ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Ni una sola de las 1 350 toneladas de piña exportadas hacia Europa en los últimos 17 meses nació en el laboratorio. Foto: Ortelio González Martínez

CIEGO DE ÁVILA.—Los científicos viven de desvelos, sueños y sobresaltos, sobre todo cuando la ciencia no los lleva hacia donde ellos quieren, el resultado del descubrimiento queda puertas adentro del laboratorio, o demora la aplicación en el sistema empresarial, realidades que asoman en cualquier escenario del ámbito tecnológico e investigativo del país.

Si bien ello no constituye una generalidad en el Centro de Bioplantas (CBP) de Ciego de Ávila, de destacada trayectoria en trabajos de biotecnología vegetal y varios estudios puestos en práctica a lo largo de más de cinco lustros, una investigación de gran impacto relacionada con el cultivo de la piña parece no incentivar a los productores y empresas agropecuarias de la provincia.

Sin embargo, el Consejo Técnico Asesor del Ministerio de la Agricultura, le concedió en abril pasado uno de los premios ramales al resultado Tecnología de propagación de piña (Ananas comosus (L) Merril) MD-2 a partir de vitroplantas para la producción de semillas y frutos, uno más entre los reconocimientos otorgados al prestigioso centro, dedicado desde su fundación, al estudio de esa bromeliácea.

En los inicios lograron la variedad española roja; luego, la cayena lisa, hasta llegar a la MD-2, la más codiciada de las reinas, por su sabor y alto rendimiento productivo (puede sobrepasar las 100 toneladas por hectárea), pero durante largo tiempo todo quedó encerrado entre cuatro paredes: ni una sola de las más de 1 955 toneladas de piña exportadas hacia Europa desde el 2012 hasta la fecha, ni las destinadas al consumo de la población, ni las posturas que hoy están en fase de campo en la Empresa Agroindustrial Ceballos —rectora del programa de desarrollo de la piña en la provincia—, nació en los laboratorios del CBP.

Pese a esa realidad, el doctor Justo González Olmedo, prestigioso investigador y jefe del laboratorio de Agrobiología en el propio centro, especifica que lo más importante fue demostrar que se pudo obtener un material de siembra alternativo, y lograr el escalado y la producción de vitroplantas de esa variedad, “por ahora con cinco productores”.

“Estos resultados —agrega el doctor Romelio Rodríguez Sánchez, uno de los autores principales del trabajo premiado en abril— han permitido establecer procedimientos agrotécnicos al disponer de ese material de siembra y mantener las estrategias varietales acorde con la biodiversidad y exigencias del mercado”.

En sembrados como este es imposible realizar un correcto estudio del comportamiento de la nueva variedad de piña. Foto: Ortelio González Martínez


NOTICIA EN EL TIEMPO

“Luego de varios años de investigación, científicos avileños obtuvieron plantas transgénicas de piña, sin antecedentes en el país, y ahora se aprestan a hacer las primeras evaluaciones en condiciones de casas de cultivo y en el campo”, rezaba la nota de prensa publicada en este diario, el 10 de febrero del 2004.

Por entonces, la novedad cautivó a la propia comunidad científica y a los medios de prensa del territorio y de la nación, porque desde aquella época se presagiaba la debacle productiva, con cifras que año tras año decrecían hasta tocar fondo en el 2007, con apenas 207 toneladas salidas de los nimios campos del sur avileño.

La obtención rápida de posturas para la recuperación era el tema más recurrente en las reuniones de análisis; y en tal empeño, nada mejor que la micropropagación acelerada que, supuestamente, contribuiría a revertir la situación en el menor tiempo posible.

Así pensaban productores, investigadores y autoridades que daban seguimiento al acontecimiento, pero del dicho al hecho…

“Nuestras vitroplantas han pasado por innumerables vicisitudes en la provincia, pero te aseguro que a la larga se impondrán en el escenario productivo, porque con la micropropagación se logran semillas de excelente calidad y plantas con mejores caracteres agronómicos”, refiere González Olmedo, quien se resiste a dejar morir el proyecto.

ESPINOSO CAMINO

Del escalado a la producción, la MD-2 se ha visto obligada a transitar por un espinoso camino y hoy los estudiosos no ven con buenos ojos la apatía y lentitud con que el sector agrícola estatal asume el aporte científico.

Granma buscó opiniones en la empresa agroindustrial de Ceballos para conocer detalles del programa de esa fruta, iniciado a finales del 2009 cuando entraron los primeros 50 000 hijos naturales (agámicos) procedentes de Costa Rica, de un millón 200 000 contratados con aquel país para fomentar las 27 hectáreas iniciales de MD-2.

El ingeniero Wilver Bringas Fernández, director de la entidad, refiere que al principio hubo interés en las vitroplantas del centro científico, pero eran muy pequeñas, sin el endurecimiento adecuado para la fase de campo. “Hicimos una prueba y nos dimos cuenta que no se adaptaban a nuestra tecnología de riego, fertilización y a la aplicación de productos químicos.

“Económicamente tampoco era factible introducirlas por el tiempo que demorarían hasta la primera cosecha. Para iniciar la recuperación con mayor rapidez, nos vimos obligados a traer material de siembra del país centroamericano, más vigoroso y de mejor calidad. En estos momentos plantamos la cuarta generación de aquellos hijos.

“Hasta ahora no nos han interesado las vitroplantas, aunque sí desarrollar de conjunto líneas investigativas relacionadas con los daños ocasionados por la Phytophthora (hongo que provoca la pudrición de la planta) y concluir otros estudios referentes al sistema de nutrición y a la inducción natural de la piña”, expresa el directivo.

Con ese criterio coincide Reynaldo de Ávila Guerra, jefe de la Unidad Empresarial de Base Producción de Piña, quien es categórico: “El programa de desarrollo marcha bien y los hijos agámicos obtenidos de aquellos primeros traídos de Costa Rica muestran excelente estado vegetativo. En ellos no se aprecia ninguna degeneración. Si todo se comporta como esperamos, para el 2019 debemos tener unas 2 000 hectáreas plantadas”.

“Además, es bueno que se conozca que solo una hectárea de MD-2, produce hijos naturales para sembrar más de dos hectáreas, que entrarían en producción en menos tiempo que las provenientes del laboratorio”, precisa.

En realidad, la investigación de los especialistas del CBP ha sido buena puertas adentro, pero ineficaz en el escenario productivo, porque para nadie es un secreto que ahijar la piña, producirla en el laboratorio, es más fácil que endurecerla, adaptarla al campo y después lograr el material de siembra, proceso que puede sobrepasar los dos años, con el consiguiente encarecimiento de los costos de producción.

Tal incongruencia es la prueba más elocuente de que algo ha funcionado mal desde el comienzo del programa de recuperación, iniciado hace más de un lustro y a cuatro años de que la política económica que rige el país dejara bien claro que “en la actividad agroindustrial, se impulsará en toda la cadena productiva la aplicación de una gestión integrada de ciencia, tecnología, innovación y medio ambiente…” (Lineamiento 136).

No es menos cierto que aunque cada hijuelo traído de Costa Rica le haya costado a la entidad solo 22 centavos en CUC (los obtenidos en el CBP cuestan 1 CUP), el país se vio obligado a desembolsar moneda dura para adquirirlos fuera de frontera. Y todo por los desencuentros entre científicos y productores.

Al menos por ahora, no tiene sentido que se siga apostando por la obtención de MD-2 en el laboratorio, en tanto la investigación ha encontrado oídos sordos en la mayor empresa productora de esa fruta en el país, en lo fundamental, porque las plántulas no tienen la calidad requerida, la unidad dedicada a ese cultivo produce las suyas a partir del material de siembra traído de Costa Rica, y porque el proceso no ha demostrado su factibilidad desde el punto de vista económico. Un solo dato lo corrobora: las 1 955 toneladas de piña MD-2 exportadas reportaron a la entidad ingresos ascendentes a 856 700 CUC, en un plazo más breve que si hubieran dependido de las vitroplantas.

LA BÚSQUEDA DE LA VALIDACIÓN

Y como fallaron los intentos de introducir las vitroplantas de MD-2 en la Empresa Agroindustrial Ceballos, no quedó otra alternativa que recurrir a los cinco productores que en pequeñas áreas intentan validar el proyecto del CBP, con el único objetivo de “cerrar el ciclo desde el laboratorio al campo”, como aseguran los investigadores.

Rosa Bécker Rabelo, ingeniera agrónoma de la CCS José Martí, en la zona de Ceballos, trabajaba dentro de la plantación de MD-2 cuando fue sorprendida por la prensa.

El sembrado, en una pequeña área al costado de su casa, muestra buen estado vegetativo, uniformidad y excelente superviviencia, resultado de un esmerado cuidado y agrotecnia, aun sin disponer de los recursos necesarios, incluidos el fertilizante y el agua, líquido que Rosa administra, a mano, con una regadera.

“Los recursos escasean —refiere— y una se ve obligada a buscarlos donde aparezcan. Hubo momentos en que pensé abandonar el proyecto, pero me dije: ‘Rosa, tienes que seguir, y aquí estoy’.

“Mi tesis de maestría tiene que ver con la introducción de la MD-2; demostrar que se adaptan en la fase de campo. Ya he sacado varios quintales, y también sembré los primeros hijos agámicos”.

Sin embargo, en el poblado de Vicente, a unos diez kilómetros al este de la ciudad de Ciego de Ávila, Ramilto Guilarte Frómeta, de la CPA Raúl Martínez, hace lo que puede para mantener las plantas, sembradas sobre terrenos no aptos para ese cultivo y, como Rosa, sin recursos para darle mejor tratamiento a la reina.

“Es la primera vez que me relaciono con la piña. Tengo más experiencia en los cultivos varios, predominantes en esta zona”, expresa mientras arranca algunas malas hierbas en lo que él denomina polígono de prueba.

Durante el recorrido, Rosa y Ramilto eran los únicos que permanecían en el área. Ni en la CCS Cloroberto Echemendía, ni en la UBPC La Estrella se ocupaban de atenderla y en uno y otro lugares el enyerbamiento ahoga los sembrados.

Si algo hay en común entre los involucrados en el proyecto, es que no se sienten debidamente atendidos y, menos Rosa Bécker, los demás no tienen la experiencia requerida para el manejo y cuidado de ese cultivo y, por ende, adolecen de los conocimientos adecuados a la hora de lidiar con la MD-2, la más exigente de todas las variedades de piña.

Lo poco que se ha logrado hasta ahora, no es suficiente para adquirir los hijos necesarios destinados al fomento de plantaciones a gran escala, por la poca cantidad de ellos y por no estar en óptimas condiciones fitosanitarias, según opinan especialistas de la UEB productora de Piña.

Por demás, si la empresa se decidiera por los hijos nacidos en el laboratorio, el CBP —cuya misión es la de proveer tecnologías a las unidades productivas existentes dentro del sector agrícola— no podría abastecerla, y entonces habría que recurrir a otras biofábricas del país o reactivar esa línea de producción en la de Ciego de Ávila, con el inconveniente de que aprovecha la capacidad instalada solo al 12 % y no dispone de suficientes áreas para la adaptación, que dura unos seis meses en condiciones óptimas.

Comoquiera que se mire, la cuenta no da. Solo una hectárea de MD-2 puede llevar de 62 000 a 72 000 plantas, en dependencia del marco de siembra. Una simple operación matemática revela que para el fomento de las 80 hectáreas existentes se hubieran necesitado 4 millones 960 000 posturas, muy difícil de garantizarlas en el laboratorio ante la reanimación productiva que experimenta ese cultivo en el territorio.

Ante tantos desencuentros, no puede evitarse el aguijoneo de muchas inquietudes acerca de un proyecto nacido con las mejores intenciones, pero que corre el riesgo del fracaso, sin una coordinación y planificación eficaz con la entidad productora.

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PabloAlbiol dijo:

1

17 de julio de 2015

15:45:25


Hay Que aplicar el Termino de Solidaridad se puede dar tierras a cmpesinos de otro paises del carire y de America Latina que lo necesitan , y hacen producer la tierra y enriquecen la cutura de nuestra Patria

Rafael vilorio dijo:

2

17 de julio de 2015

22:21:37


Que situación más absurda, increíble en el desarrollo de la técnica de voto plantas en Cuba.

kito dijo:

3

18 de julio de 2015

08:01:26


despues que acabaron con la piña bienen con esa estupides?,donde habia piña hoy hay mango..".le sumba el mango"

Maritza Escalona dijo:

4

20 de julio de 2015

16:08:20


No interpreto buenas intenciones del periodista, hay ironia en sus comentarios asi como desconocimiento por ejemplo se dice que en el centro de Bioplantas en un inicio se lograron las variedades E. Roja, cayena lisa y la MD-2 debo aclararle que estas variedades son el resultado del mejoramiento genetico y no fueron logradas por investigadores del centro. Debio decir que el programa de propagacion in vitro de la piña se inicio por la E. Roja, posteriormente por la Cl y finalmente por la MD-2. Es cierto que los cientificos vivimos de sobresalto cuando de introducir el resultado a la practica social se trata porque entonces no escribir sobre los problemas objetivos y subjetivos que hacen que esos sueños no se hagan realiadad y si desacreditar algo que en otros paises se ha hecho por grandes compañias con exito a partir de las vitroplantas. Debo aclararle que eso hijos agamicos que se trajeron de Costa Rica procedian de vitroplantas que la Compañia Delmonte (PINDECO) obtuvo a partir de sus laboratorios tal y como se ha estado haciendo en el Centro de Bioplantas, seria importante que el periodista le preguntara a ellos si hubiera sido posible introducir esa variedad de forma acelarada en tan corto periodo de tiempo sino hubiera sido por la implementacion de la ciencia y la tecnologia y las tecnicas de propagacion in vitro. Como pudieron lograrlo??? seria bueno indagar en eso. Creo que no es correcto demeritar una tecnica que se aplica de forma masiva para la obtencion de semilla de alta calidad genetica y fitosanitaria no solo para la pìña si no en otros cultivos. Creo que el proyecto esta bien concebido solo que el llamado debe ser a apoyarlo y hacer que este fructifique.

Armenio Pérez dijo:

5

21 de julio de 2015

08:41:57


Considero que el artículo contiene información pero le falta conocimiento acerca del tema, hacer periodismo de tema científico no es como hablar de los baches, los salideros y la ausencia de productos en la placita. Los doctores Justo y Romelio son prestigiosos científicos de la biotecnología, tanto por sus resultados como por los reconocimientos que han recibido. La idea que da el periodista es como si hacer ciencia (biotecnología en este caso) fuera más fácil o más difícil. Desconoce el autor el tiempo y los recursos que lleva un resultado científico como los que se logran en el Centro de Bioplantas de la Universidad de Ciego de Ávila. También desconoce cuántas visitas han realizado los investigadores del centro a empresas como Cítricos, ECV "La Cuba", Empresa Arnaldo Ramírez. No hay profundidad en el análisis al desconocer el impacto de un resultado científico ramal del Consejo Técnico Asesor del MINAG. Sobre todo veo que no se aprecia el conocimiento del periodista sobre el efecto multiplicador en la economía cubana de la venta a Europa de esas piñas, qué hacemos con vender más de 800 000 CUC si luego seguimos comprando en el extranjero lo que se puede obtener en Cuba. Además, por qué no se explota por parte de la empresa los proyectos empresariales (modalidad novedosa que aparece en la Resolución 44/2012 del CITMA) y financia las investigaciones sobre la piña. Para escribir sobre temas científicos hay que conocer realmente este complejo proceso

renecarlos dijo:

6

23 de julio de 2015

08:51:27


Disímiles veces he leído: …es sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado… Generalmente lo más proclive al cambio es aquello que se reconoce como una debilidad, y a partir de ello la búsqueda de fortalezas que favorecerán un cambio positivo, las polémicas generadas por contrapartes siempre generan buenos resultados. La ciencia evoluciona cuando se cambia de paradigma continuamente y de esta forma se logra una proyección eficiente y eficaz para concretar objetivos trazados, sin embargo la rapidez del éxito depende de muchos factores, pero fundamentalmente recae en el interés de las partes involucradas y en el financiamiento económico, lo cual genera como consecuencia un “laberinto” más o menos complejo. Considero que entre las antes “famélicas” y actuales “faunas” o “minotauras” vitroplantas de piña del Centro de Bioplantas y la producción a gran escala en entidades empresariales (como el engrane de otros órganos e instituciones de nuestro país) existe una cadena relativamente larga con eslabones oxidados, y esta rigidez actual (y espero que temporal) no permite ver la potencialidad de las vitroplantas como una fortaleza para el extensionismo agrícola a corto y mediano plazo. Mientras prevalezca la idea de producir vitroplantas para satisfacer las necesidades del sector agroindustrial, el resultado puede que no sea el deseado, es necesario cambiar de paradigma y pensar que esas vitroplantas son capaces de refrescar el material de siembra, como ya serán longevos los hijos agámicos importados desde Costa Rica hace algunos años, los cuales aún no presentan degeneración y que además alcanzarán el 2019 con excelentes rendimientos según lo planificado. Sin embargo las “1 955 toneladas de piña MD-2 exportadas hacia Europa desde el 2012 hasta la fecha, ni las destinadas al consumo de la población” han sido capaces de llevar la reina de las frutas a la mesa de todos los avileños (y/o a los cubanos) a precios y calidades razonables, me pregunto si la solución será el millón 200 000 hijos agámicos importados desde Centroamérica o más en un futuro próximo. En parte, esas arcaicas y pequeñas vitroplantas, sin el endurecimiento adecuado y económicamente poco factibles, actualmente han visitado el campo de Rosa Bécker Rabelo como bien señaló, quien a pesar de no tener la fertilización adecuada, con tan solo correctos manejos agrotécnicos y el suministro de agua a mano con regaderas ya ha colectado “varios” quintales, además esas vitroplantas recibieron un premio otorgado por el Consejo Técnico Asesor del Ministerio de la Agricultura, del cual no me atrevería a dudar ni un solo instante. No es menos cierto que la alternativa después del fracaso fue la implementación de vitroplantas en el sector campesino, pero no considera usted que si la ciencia funciona a la primera ¿Se necesitarían científicos en el mundo?, entonces hay que anteponerse ante las dificultades, asociarse al momento histórico y cambiar todo lo que debe ser cambiado, incluyendo actitudes y modelos esquemáticos que no permiten la evolución del pensamiento, de modo que no impida observar el funcionamiento de la agricultura moderna en el mundo, y formularse una segunda y tercera pregunta: ¿Cuál es la procedencia de los hijos agámicos importados desde Centroamérica? ¿Serán hijos agámicos jóvenes obtenidos a partir de plantas micropropagadas? Lo dejo al beneficio de la duda… Por otra parte admiro la valentía de las oposiciones, considerando además que el periodismo científico es uno de los más complejos, primero porque hay que estar muy preparado en el tema en cuestión y segundo por la valoración de los datos y entrevistas con vigencia y actualidad, para no cometer errores como clasificar phytophtora como un hongo (y no como un oomycete), hablar de 6 meses como tiempo de aclimatización de las vitroplantas de piña y no de 4 a 5 meses como se ha demostrado actualmente, o mencionar que nuestras vitroplantas MD-2 son muy exquisitas en cuanto atenciones cuando hay resultados que demuestran que pueden resistir 30 días sin agua con un 100% de supervivencia (y me atrevo a decir que más) y su seguida rápida recuperación en menos de 15 días de implementado nuevamente el riego. Además hay que cumplir con el requisito de la argumentación por todas las partes involucradas (en lo cual se ha mejorado), de esta forma se evita primero cuestionar a entidades y órganos científicos asesores y evaluadores y luego aferrarse a ideas poco flexibles, esta es la pequeña diferencia que marca la diferencia entre un buen artículo periodístico y la vaga difusión de comentarios obsoletos que demeritan resultados concretos, que además me atrevo a decir no han sido extensivos por desinterés y/o rigidez de los eslabones productivos no “incentivados” como usted dice. Sí, es cierto, en parte la ciencia continúa aferrada, desvelada y resaltada, pero le aseguro que en menor proporción, la satisfacción por los resultados obtenidos y además premiados nos permitirá dormir más plácidamente, sabiendo que el proceso se ralentiza por la apatía de las entidades empresariales productivas y no por el conocimiento científico acerca del comportamiento de las vitroplantas, ya que sobre las capacidades de producción y aclimatización limitantes, cuando hay interés hay resultados. Seguiremos de momento con los 5 campesinos!!!. (Que por suerte no los ha logrado confundir sus reiterados artículos insidiosos y fuera del contexto), fomentando el cultivo de la reina para permitir a mediano y largo plazo la “posibilidad” y el aumento de la “probabilidad” de degustar la MD-2 (“ya que la casi totalidad de los cubanos no conoce su sabor”), optar por tecnologías más orgánicas y limpias, aportar socialmente al desarrollo económico de familias campesinas (quienes además producen más del 70% de la alimentación de los cubanos), mejorar la economía horizontalmente y no en una sola dirección verticalizada mediante el sector estatal, refrescando el material de siembra cuando sea necesario, extender la capacidad de siembra a partir de los hijos agámicos de esas vitroplantas libres de enfermedades (y sin degeneración por su juvenibilidad vegetativa) como una estrategia a corto plazo (lo cual evitaría la espera de los “2 años” para obtener la producción), aportaremos al conocimiento de los campesinos acerca del comportamiento de las vitroplantas y plantas de piña en general, y muchos aspectos más que no mencionaré para ser menos extensivo mi comentario. Así, nuestras vitroplantas saldrán a conocer “de nuevo” los suelos avileños una y otra vez, y no se quedarán encerradas entre las cuatro paredes que imponen el bajo costo de producción de 1 CUP cuando se mira con la perspectiva de refrescar el material de siembra en caso de que sea necesario, además de hacer posible y probable la sustitución los 0.22 CUC y que se eviten las importaciones de manera más o menos relacionada con lo establecido en los lineamientos # 129, 184, 185, 190 y 191 (además, creo que el término “sustitución de importaciones” está dentro de los que más se repiten en todo el documento), y aprovechando ya de paso aportar nuestro grano de arena en el cumplimiento e implementación del lineamiento 136 como bien dice. En fin, dos cosas me quedan muy claras: la primera es que si las vitroplantas de piña han sido miradas con tan malos ojos, no quiero ser testigo de los comentarios sobre las transgénicas con las tantas regulaciones biológicas actualmente existentes (a pesar de que muchas veces consumimos alimentos transgénicos importados), y la segunda es que como bien mencionó el Dr. Romelio Rodríguez Sánchez, los resultados obtenidos “han permitido establecer procedimientos agrotécnicos al disponer de ese material de siembra y mantener las estrategias varietales acorde con la biodiversidad y exigencias del mercado”. En manos del campesinado cubano existen distintas variedades de piña y contar con la MD-2 también podría asegurar el futuro de este hibrido en Cuba, para no repetir la amarga experiencia de años atrás con la perdida de la Española roja y Cayena lisa de la Provincia Avileña, donde hubo que recurrir a la compra de los hijos agámicos a los campesinos de otras provincia vecinas. Cito además textualmente a mi padre científico (al Dr. Justo Lorenzo González Olmedo): “Nuestras vitroplantas han pasado por innumerables vicisitudes en la provincia, PERO TE ASEGURO QUE A LA LARGA SE IMPONDRÁN EN EL ESCENARIO PRODUCTIVO, porque con la micropropagación se logran semillas de excelente calidad y plantas con mejores caracteres agronómicos”. Me resisto también a dejar morir el proyecto!!!, para continuar pasando como dice usted “del dicho al hecho”… Firmo: Msc. René Carlos Rodríguez Escriba, investigador del laboratorio de Agrobiología del Centro de Bioplantas.