La brevedad de sus años le impide a Lorena comprender muchas cosas, como por ejemplo, que cada mañana se repita la rutina que le roba el sueño.
Pero asistir a su círculo infantil (CI) le hace olvidar y concentrarse solo en jugar y aprender, allí donde se siente una verdadera artista, aupada por el cariño de las “seños” y amiguitos de salón.
Es corta su edad para entender que su CI Guillermo Pieck, del municipio capitalino de Plaza, es solo una de las 1 079 instituciones en funcionamiento que existen en el país.
Tampoco supone que han pasado ya más de 54 años desde el surgimiento de estos centros con el objetivo de aliviar el “peso” de las mujeres trabajadoras. Tal vez le han mencionado a Vilma Espín, la columna vertebral de este proyecto, el cual incrementó las posibilidades de inserción de la mujer en la vida económica, política y social del país.
Sin embargo, sobre esta obra de infinita bondad, también ha recaído el “peso” de los años. Las consecuencias del éxodo de docentes, insuficiente preparación del personal, baja disponibilidad de capacidades respecto a la demanda, así como falta de juguetes y medios de enseñanza, y la existencia de serios problemas constructivos, destacan entre las dificultades manifiestas hoy en estas instituciones.
DÉFICIT DE DOCENTES, ¿SALONES AL DESCUIDO?
Según Mary Carmen Rojas Torres, metodóloga principal de la Dirección Preescolar del Ministerio de Educación (Mined), la matrícula de los CI asciende a 137 500 niñas y niños aproximadamente, lo que representa el 18 % de la población infantil de uno a seis años en el país.
Si bien el completamiento de la cobertura docente constituye una de las acuciantes problemáticas de los CI, con un déficit de 867 educadoras y 1 570 auxiliares pedagógicas, la aplicación de alternativas institucionales para que ningún salón quede sin educadora, y opciones de formación y superación para jóvenes, han venido a coadyuvar en la estabilidad requerida para la enseñanza en estas edades.
“Nos apoyamos en los estudiantes en formación de cuarto y quinto año y miembros del Consejo de Dirección que se vinculan a la enseñanza. Para darle un nivel de solución al desarrollo del proceso docente educativo incrementamos la cantidad de niños que debe atender un docente, por tanto en años de vida donde debían estar cinco docentes, hoy tenemos solo cuatro”, explica.
A pesar de estos esfuerzos, en La Habana, donde la situación es más crítica, todavía persiste la carencia de 49 educadoras y esa cifra impide el otorgamiento de 1 079 capacidades.
Dicha realidad fue constatada por Granma durante un recorrido por siete círculos de la capital, ubicados en Cerro, Guanabacoa, Plaza, Playa y Centro Habana.
En el CI Guillermo Pieck, en el municipio de Plaza de la Revolución, su directora Bárbara Fulleda Fernández ratifica que es este el problema más serio de su institución, pues con una matrícula de 125 niños tienen déficit de ocho auxiliares pedagógicas y una educadora.
“En el segundo año de vida está establecido que tenga dos educadoras y cuatro auxiliares, y yo solo tengo dos educadoras y dos auxiliares”, aunque confirma que no cuenta con ningún grupo donde no exista al menos una educadora.
Situación similar presentan los círculos: Los Alelíes, de Guanabacoa; Toqui, de Playa; Nené Traviesa y Maripositas de Colores, de Centro Habana; y hasta en el jardín Pollito Pito, del Cerro, aunque sus directoras afirman haber podido sortear la falta de personal y hasta el momento no se ha afectado el proceso educativo.
Una de las medidas adoptadas para contribuir con esta situación es el inicio de un curso de educadoras para jóvenes desvinculadas en la capital, concebido para que luego de recibir un año de preparación, se vinculen a trabajar y continúen sus estudios por la modalidad de Curso por Encuentro.
La variante permitió contar en el presente año lectivo con 213 educadoras y en el 2014–2015 se abrió por segunda vez con una matrícula de 503 estudiantes, comenta la especialista, y puntualiza que la fuente de captación de estas jóvenes se encuentra en las propias comunidades. Después de presentarse en la Dirección Municipal de Educación, las muchachas se someten a un proceso de selección para valorar su salud mental y física, el comportamiento social y la edad de los niños con los cuales trabajarán.
Sin embargo, es una alternativa que no es la solución más deseada, pues la atención a los pequeños durante los primeros años de vida requiere un nivel de conocimiento y preparación elevados, así como pasión por su carrera, más allá de condiciones físicas y mentales.
Por otro lado, como parte del perfeccionamiento del sistema nacional de educación, desde hace varios años se inició un proceso de elevación de la calificación de la fuerza laboral, “lo que ha permitido que el mayor potencial de los CI sean las educadoras”, afirma Rojas Torres.
No obstante, existe heterogeneidad en la fuerza laboral y su calificación, debido a los diversos procesos de formación que han ocurrido, lo cual provoca que en cada centro confluyan tanto profesionales de mucha experiencia como personal muy joven, ya sean auxiliares pedagógicas, educadoras graduadas de nivel medio, licenciadas o másteres.
Para enfrentar esta realidad es necesario un sistema de preparación metodológica que, al decir de la especialista del Mined, no siempre está planificado con ese nivel de diferenciación, “por lo tanto no se están logrando todas las posibilidades que tiene hoy nuestro personal docente”.
Una mirada al éxodo de maestros desde la perspectiva de las educadoras y auxiliares entrevistadas, todas conscientes de su papel y con una vocación hacia la carrera que desempeñan, revela que entre ellas existe preocupación en torno a los mecanismos de estimulación, los salarios y cuestiones como la alimentación en el centro de trabajo, inquietudes visibles también en otros sectores de la sociedad.
REPARANDO… SUEÑOS
Más allá de la ampliación del número de círculos, algo que en las condiciones económicas actuales resulta imposible, el Mined insiste en recuperar los centros con cierre total o parcial y en garantizar la cobertura docente imprescindible en cada uno, apunta Rojas Torres.
De acuerdo con la especialista, 51 círculos, de los 1 130 existentes en el país, permanecen cerrados por problemas constructivos, agrupados en La Habana fundamentalmente; mientras que 36 tienen un cierre parcial, que limita el otorgamiento de capacidades.
Con la aprobación, en octubre del 2014 por el Consejo de Ministros, de la política de atención a la dinámica demográfica, se identificaron cinco municipios que no contaban con CI (Cauto Cristo, Guamá, Yateras, Imías y San Antonio del Sur), “y se están creando las condiciones para construir y adaptar locales existentes en esos territorios”, indica.
Unido a ello, en el 2014 se previeron labores de restauración y mantenimiento en 433 centros, por un valor de 7 529 000 pesos. Las acciones estuvieron dirigidas a la impermeabilización de los techos, la carpintería y las conexiones hidráulicas. No obstante, pasado ya el primer trimestre del 2015, aún faltan 11 círculos por concluir.
Dicho atraso se debió, explicó la especialista, a la llegada tardía de elementos de cubierta y a la insuficiente disponibilidad de fuerza de trabajo, causas que, lamentablemente, continúan repitiéndose en la ejecución de las obras.
Algo similar ocurrió con las cinco inversiones contempladas en el plan, las cuales implicaban una reparación más completa de las instalaciones. Si bien hoy ya están terminadas, al cierre de diciembre apenas una clasificaba en esa categoría.
No obstante, como dijo Rojas Torres, “los trabajos realizados no satisfacen todas las problemáticas constructivas, incluso en algunos centros donde se han hecho acciones de mantenimiento, todavía persisten determinadas dificultades porque no contamos con los recursos necesarios para llegarle a todo”.
Dicha realidad fue constatada por Granma durante el recorrido por los círculos de la capital. En Los Alelíes, de Guanabacoa, en el momento de nuestra visita, estaban en plena reparación de las conexiones eléctricas e hidráulicas-sanitarias; mientras el Toqui, en Playa, reabrió sus puertas hace poco más de un año.
Sin embargo, Nené Traviesa, ubicado en Centro Habana, muestra las huellas de las filtraciones y de una carpintería defectuosa; entretanto Guillermo Pieck, en determinadas oportunidades, se ve obligado a cerrar algunos salones pues la salida del agua albañal queda obstruida y tupe los baños.
En palabras de Bárbara Fulleda, esa situación fue reportada a Aguas de La Habana. De igual modo, las inundaciones del círculo cuando se producen lluvias intensas son del conocimiento de los factores de la comunidad y de la Dirección Municipal de Educación, aunque ninguna de dichas problemáticas ha recibido soluciones definitivas.

OTRAS CUENTAS PENDIENTES
Durante las últimas sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebradas en diciembre pasado, la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer mostró particular interés por el funcionamiento interno de los círculos infantiles.
Entre las temáticas debatidas sobresalieron algunas inconformidades de los padres respecto a los recursos exigidos por la institución cuando el niño matricula. Sobre ello Mary Carmen Rojas menciona que “se han estado pidiendo forros y estructuras del catre, toallitas, otros útiles para el aseo y hasta juguetes, lo que ha constituido quejas de la población”.
Y si bien es cierto que “la industria no siempre cumple con los planes de reposición de algunos medios contemplados dentro de la base material de vida”, como alerta la especialista, lo que más incomoda a las familias es el pedido de artículos que, por un lado, forman parte de las asignaciones de los círculos y por otro, ni siquiera son empleados luego en el aseo y bienestar del pequeño que los aportó.
De todos modos, las visitas a los centros confirmaron que el asunto difiere sobremanera de un círculo a otro. Mientras en Los Alelíes, según informa su directora, no existen dificultades con los útiles personales de los niños, en Guillermo Pieck es preciso aportar casi todo: catre y forro, cepillo, peine, toallitas, jarrito, cucharita…
Pero si algo llamó la atención durante el recorrido fue la carencia de materiales didácticos y juguetes. Como alternativa, muchas auxiliares, al igual que Jessica María Batles, del CI Guillermo Pieck, transforman cajas de cartón y otros materiales reciclados en sugerentes medios de enseñanza y aprovechan todas las bondades del papier maché. Mas las inventivas no logran suplir las necesidades.
“La última asignación de juguetes industriales ocurrió hace tres años aproximadamente”, rememora Teresa Durán, subdirectora del CI Nené Traviesa. “Desde entonces hemos recibido al inicio de cada curso, algunos juegos de mesa, y otras piezas plásticas para armar figuras, pero tanto los juguetes como el material de enseñanza resultan insuficientes”.
En ese sentido la metodóloga del Mined comenta que “para este calendario fueron contratados con China, entre otros medios de enseñanza, 60 módulos didácticos, que arribarán paulatinamente a igual número de centros. Como promedio cada año de vida recibirá más de 20 artículos, entre muñecas, medios para hacer actividades de construcción, mecánica, juegos con agua y arena…”
El propósito es, dijo, adquirirlos también para los grados preescolares, y para todos los círculos infantiles que son, a su vez, centros capacitadores del programa Educa a tu Hijo.
Y entre los temas peliagudos que también preocupan a los padres figura la alimentación de los pequeños. Esta, informó Rojas Torres, “se rige de manera inviolable por un Manual de Normas y Procedimientos elaborado por nutriólogos, dietistas, y especialistas de diversas ramas relacionadas con el desarrollo integral del niño, pertenecientes al Ministerio de Salud Pública y al Instituto de Higiene de los Alimentos”.
Actualmente, los niños reciben dos meriendas y el almuerzo, donde deben tener una dieta balanceada que incluya carbohidratos y proteínas.
“Por lo que establece el manual —recalca la metodóloga— todos los días deben recibir proteína animal, combinada con los demás nutrientes, y todos los meses deben asignárseles a los círculos los recursos suficientes para cumplir con ello”.
Sin embargo, diversas fueron las realidades encontradas por Granma, que ponen en duda la “inviolabilidad” del Manual. Mientras en los CI Guillermo Pieck y Maripositas de Colores sus directivas coincidieron en que nunca les ha faltado la proteína animal; en Toqui, Los Alelíes y Nené Traviesa reconocen que a ellos no les alcanza para todos los días.
Cabe cuestionarse entonces el criterio de distribución seguido, capaz de provocar tales diferencias, más notables aun cuando se trata de centros pertenecientes a un mismo municipio, como es el caso de Maripositas de Colores y Nené Traviesa, por solo citar un ejemplo.

EL IMPRESCINDIBLE PAPEL DEL PERSONAL DE SALUD
Darío es un niño sano. No obstante, si algo agradece su madre Rosibel es la atención constante de la enfermera que labora en el CI Nené Traviesa, donde su hijo cursa el segundo año de vida.
“Cada mañana al pasar el umbral, ahí está sentada para recibir a los pequeños, junto a algún miembro del Consejo de Dirección. Ello me hace sentir muy tranquila”, aseveró esta mamá.
También en el CI Guillermo Pieck se repite la escena, tal como debe suceder en cada una de estas instalaciones. Allí la enfermera Martha González casi siempre les da la bienvenida a los infantes, luego de inspeccionar todas las áreas del centro y certificar que están aptas para iniciar la jornada.
A ella le corresponde, además, “chequear los horarios de sueño, supervisar la cocción de los alimentos y mantener un control riguroso de los niños con alguna intolerancia”.
En esos casos, puntualiza Rojas Torres, “se garantiza la sustitución por otra comida compatible con el organismo del pequeño, y constituye responsabilidad del personal de salud del círculo velar porque dichas indicaciones se cumplan”. De lo contrario, aseveró, “estaríamos en presencia de una violación grave”.
Valdría entonces subrayar que el papel del personal de salud resulta tan importante como el de las propias docentes, sobre todo en el cuidado de los niños con alguna limitación. En la responsabilidad de estos profesionales, como en ninguna otra, confían los padres.
Y muy ligado a este tema también emergieron, durante el recorrido, preocupaciones relacionadas con la presencia sistemática de un psicopedagogo (a) para atender las necesidades de los niños y su familia. Inquietudes que ya habían sido debatidas en las últimas sesiones del Parlamento.
En opinión de Rojas Torres, prácticamente ningún círculo tiene hoy especialistas en esa materia, y existen dificultades que requieren métodos psicopedagógicos para los cuales el personal docente no posee la preparación necesaria.
Sobre el tema, Dalaity Carmona, subdirectora del CI Maripositas de Colores, afirma que “la participación constante de estos especialistas sería muy importante para ayudar a la familia y al centro en la conducción de los niños”.
Aun cuando el Centro de Diagnóstico y Orientación cuenta con logopedas y psicopedagogos que asisten a los círculos una vez al mes, todavía resulta insuficiente, sobre todo la presencia de este último, figura que tendría funciones mucho más abarcadoras, de atención a la familia y de promoción de estrategias de desarrollo intelectual, incluso, de apoyo al personal docente joven que asume la difícil tarea de enseñar.
ESCUELA Y FAMILIA: DEUDAS Y GRATIFICACIONES
Actualmente, las insuficientes capacidades ante una demanda creciente de círculos infantiles constituye un tema preocupante para la familia cubana. Suman 48 333 las solicitudes pendientes que, impactadas por las circunstancias descritas anteriormente, de déficit de maestros y problemas con la infraestructura constructiva, entre otros factores, no ha sido posible otorgar.
A partir del 2012, con la apertura al sector no estatal, se incorporaron también las madres trabajadoras pertenecientes a él, quienes transcurren por el mismo tratamiento que las trabajadoras del sector estatal para el otorgamiento de matrículas, y ya son 285 las beneficiadas.
En ese sentido, Rojas Torres explicó que a la familia le resulta difícil entender esta compleja situación de la matrícula, lo que genera disgustos constantes en la población. Por esa razón, insiste el Mined en que la familia reciba el tratamiento adecuado y todas las explicaciones e informaciones que sean pertinentes.
A pesar de ello, sobresalieron las opiniones favorables de los padres entrevistados en cuanto a la atención a sus hijos y el funcionamiento interno de los CI.
En Nené Traviesa, de Centro Habana, Yaremis Pérez afirma sentirse satisfecha con el trabajo y la exigencia de las docentes con su hijo, y sobre todo destaca la limpieza de los salones. Mientras, Edielmir Moinelo, padre de dos niños que asisten a Toqui, en Playa, enfatiza en el amor que caracteriza a las educadoras y auxiliares pedagógicas, la preocupación ante una enfermedad, y el seguimiento a su recuperación. “Tengo la mejor opinión de todo el personal”.
Similares criterios encontramos en madres y padres, abuelas y abuelos entrevistados. Sin embargo, vuelta la mirada hacia el trabajo estrecho entre la institución y la familia, todavía persisten insatisfacciones.
“Tenemos que poner a la familia en condiciones de saber estimular el desarrollo de su niño. Como una forma de prepararla contamos en los CI con las actividades conjuntas que se desarrollan una vez al mes, donde en un día y horario la familia recibe una actividad de preparación, pero es solo una vez al mes y en ese tiempo cuántas cosas no transcurren en el desarrollo del niño. Por lo tanto, nosotros estamos buscando otras vías de preparación para que la familia pueda participar”.
Experiencias como la descrita por Yosleydis Díaz, directora del CI Los Alelíes, no constituyen un denominador común. Allí “realizan festivales artísticos, concursos, cumpleaños colectivos y actividades de puertas abiertas donde los padres pueden observar cómo se desarrollan sus pequeños”.
Se trata, subraya Rojas Torres, de lograr la aplicación de un currículo flexible, integral y contextualizado, donde el Consejo de Dirección, sus docentes y la familia participen en la formación del niño, de modo que la educación recibida sea lo más completa posible y se corresponda con las características de su comunidad”.
En reciente conferencia de prensa, Miriam Díaz González, asesora técnico docente del Centro de Referencia Latinoamericano para la educación preescolar (CELEP), explicó que esos primeros seis años de la vida del niño son el momento donde la estimulación ejerce mayor influencia, de ahí la necesidad de preparar a la familia y los educadores para que sepan cómo estimularlos, ya que ellos son los mediadores más importantes de su desarrollo”.
Por esa razón, se requiere también que las Escuelas de Educación Familiar se enfoquen con más intencionalidad en los temas a evaluar con la familia, otra de las problemáticas detectadas por la Asamblea Nacional y planteada en su más reciente periodo ordinario de sesiones.
El actual perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación, liderado por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas y el Mined, está enfocado en que cada escuela logre elaborar su proyecto educativo teniendo en cuenta su pertinencia, contexto, particularidades y los recursos de los cuales dispone en la comunidad donde está enclavada. Pero además, está llamado a transformar el trabajo con la familia.
El desarrollo del proceso educativo tiene que conducir, según comenta Rojas Torres, a que todos los momentos de la vida del niño sean educativos, ya sea en la institución o fuera de ella, y no siempre se está logrando.
“Cada actividad tiene que conducir a alcanzar niveles de desarrollo, comprender que cuando el niño se está alimentando no se está alimentando solo porque lo estamos nutriendo, sino que ahí se mantiene una comunicación afectiva y se le está enseñando a consumir los diferentes alimentos y eso es una preparación que tiene para su vida”.
Son esos primeros años los más importantes para el desarrollo pleno del hombre, en los cuales se apropia de los primeros conocimientos, hábitos, habilidades…
De ahí que los frutos del trabajo de los CI sean esenciales, por ser el eslabón primero del Sistema Nacional de Educación, y se requiera revisar las problemáticas planteadas por sus propios protagonistas. Es esta la edad donde, aunque no se entiendan muchas cosas, empieza con el saber la vida.
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Antonio dijo:
1
17 de abril de 2015
06:15:12
Leonor dijo:
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arianne dijo:
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17 de abril de 2015
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mairelys dijo:
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15 de mayo de 2015
12:56:06
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