ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Rubi y Yudisleydis en su consultorio de Cinco palmas. Foto: de la autora

GRANMA.—Cinco Palmas es un sitio em­blemático. El reencuentro histórico de Fidel y Raúl, aquel 18 de diciembre de 1956, lo convirtió en símbolo. En símbolo de continuidad, cuya trascendencia nos ha traído hasta aquí y continúa inspirando cada trasformación en beneficio de cuantos viven montañas adentro.

Muy próximo al lugar donde quedó sellado el noble compromiso de llevar la Re­volución adelante, se levanta un cartel que in­dica: “Cinco Palmas, reencuentro para el triun­fo”. La historia, ya lo sabemos, se encargó de confirmarlo. Pero incluso hoy, a casi 59 años del abrazo, siguen emergiendo logros, cual extensión genuina de aquella victoria pri­mera.

Porque mantener en cero la mortalidad in­fantil y materna, durante 25 años consecutivos, constituye, quizá, la expresión más clara del desarrollo alcanzado en estas comunidades del Plan Turquino.

Siete circunscripciones, con 3 000 habitantes aproximadamente, dan cuerpo al Consejo Po­pular Cinco Palmas. Sus seis equipos básicos de salud forman parte de los 42 consultorios del mu­nicipio de Media Luna, donde el 10 % del te­rritorio se integra a los programas de montaña.
Según el especialista en Medicina General Integral, Jorge Luis Velázquez Fernández, director municipal de Salud, tales resultados son el reflejo de la constancia y dedicación de los profesionales del sector, especialmente en la implementación de las políticas referidas al Programa Materno Infantil.

Además, explica que en el Plan Turquino han logrado cierta estabilidad del personal, lo que contribuye a llevar a feliz término las estrategia.
A su juicio, el trabajo complejo en las zonas montañosas se complementa con el llevado a cabo en las demás instituciones del territorio, conformado, a la luz de las transformaciones emprendidas por el sistema sanitario, por un Área Integral de Salud. Se trata, en un municipio de menor complejidad, de tener un poli­clínico de mayor complejidad”.

Ello responde a la posibilidad de contar en Media Luna con una sala de hospitalización, extensión del policlínico docente Raúl Podio Saborit. Servicios de terapia intensiva, obstetricia y medicina interna figuran entre las prestaciones del centro, el cual asiste a unos 34 230 habitantes, en quienes predominan las enfermedades crónicas no transmisibles.

UNA MISIÓN EN CUBA

Ella no pensó que le tocaría curar, algún día, a las mismas personas que la han visto crecer. Sin embargo, Rubisdelsy Orasma, o Rubi, como cariñosamente le llaman, se ha convertido en la enfermera del consultorio del médico de la familia de Cinco Palmas. Graduada desde el 2012, la joven reconoce el avance en materia de bienestar social y calidad de vida que se respira en la comunidad.

En el transcurso de los años el lomerío ha experimentado cambios favorables para la población, asegura. “En la esfera de la salud pública, los consultorios cuentan con el equipamiento necesario para atender a los pacientes sin necesidad de trasladarlos hasta el policlínico-hospital, del municipio de Media Luna”.

De igual forma, insiste “en la atención priorizada que reciben las personas postradas, quienes participan, además, en sesiones de rehabilitación. No perdamos de vista que se trata de una población bastante envejecida”.

Los avances, sin embargo, no se ciñen a la salud, añade Rubi. También en esferas como la Educación y las Comunicaciones se mantiene una tendencia favorable, si bien quedan problemáticas por resolver como el transporte, por ejemplo.

De cualquier forma, “ejercer esta profesión en la comunidad donde vivo me hace bien, aunque ello implique una dosis extra de sacrificio debido a las condiciones del terreno, las distancias. Más allá de eso, siempre que me precise un paciente, allí estaré, a caballo, a pie…”

Su disposición debe ser contagiosa, tanto como la de la doctora Yudisleydis Álvarez, quien cumple por estos días su servicio social. Porque algo sí queda claro, las montañas de la Sierra, hasta su mismísimo corazón, están tomadas por jóvenes entusiastas, amantes de su profesión.

La doctora de Cinco Palmas, por ejemplo, es de Manzanillo. Allí la esperan, cada 24 días, su esposo y dos niñas pequeñas. Apenas una semana para dedicarle a la casa y la familia. Hasta que otra vez se repite el ciclo.

Pero Yudisleydis es feliz. Desde mucho antes sabía sobre los sacrificios que entraña la Medicina. “Esta también es una mi­sión, una misión en Cuba”.
Probablemente, tampoco haya podido re­sistirse ante la His­toria atesorada entre Cinco Palmas. Ante el simbolismo, casi má­gico. Razones de más para que, a las puertas de un nuevo aniversario del histórico reencuentro, los profesionales del sector lo asuman, como dijera el director municipal de salud: “con mayor com­promiso de nosotros con la Revolución y viceversa”.

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