ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

HOLGUÍN.—La historia, “en carne y hueso”, reveladora de matices que la prisa de los acontecimientos a veces in­tenta omitir, conmovió recientemente  a centenares de personas que escucharon relatos de la lu­cha re­vo­lu­cio­naria en voz de Ar­senio Gar­cía Dávila, expedicionario del yate Gran­ma,  y Alejandro Fe­rraz Pellicer, participante en el asalto al cuartel Mon­ca­da.

Durante uno de los intercambios realizados con integrantes de la FAR, el Minint y organizaciones de masas, García Dávila, quien retiene la emoción de muchos sucesos, dijo que tiene en muy alta estima la preo­­cupación de Fidel por sus com­ba­­tientes, lo cual le quedó claro durante la travesía de la embarcación  desde México hasta las costas cu­­banas, cuando Ro­berto Roque cayó al mar, y el jefe re­volucionario ordenó las maniobras necesarias para rescatarlo.

Comentó que a partir de ese mo­mento supo que el Comandante en Jefe jamás dejaba solo a sus hombres.

Al comandante Camilo Cien­fue­gos, dijo,  lo sigue estimando por su valor y principios. A los pocos días del triunfo revolucionario lo acompañó a un encuentro con militares norteamericanos, quienes ofrecieron asesoría, pero el Héroe de Ya­gua­jay, incisivo, rechazó la oferta, aclarándoles que no tenían nada que enseñar después de ayudar al ré­gimen del tirano Fulgencio Ba­tis­ta, derrotado por el Ejército Rebelde.

Seguidor permanente de la vida nacional y de todo lo que influye en ella, advirtió a los presentes, sobre todo a los jóvenes, acerca de la necesidad de actuar con inteligencia tras los esfuerzos emprendidos a partir del 17 de diciembre del pasado año por normalizar las relaciones con Es­tados Unidos.

Ferraz Pellicer, sopesando los 94 años que ha vivido, la mayoría de ellos en lucha para hacer y consolidar la Revolución, expresó confianza en la juventud, a la que aconsejó enfrentar el egoísmo y las indisciplinas que pueden revertir la obra edificada  por nuestro pueblo.

Oriundo de Gibara, localidad cos­tera de esta provincia, Ferraz Pe­lli­cer, expresó orgullo por participar en la epopeya del Moncada junto a dos hermanos.

Igual que el resto del contingente, los tres le habían prometido a Fidel llegar hasta el final, cualquiera que fueran los peligros, re­cordó.

Durante su estancia en Holguín,  a la que arribaron tras un periplo por otras provincias, los dos combatientes también sostuvieron encuentros con artistas e intelectuales y estudiantes de la Universidad de Cien­cias­ Mé­dicas Mariana Grajales, quienes los  recibieron con profundas muestras de respeto y cariño.

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