
MATANZAS.—El matancero Eduardo Calero Ramos, jubilado del sector de la Construcción, tiene una extensa y ejemplar trayectoria laboral por la que mereció el año anterior el Título Honorífico de Héroe del Trabajo.
Aunque es fácil comprender que ostente con orgullo tan alto atributo, a Calero le satisface en particular el reconocimiento social por su condición de donante voluntario de sangre durante varias décadas.
“Eso de donar sangre voluntaria y sin remuneración es motivo de mucha alegría. Lo conservo como algo muy grande, de gran valor para mí y mi familia. La gente no se oculta para agradecerte. Es extraño que alguien deje de confesar admiración cuando está al corriente de que con tu generoso gesto ayudas a salvar miles de vidas cada año”.
Este hombre firme y de pocas palabras, con una fuerza física increíble a pesar de sus 75 años de edad, tiene una vida activa en su comunidad, en el reparto Camilo Cienfuegos, en la ciudad de Matanzas, y ha realizado un total de 172 donaciones de sangre.
Aunque admite que por problemas de salud y propios de la edad ya no es donante habitual, trata de incentivar esta práctica entre los más jóvenes residentes en su zona, la número 47, en el municipio cabecera.
Dice que a menudo realiza charlas en el barrio para inculcarles, sobre todo a las nuevas generaciones, la importancia de esa contribución y difundir los beneficios que tiene ese gesto voluntario y altruista. Hacerles saber que la sangre que cada uno dona, no solo es utilizada en transfusiones para pacientes graves y quirúrgicos, sino que también permite aumentar la esperanza y la calidad de vida de pacientes con enfermedades potencialmente mortales.
Al decir esto una ilusión de victoria le ilumina el rostro. “Me satisface estar al tanto de que mi zona es de las más destacadas del municipio, y que gracias también al aporte de mis vecinos la provincia mereció la condición de Vanguardia en este frente y será la sede del acto central por el Día del Donante”.
Le agrada sobremanera que por “herencia legítima”, su hijo Amaury le haya seguido los pasos. “Ya tiene 63 donaciones y me da mucho gusto saber que quiere sobrepasarme”, dice con un brillo de satisfacción en la mirada.
Calero manifestó que nunca será suficiente la gratitud y el reconocimiento a esos cientos de miles de cubanos que desinteresadamente ejercen una de las más humanas acciones por la salud humana.
“Ese acto humanitario y de nobleza lo aprecia mejor el que desgraciadamente está atormentado por el dolor. De ahí la importancia de que todos comprendamos la trascendencia de contar con un potencial de donantes habituales y voluntarios.
“Nadie está fuera de peligro, y en un determinado momento tu sangre puede en muy poco tiempo devolver la vida a un familiar, allegado o a cualquier otra persona”.



















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SERGIO LINIETSKY RUDNIKAS dijo:
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11 de junio de 2015
08:57:08
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