ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

LIMONAR, Matanzas.—Los trabajadores de la Empresa Pecuaria Genética de Matanzas (EPGM) festejaron este jueves el aniversario 45 de la entidad con una buena noticia: la entrega hasta la fecha de 450 000 litros de le­che por encima de lo planificado.

El resultado adquiere distinción porque lo consiguen pese a la prolongada sequía que azota al archipiélago cubano, y que de manera muy particular afecta a la ganadería.

La ocasión fue propicia para recordar la contribución de Fidel, inspirador de ese proyecto y quien estuvo al tanto desde los preparativos iniciales hasta la fundación (20 de agosto de 1970) y posterior desarrollo de la empresa, donde naciera la raza Mambí de Cuba.  

A partir de entonces se originó un plan de inversiones que logró por fin incorporar a la vida en sociedad a cientos de campesinos y sus familias. En escaso periodo de tiempo se construyeron dos comunidades: Triunvirato y Manolito, circundadas por más de 100 vaquerías.

La EPGM archivó en 1987 su récord histórico de 58 000 000 litros, aunque en 1992 sus vacas solo aportaron 3 000 000 de litros, cantidad que comenzó a superarse a partir de 1999, reconocido como el momento que marcó la franca recuperación, al obtener una década después 15 000 000.

Sergio Acosta, actual director de la entidad, reconoce que tras una baja en el rendimiento lechero y otros indicadores de eficiencia en el 2013, el colectivo definió mejor sus prioridades y logró estabilizar el desempeño productivo.

Mencionó el buen manejo del ganado y la siembra de alrededor de 300 hectáreas de ca­ña, kingrás y otros pastos a fin de seguir am­pliando las fuentes de alimentación animal, que permitan afrontar situaciones de sequía. Dijo que el propósito es completar en fecha cercana las 600 hectáreas para aprovechar las posibilidades naturales que brindan las extensiones de pastos y forrajes.

“Aquí la gente no adopta la fácil posición de esperar por  que llegue la comida, la buscamos nosotros”, suelen decir los vaqueros de la Genética de Matanzas. “A las vacas hay que alimentarlas bien, ellas no entienden de razones y no les puede faltar la comida”, sostiene Juana Idalmis, administradora de la vaquería No. 72.

Sergio menciona además, como hechos positivos, el ingreso de más vacas a ordeño y los resultados en la reproducción. También es meritoria la reducción de muertes totales, y en particular la de terneros.

Son igualmente alentadores los índices de natalidad, el nivel de reemplazo de las vacas y la mejora genética del rebaño, sin descartar la atención a los vaqueros y los trabajadores en general de la Empresa, con un salario promedio cercano a los 1 000 pesos mensuales.

No obstante, asegura que todavía la Em­presa está en condiciones reales de hacer ma­yores aportes a la economía de la provincia y el país, básicamente en la producción de le­che, para lo cual es preciso alcanzar una sólida base alimentaria.

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