
En mayo prosiguió el incremento de la temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial, lo que unido al aumento de los vientos del oeste en niveles bajos de la atmósfera, en particular en la porción central de ese océano, ratifican el establecimiento de un nuevo evento El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) por ahora dentro del rango de débil.
Según reseña el más reciente Boletín de la Vigilancia del Clima, confeccionado por especialistas del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, la mayoría de los modelos sugieren que el desarrollo de ese complejo proceso de interacción océano-atmósfera continuará en los próximos meses, pudiendo alcanzar la categoría de moderado y perdurar durante el resto del 2015.
Como se ha explicado en otras ocasiones, el principal impacto del ENOS sobre el clima cubano suele producirse entre enero y abril del año siguiente a su aparición, cuando de manera general se registran totales de precipitaciones por encima de los valores normales.
También en ocasiones se ha observado una disminución notable de las lluvias en la etapa comprendida de agosto a octubre. Así sucedió en 1972, 1982 y 1997.
Lo más llamativo es que su presencia tiende a deprimir la actividad ciclónica en la cuenca del Atlántico, incluido el mar Caribe. Sin embargo, ello no implica que sea nula la probabilidad de que un ciclón tropical afecte a Cuba bajo la influencia del ENOS, de ahí la importancia de estar atentos a la situación del estado del tiempo en los seis meses de la temporada, comprendida del 1ro. de junio al 30 de noviembre.
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