económicos que hacen a los ricos cada vez más ricos y a los pobres cada vez más po­bres”.

He ahí la excepción. En un mundo marcado por la mercantilización del saber, y donde cada vez son menos los jóvenes que acceden a la enseñanza, las universidades cubanas formaron a los hombres y mujeres que “lograron consolidar en Cuba un sistema socialista que comparte los bienes de la tierra y los frutos del trabajo”, como diría Frei Betto, y son las mismas que hoy apuestan por una integración de saberes dispuesta a dar solución a los problemas más acuciantes de su sociedad.

Pero en la práctica, ¿cómo se materializan esos anhelos, a partir de la riqueza cultural y científica de un centro universitario? Tomemos como ejemplo la Universidad Jesús Montané Oropesa, de la Isla de la Juventud, en la cual hace tres años se implementó la integración de los centros de educación superior, y en ese mismo periodo de tiempo inició el Programa de Desarrollo Integral hasta el 2020 del Municipio Especial. Así podremos constatar los buenos frutos de una “cosecha”, y también los “malos tiempos” que ha tenido que afrontar.

PROS Y CONTRAS

La universidad pinera inició, junto a las de Artemisa y Ma­yabeque, el experimento para reorganizar los centros de educación superior (planteado en el Lineamiento 11 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución), en la búsqueda de una mayor racionalidad de los recursos.

El doctor Leonardo Cruz Cabrera, rector del centro explica cómo . se vincula el claustro de profesores y los estudiantes a la solución de los problemas de la sociedad. 

“Se integraron la Facultad de Cultura Física, la Universidad de Ciencias Pedagógicas y la que pertenecía al Ministerio de Educación Superior —tres centros con independencia económica y de sus procesos— y creamos las cuatro nuevas facultades (Ciencias Pedagógicas, Ciencias Técnicas, Ciencias So­ciales y Cultura Física) de la Nueva Universidad Integrada”, explica el doctor Leonardo Cruz Cabrera, rector del centro.

“Con ello logramos una mayor organización de las carreras de acuerdo con sus perfiles; la creación de tribunales de categorías científicas, que antes no existían por la dispersión de los profesionales, y la posibilidad de fortalecer los claustros de maestrías y especialidades. Ahora contamos con un 83 % del claustro con categoría docente, y el 73 % son doctores o másteres”, ejemplifica.
La política de informatización de la sociedad y las medidas para recuperar la infraestructura de la Educación Superior, también han tenido un impacto favorable en las condiciones tecnológicas. “Reconvertimos todos nuestros servidores. Au­mentamos la capacidad de navegación conectados a fibra óptica y pusimos en marcha las áreas de navegación inalámbricas (wifi)”.

Así lo pudo constatar esta reportera en los pasillos de la institución, donde ahora los jóvenes navegan con mayor “soltura” por la “red de redes”. El estudiante de Informática Yuniel Ferro es uno de los que pueden apreciar esas bondades: “Se han aumentado en los laboratorios la cantidad de máquinas y la capacidad de navegación, lo cual ha favorecido mucho el proceso docente-educativo”.

Para los jóvenes Evelín y Adrián, estudiantes de Derecho y Agronomía, respectivamente, prácticamente todo se resume en los triunfos. “Que la universidad cuente con carreras de diferentes perfiles y ramas del conocimiento ha favorecido no solo el estudio, sino también en el desarrollo de las actividades extracurriculares. Es una mezcla que me gusta”, refiere la primera.

“Con la integración ha aumentado el nivel de la preparación metodológica y por ende la calidad de las clases. Se han favorecido la organización de las carreras y las prácticas laborales que antes eran mayormente técnicas, y ahora tienen además un corte pedagógico”, advierte Adrián Cánovas, quien vivió la integración cuando transitaba como alumno ayudante de la carrera de Agronomía.

Sin embargo, para el profesor de Historia y Filosofía Julio César Sánchez, persiste un preocupante fenómeno que incide no solo a intramuros, sino al territorio pinero en su conjunto: “El problema del transporte nos golpea muchísimo”.
“Cuando se hizo el diagnóstico de la integración se identificaron algunos problemas, la situación con los laboratorios y la obsolescencia tecnológica, y el más crítico de todos, el problema del transporte, además el único que no hemos podido resolver”, explica Cruz Cabrera.

“Nuestro parque de guaguas está muy deprimido. Nosotros tenemos concentrada nuestra universidad en dos “campus” además de este, uno que está a cuatro kilómetros, y para el cual no hay una ruta periódica que circule establemente, y el otro que está en el centro de La Demajagua, a 25 kilómetros. Nues­tros profesores viven en tres lugares diferentes: Gerona; La Fe, que no tiene campus, y La Demajagua, adonde tienen que dirigirse los profesores por la integración”.

“El principal problema se nos da cuando queremos transportar a los profesores de esos lugares para los distintos “campus”. Aunque buscamos alternativas —siguen funcionando nuestras guaguas y alquilamos camiones particulares— no es suficiente; y no hemos paralizado el proceso, pero a veces se ha demorado el inicio de las clases”.

Antes de iniciar el curso escolar, en encuentro realizado en­tre los rectores de los centros de enseñanza superior con el titular del sector, Rodolfo Alarcón Ortiz, y viceministros del Mi­nisterio de Educación Superior, trascendieron las principales problemáticas de la integración enfrentadas en los distintos territorios del país. Allí Cruz Herrera hizo referencia a esta dificultad, a la que deberá ese organismo formador, de conjunto con las estructuras de gobierno en el Municipio Especial, encontrar una solución.

LA VERDADERA INTEGRACIÓN

Más allá del orden estructural, la verdadera integración debe darse en la mentalidad, en los modelos de enseñanza, la multidisciplinariedad con que se aborden y planteen soluciones a las problemáticas de la sociedad. Al menos esos deben ser los propósitos a largo plazo, aunque ya este centro haya suscrito una buena parte de estos ineludibles “contratos”.

El Programa de Desarrollo Integral de la Isla de la Juventud, según comentó en encuentro con Granma y otros medios nacionales Ernesto Reinoso, primer secretario del Partido en el territorio, está enfocado en tres aristas fundamentales: el sector agropecuario, industrial y el turismo, siendo el primero de ellos el más favorecido.

Sin embargo, todavía la agricultura —aunque muestra impactos en la acuicultura, la actividad porcina, algunos cultivos varios como el tomate y el frijol, los huevos y los cítricos—debe buscar la satisfacción en todas las producciones y el autoabastecimiento, explicó Reinoso. Asimismo, todavía quedan potencialidades que explotar en el sector turístico y el industrial, amén de que este último también muestra pasos de avance, sobre todo en el mejoramiento de la tecnología.

“Desde que comenzó el estudio y la confección del Pro­grama de Desarrollo Integral la universidad no estuvo aje­na— co­menta Cruz Herrera sobre la vinculación de la Jesús Montané—. “El Gobierno y el Partido nos convocaron y hubo una respuesta muy positiva de nuestros profesionales. La universidad ha ubicado especialistas en las instituciones. Tenemos un Centro de Desarrollo Local en función del gobierno, que hoy participa directamente con ellos”.

“Con periodicidad recibimos una actualización de la marcha del programa, y eso nos da la posibilidad de retroalimentarnos, ver qué está saliendo bien y qué mal, como pineros y profesionales de la Educación Superior. Por mencionar solo algunos ejemplos, en estos momentos se está trabajando en una tesis doctoral sobre los sistemas productivos locales asociados a la agricultura y otro enfocado en la marcha de la experiencia de la comercialización de productos agropecuarios”.

“Tenemos vinculados a estudiantes y profesores en un equipo multidisciplinario, rectorado por la facultad de Agronomía, para darle salida a una de las prioridades del programa que es el desarrollo de las UBPC. Les hemos dado respuesta además a las demandas del sector empresarial. De esa relación se han beneficiado, por ejemplo, la Empresa Eléctrica y la Empresa de  Materiales de la Construcción. Creamos además un grupo que está realizando estudios sobre las potencialidades de la energía renovable en la Isla de la Juventud.

“Pero además, la integración permitió que se incrementaran los cursos de superación de posgrados. Entre ellos, estamos ofertando maestrías en dirección, en especialidades de la E­du­cación Superior y una maestría de conjunto con la Uni­versidad de La Habana, de Historia de América Latina y del Caribe”, a­punta.

“Hemos concretado proyectos en los ba­rrios, en las comunidades, de la mano de Cultura y la Uneac. Noto que hemos ganado todos, sobre todo en el rescate de la identidad. Es una universidad mucho más fuerte y coherente, y mucho más visible en la sociedad”, concluye Julio César Sán­chez.

En la concreción de estas investigaciones —y por supuesto en el empeño, el rigor y la eficiencia de quienes lo lleven adelante—, estará una buena parte del éxito del Programa de Desarrollo Integral del Municipio Especial. Sin duda alguna, un crédito insoslayable se llevará la Jesús Montané Oropesa.

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Uliser Vecino Rondan dijo:

1

23 de octubre de 2015

12:11:55


Saludos Me parece interesante el artículo, esto contribuye a divulgar los resultados de una universidad que ha ido creciendo en el tiempo, realmente aún debemos seguir perfeccionando nuestros métodos y estilos de trabajo, lo que se obtendrá en la medida que la institución pinera madure en el tiempo. Quiero aclarar que la Facultad no es de Agronomía es la Facultad de Ciencias Técnicas con la carrera de Agronomía, esta última con resultados meritorios como se expresa en el artículo con el sector agropecuario. Por otra parte la tesis doctoral "Sistemas productivos Locales para el desempeño del sector agropecuario" es del MSc. Uliser Vecino Rondan quien se ha implicado con el sector MINAG de manera directa para contribuir al PDAI 2023. saludos

Pedro Luis Mendoza salmerón dijo:

2

23 de octubre de 2015

13:46:17


El artículo recoge los testimonios de estudiantes y trabajadores de todo los resultados alcanzados con el proceso de integración, además se reconce de manera general cuanto se ha ganado en cada uno de los procesos sustantivos de la Educación superior. Este articulo compromete a toda la comunidad universitaria de la Isla de la Juventud a continuar tranformando el entorno universitario a través de la participación en tareas de impacto social que demande nuestra sociedad pinera

Pedro Luis Mendoza salmerón dijo:

3

24 de octubre de 2015

13:04:53


El artículo recoge los testimonios de estudiantes y trabajadores de todo los resultados alcanzados con el proceso de integración, además se reconce de manera general cuanto se ha ganado en cada uno de los procesos sustantivos de la Educación superior. Este articulo compromete a toda la comunidad universitaria de la Isla de la Juventud a continuar tranformando el entorno universitario a través de la participación en tareas de impacto social que demande nuestra sociedad pinera

Roberto Jomarròn Herrera dijo:

4

24 de octubre de 2015

13:18:12


Como profesor de la integrada y renovada Universidad Pinera me siento muy feliz por este hermoso artìculo, pero al mismo tiempo me siento mucho màs comprometido para trabajar porque cada dìa nuestra instituciòn desempeñe, con eficacia, calidad, eficiencia, oportunidad y pertinencia el papel de vanguardia que le corresponde en todas las transformaciones de nuestra amada tierra pinera. ! Ciertamente la integraciòn de la Educaciòn Superior en el Municipio constituye un soporte fundamental dentro del Programa de Desarrollo Integral del Territorio! ! Viva la Nueva Universidad Pinera!

josé Antonio Quintana Veiga dijo:

5

9 de noviembre de 2015

09:18:02


Los comentarios del rector deben ser siempre explicativos, no valorativos porque no se debe ser juez y parte. Los comentarios de otras personas deben equilibrarse entre los que valoran muy bien la integración (como yo) y los que consideran que tiene problemas. El comentarista puede dar su opinión, lo que no puede hacer es ocultar la opinión contraria. El artículo da la impresión, con la excepción del transporte, que todo es una maravilla, y no lo es. la integración es correcta, pero ha sido traumática. El método y el conocimiento en vez de integrarse, chocaron, y duro en algunos casos. La sede de La Demajagua es un problema a dilucidar. El nivel previo de preparación de los estudiantes que ingresan a la facultad de Cultura Física es un problema no resuelto. En fin, Respecto al Plan de desarrollo estratégico de la Isla de la Juventud tiene muchas cosas elogiables, pero también tiene elementos criticables. Por ejemplo, el Plan nunca se ha publicado íntegramente, ni el control sobre el mismo está al alcance de los electores pineros. En Fin. Más artículos para dar sensación de que todo anda sobre ruedas no hacen falta. Necesitamos periodistas que vean más allá de lo aparente y nos lo digan. Eso nos acercaría mucho más a la senda de construcción de una sociedad superior, al socialismo que todos deseamos, complejo, difícil de alcanzar, pero transparente, claro y visible para todos, para que todos arrimen el hombro sin suspicacias.