Dailenis Lobaina Pelier es bombera, profesora de Prevención en la Escuela Nacional de Bomberos Mártires de la Calle Patria. Esta profesión no es muy compleja como suele pensarse entre las mujeres. Tiene 20 años, edad no muy corta si se siente segura en su tarea. Pero hablar de seguridad entre rescatistas es demasiado común, porque ese es su plato fuerte.
“Aquí predomina el sexo masculino, aunque no quiere decir que las mujeres tengamos solo fuerza de voluntad, también tenemos mucha fuerza física para realizar los mismos ejercicios, los servicios de extinción de incendios, de rescate y salvamento”, aclara.
A la pregunta de qué rescataría cuando se está ante una situación extrema, esta jovencita da a entender que hay fuegos eternos, contra los que ningún bombero podrá articular el más mínimo esfuerzo, “habrá que salvar siempre lo imprescindible: el amor, el cariño, la responsabilidad, los valores de solidaridad y humanismo. Para ser bombero hay que ser mejores personas”.
Hace 23 años que Bárbara González Linton ingresó al Minint ante el llamado de la Federación de Mujeres Cubanas de apoyar la labor en este sector. Hoy es Máster en Trabajo Social Comunitario y labora en la Dirección Nacional de Tránsito. A su juicio, como taller natural en el que se forja la vida, las mujeres estarán siempre obligadas a cuidarla.
“El trabajo que realizamos los miembros de la Dirección Nacional de Tránsito en la disminución de accidentes en la vía forma parte de esa acción por salvaguardar vidas humanas, como la madre que cuida a sus hijos”.
Asegura que la mujer cubana es una Revolución dentro de la Revolución, “desde los tiempos en que se nos dio el espacio, pero había que ganárselo… y lo conquistamos”.
La teniente coronel Bárbara es tan exigente y entregada a su trabajo, que aconseja “jugar el papel que le toca a cada cual y no enrolarse en la lucha contra la idea de que ellas son el sexo débil”.
Norelvis Álvarez Vinent es otra jovencita, un poquito mayor que la bombero, con la chispa encendida para evitar males mayores. La operadora del 106 atiende casos de emergencia como alteraciones del orden público, robos, accidentes de tránsito o denuncias de sospechosos de actividades ilícitas.
No hay hombres en el 106, ¿por qué? “Las mujeres entendemos mejor a los demás, sobre todo en situaciones graves, de desespero, nos conmovemos más”.
A la teniente coronel Beatriz Acay Santos, jefa de sección de la Dirección Provincial de Patrulla, en La Habana, quise “molestarla” con eso de que las mujeres no tienen ninguna condición especial, pero me corta diciéndome que de entrada es feminista y de alguna manera la experiencia en su trabajo le ha llegado a demostrar que son más aventajadas en cuestiones de organización.
¿Si un hombre hiciera su actividad sería distinto?, “somos un poquito más quisquillosas, apelamos más a la perfección. Por naturaleza, la mujer busca la exquisitez de las cosas”.
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Gualterio Nunez Estrada dijo:
1
8 de marzo de 2015
12:51:42
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