ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La presa Zaza, la más grande de Cuba, recibió el mes de junio con 138 millones de metros cúbicos de agua, volumen que representa apenas el 14 % de su capacidad total de llenado ascendente a 1 020 millones. Foto: Yoán Pérez

Como suele ocurrir con cierta frecuencia en las últimas cinco décadas, las imágenes de suelos agrietados, presas prácticamente se­cas, ríos al mínimo de nivel y carros pipa llevando agua a los barrios, vuelven a formar parte de la cotidianidad en extensas zonas del país.

Y es que sin llegar a la crítica situación originada por el extraordinario evento de sequía sucedido entre el 2003 y el 2005 (a principios de mayo de ese último año el volumen de agua embalsada a nivel nacional apenas re­presentaba el 26,7 % de la capacidad total, y más de dos millones de personas recibían el vital líquido mediante camiones cisterna), el actual déficit de lluvia ya provoca severas afectaciones en diversos sectores de la vida nacional, incluido el abasto de agua a la población.

Datos aportados por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) indican que entre el primero de enero y el 31 de mayo del presente 2015 cayeron en Cuba 265,5 milímetros, cifra equivalente al 68 % del promedio histórico para ese periodo de tiempo.

Santiago de Cuba es la provincia donde menos ha llovido con solo el 41 % del acumulado habitual, seguida de Guantánamo, 49 %, Artemisa, 57 %, Pinar del Río, 63 %,  Cie­go y Villa Clara, 65 %.

Resalta la acentuada falta de precipitaciones registrada en los municipios de Guamá y el propio Santiago de Cuba, cuyos registros representan el 15 y el 29 % de sus promedios históricos.

Según precisó a Granma el máster en Cien­cias Argelio Omar Fernández Richelme, especialista del Servicio Hidrológico y Dis­ponibilidad de Agua del INRH, hay lugares que tienen déficits de lluvia continuados desde hace más de dos años, como sucede en las localidades tuneras de Jobabo y Maji­bacoa.

En cuanto al estado de los embalses, manifestó que al cierre de mayo los 242 administrados por el INRH retenían 3 317 millones de metros cúbicos, lo cual representa el 36,3 % de la capacidad total.

Las provincias que tienen los niveles más bajos de llenado en las presas son Sancti Spíritus (17,5 %), Granma (19 %), Las Tunas (23,4 %), Pinar del Río (24,6 %), Camagüey (27,4 %) y Santiago de Cuba (29,1 %).

Igualmente, de las cien cuencas subterráneas o acuíferos controlados, 68 están en descenso y de ellos 27 se encuentran cercanos al mínimo histórico, y siete en estado crítico.

Tan desfavorable situación perjudica el suministro de agua a un millón 193 282 personas a lo largo de todo el país, obligando a modificar los ciclos de entrega en diversos lugares, sobre todo en la región oriental.

Para Fernández Richelme la agudización o alivio de las condiciones de sequía dependerá en gran medida de las lluvias que pueden ocurrir en el actual mes de junio (al menos por estos días los aguaceros caracterizan la tónica del tiempo en gran parte del territorio nacional) y en septiembre, históricamente los más pluviosos del año.

Vale subrayar que la disponibilidad de agua en Cuba depende exclusivamente de las precipitaciones, y los ciclones tropicales son los sistemas que más influyen en la elevación de los acumulados. Los modelos climáticos de predicción referidos a los periodos 2021-2050 y 2071-2100 sugieren una progresiva disminución de estos, con estimados de alrededor del 10 y el 20 % menos al final de cada uno de los plazos mencionados.

Investigaciones desarrolladas por expertos del Centro del Clima del Instituto de Meteo­rología, muestran que los eventos de sequía en el archipiélago cubano reportan un significativo incremento en su frecuencia e intensidad a partir de los años 60 del pasado siglo, debido a la persistente influencia de marcadas condiciones anticiclónicas en los niveles medios y altos de la atmósfera, factor que limita los procesos de lluvia.

De acuerdo con esos propios estudios, en las cuencas hidrográficas de interés nacional del Cauto, Cuyaguateje y Guantánamo-Gua­so, los promedios de precipitación anual disminuyeron en 342, 162 y 154 milímetros, respectivamente. Asimismo hay una reducción del potencial hídrico de la nación de un 15 %, en comparación a las estimaciones de ese indicador correspondientes a la etapa 1931-1972. Lo anterior apunta a que el país debe prepararse para convivir con menos agua.

MUCHO POR HACER
Si nos guiamos por la magnitud de la in­fraestructura hidráulica creada por la Revo­lución, el país dispondría de las reservas suficientes para enfrentar etapas de prolongada escasez de lluvia, como la que sufren hoy amplias zonas del occidente, centro y oriente de la nación.

Pero el deterioro de las conductoras y redes de los sistemas de acueducto, el desgaste de los herrajes y redes internas en viviendas e instituciones, unidos al despilfarro del vital recurso en el sector estatal y residencial, el no aprovechamiento apropiado de cierta cantidad de embalses, la baja eficiencia de los sistemas de riego y el empleo de índices de consumo no adecuados tanto en la producción como en los servicios, han condicionado un empleo inadecuado del agua, que agudiza en gran medida el impacto de la sequía, más allá de cuanto deje de precipitar.

Sobre el tema, el ingeniero José Antonio Hernández Álvarez, director de Uso Racional del INRH, plantea que junto con las inversiones en marcha dirigidas, entre otros objetivos, a trasvasar agua hacia fuentes de abasto deprimidas, suprimir salideros en redes y conductoras, dar mantenimiento a la infraestructura y avanzar en el metraje, es imprescindible incrementar el protagonismo de la ciencia, la tecnología y la innovación a fin de potenciar el tratamiento y reuso de las aguas en entidades productivas y de servicios.

Dijo, además, que debe trabajarse en la búsqueda de alternativas encaminadas a lograr el máximo aprovechamiento posible del agua de lluvia con fines diversos.

Tomando en cuenta la actual escasez del vital recurso, el INRH instrumenta un grupo de acciones para paliar los estragos ocasionados por tan complejo escenario, en coordinación con varios Organismos de la Admi­nist­ración Central del Estado.

Estas contemplan la realización de ajustes sistemáticos al Balance de Agua según las disponibilidades existentes y cumpliendo las prioridades de la política nacional aprobada por el gobierno al respecto, asegurar la continuidad y eficacia del programa de herrajes y el referido a la reducción de pérdidas, así como incrementar el control y reducción de los centros considerados grandes consumidores.

Sin la prominencia mediática de los huracanes, los eventos de sequía transcurren en silencio y de forma progresiva ocasionan sensibles daños. Baste decir que el impacto económico de la sufrida por el país en el bienio 2003-2005 se estimó en alrededor de 1 350 millones de dólares.

Cerrar brechas al derroche de agua de­man­da involucrar a toda la sociedad en tan estratégico empeño. Ahorrarla y manejarla de forma racional es un reto inaplazable de alcanzar.

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ROBERTO dijo:

1

5 de junio de 2015

00:42:17


quien tiene la tarea de cuantificar los millones de m3 de agua q se vierten en las calles,,,,,,,,,,,,seria bueno resolver este despilfaro

Sally dijo:

2

5 de junio de 2015

09:06:49


De acuerdo con Roberto… Vivo en un edificio de Alamar y TODOS LOS DÍAS veo como se bota el agua, a veces por horas, desde los tanques “artificiales” de los vecinos, y no pasa nada. Duele ver cómo se bota el agua de las cisternas porque carecen de válvula de entrada que trabaje eficientemente, y no pasa nada. Y qué expresar de los salideros de las calles que simulan “riachuelos” dentro de la ciudad. Es doloroso ver el despilfarro del agua. ¿Quién paga por tanta indolencia? ¿Qué se hace en aras de evitarlo?

José dijo:

3

5 de junio de 2015

10:08:33


Es asombroso leer este artículo, que es prácticamente el mismo que se publica con cierta perodicidad, sólo que las cifras son cada vez más alarmantes. El problema principal está en el deterioro de las conductoras y redes de los sistemas de acueducto, del cual estamos cansados de oir hablar, pero de ahí no pasa. A nosotros, clasificados como sector residencial, se nos lee el metro y nos cobra según el consumo, cosa totalmente lógica, sin embargo nos duele ver con nuestros propios ojos, las calles llenas de agua en días alternos (en dependencia de la distribución), producto de los salideros de las redes y cisternas desbordadas sin válvulas. Esa agua no se le cobra a nadie !!!!!!!!, siendo un recurso que es traído desde decenas de km a través de potentes bombas o turbinas con un considerable consumo de combustible, se estima que más del 40% del agua que se bombea, nadie la aprovecha. Dejémonos ya de publicar estos artículos, si en definitiva la solución es otra: RESOLVER EL PROBLEMA Y PUNTO.

Julio Reyes dijo:

4

5 de junio de 2015

12:15:02


Solucionar el problema en las casas se convierte en una tarea titánica y se logra a un costo muy alto, hace algunos meses escuché en la mesa redonda que se estaba analizando el tema de los precios de los accesorios y herrajes el tema sigue igualito, no bajan los precios para un jubilado o un obrero con bajos ingresos es imposible mantener ese ritmo máxime con la baja calidad que tienen, el tema precio nos sigue golpeando y si solo fuera en esos artículos, pero todo ha subido de precio.

andres dijo:

5

5 de junio de 2015

13:47:57


por que no se invierte en usar filtros para el agua salada y usa5rla para la poblacion internacionalmente es rentable y todos los paises arabes la usan por lkas bajas precipitaciones por favor deseo una respuesta deria

cabrera vc dijo:

6

5 de junio de 2015

13:50:14


Estoy de acuerdo con lo expuesto por el cpro josé,vemos diariamente como se despilfarran los M3 de agua en nuestra ciudad,salideros,desde pequeños hasta inmensos en las redes de abastecimiento.Se reportan los mismos ,vienen le ponen una tira de camara de auto(tuberias de entrada a las viviendas) y a los pocos días la misma historia.Debe hacerse algo al respecto,ya que el mayor derroche es el estatal por lo antes expuesto.

laines dijo:

7

5 de junio de 2015

14:16:05


estoy de cauerdo con todos los comentarios y soy coterranea de Habana del Este también Sally y también veo correr el agua por doquier y nadie se preocupa por ella, como dicen en la TV, gota agota el agua se agota, hace poco vino una amistad de Italia y me decía yo lloro cuando veo como el agua se despilfarra aquí en Cuba y allá es preciada. Qué problema................

Patricio Breglia dijo:

8

5 de junio de 2015

18:00:50


Sin duda que la problematica del cambio climatico y el calentamiento global influyen decididamete en la sequia que sufren en su pais. Gran disciplina y concientizacion son indispensables para su control