
Ni el salitre ni el tiempo han logrado colocar una lámina de herrumbre en el ánimo de los especialistas del Acuario Nacional de Cuba (ANC). Todo lo contrario. Acaban de cumplir 55 años como institución y reciben a los reporteros de Granma Internacional en medio de la vorágine de preparar uno de sus talleres infantiles y alistándose para atender a un público que se hace más numeroso en las horas de la tarde. Así iniciamos el recorrido en una mañana de marzo.
Aunque hoy pertenece al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y está regido por la Agencia de Medio Ambiente, el ANC abrió sus puertas el 23 de enero de 1960 con una muestra inicial de apenas 13

peceras de poco volumen.
Los ejemplares de peces e invertebrados vivos fueron creciendo progresivamente en estanques de mayor tamaño. Esto propició una exhibición más amplia de la flora y la fauna marina tropical.
“Generalmente exponemos alrededor de 300 especies –afirma Ana María Sabatel Pérez, especialista en Comunicación Institucional-. Tenemos mamíferos, sobre todo lobos marinos que han nacido aquí, sin embargo los delfines son de las costas cubanas.”
Apenas se traspasa el umbral encontramos al frente la Isla Tropical, espacio que recrea paisajes de los cayos e islotes que rodean a Cuba con ejemplares de la fauna característica de esta zona como la caguama, la tortuga verde, el carey y el pelícano.
A pocos metros encontramos un pequeño manglar. Sobre este refiere nuestra anfitriona: “Este sitio posee tres tipos de mangle. Como resultado de la labor científica hemos logrado que se reproduzca un poco alejado de la costa. En el centro tiene un camino que llamamos El Sendero Ecológico porque es un lugar fresco y muy agradable para transitar”.
Avanzando en el recorrido llegamos al conjunto de peceras conocido como Siete Picos, una suerte de paseo por paisajes submarinos cubanos a diferentes profundidades. Todo lo que se exhibe está vivo y en correspondencia con su hábitat natural. “Esto distingue a nuestras peceras del resto de los acuarios del mundo porque no usamos maquetas”, asegura la joven

especialista.
Además de transmitir a los visitantes el conocimiento de las especies marinas, el ANC ofrece sus salones para la realización de eventos. Simultáneamente se concentran en la recuperación y ampliación de sus instalaciones.
“Estamos inmersos en los planes de desarrollo futuro. Tenemos pensado crear nuevos espacios y trabajamos en el mantenimiento de las áreas viejas, que ya tienen 55 años”, afirma Sabatel Pérez.

CITA CON LOS LOBOS Y LOS DELFINES
Periódicamente el ANC lanza convocatorias para jóvenes entre 18 y 25 años para prepararlos como entrenadores de mamíferos marinos y operadores de filtro. Los cursos son de un año a tiempo completo y los aspirantes deben haber concluido el bachillerato, saber nadar y tener buena salud.
Una de las entrenadoras formadas aquí es Mara Leyva Amador. Trabaja en el centro desde el 2010 y para ella su actividad tiene días buenos y otros no tanto.
“El momento más difícil es cuando se pierde un animal. No hay manera de conformarse. Y los más alegres son cuando los ves dar sus primeros pasos en el entrenamiento, cuando compartes con ellos todos las tareas del día, su alimentación, su cuidado…”
También nos recibe en esta visita María Elena Montes Quintana, especialista principal del Grupo de Educación Ambiental, y nos pone al tanto de los eventos educativos que realizan como parte del programa Conozcamos el mar.
“En enero realizamos el Taller Martiano y en abril, la Jornada Científica Infantil. Este año se va a desarrollar los días 14,15 y 16 y es la 20º edición. Es el mayor evento que hacemos. Participan niños de entre 8 y 15
años de todo el país con trabajos en diferentes modalidades: ponencias, dibujos, canciones, poesías…
“Además tenemos los encuentros juveniles con jóvenes de 16 a 23 años. Los organizamos a finales de octubre y principios de noviembre. Contamos también con un Taller de Educación Ambiental en el Adulto Mayor y el último evento es un Encuentro Intergeneracional.

“En julio y agosto preparamos los talleres de verano para niños entre 8 y 15 años. Las matrículas se hacen en junio. Ofrecemos nociones elementales de natación e impartimos el Taller de Biodiversidad Marina. Igualmente tenemos el de Entrenador de Delfines, Entrenador de Lobos Marinos y el de Buceo. Todos los años estos talleres han tenido mucha aceptación.”
Salimos de las oficinas y constatamos que realmente son muchas las familias que se inclinan por esta opción
recreativa, pues cada espectáculo con delfines y lobos marinos estuvo rebosante de público.
Se aproxima la hora de volver a la redacción y nos apresuramos a despedirnos de nuestros anfitriones, no sin antes admirar las acrobacias de los animales entrenados. La experiencia amerita repetirse, pero ya no por motivos de trabajo.
COMENTAR
Tamara Osaba dijo:
1
4 de junio de 2017
16:29:11
Responder comentario