
“Cuando necesité comprar a principios de diciembre un grifo para fregadero, fui a los puntos de venta de materiales de la construcción y no lo encontré. Recorrí las instalaciones de los municipios de La Habana Vieja y Centro Habana y ya se habían agotado. No se cómo es el proceder, pero la realidad es que se acaban muy rápido, y los dependientes no saben cuándo vuelven a entrar”.
La opinión de Orlando Moreno, residente en el municipio de La Habana Vieja, coincide con la de Marisol Estrada, habitante del Cotorro, quien reconoce que en su territorio entró este tipo de llaves, pero se acabaron en pocos días.
“Una amiga mía necesitó cambiar la llave de su fregadero y cuando fue al “rastro” (Tienda de Venta de Materiales de la Construcción) no existían. Las pocas unidades que entraron “volaron”, al final tuvo que recurrir a una “shopping” para adquirirla. Siempre encuentras algún tipo de herraje, pero pocas veces es el que necesitas”.
Criterios como los anteriores existen dentro de la población vinculados con la rebaja y venta de herrajes hidrosanitarios. En relación con su reajuste de precios no existe ningún tipo de problemas, pues la sociedad acogió con buenos ojos la disposición de modificar los precios de un grupo importante de estos artículos. Sin embargo, en cuanto a su distribución y comercialización existen “salideros” que aún no han sido reparados como debe ser.
Hace más de nueve meses, Granma publicó un reportaje bajo el título ¿El salidero de los herrajes? Dicho trabajo mostró las fisuras existentes en la venta de este tipo de mercancías, al comprobarse como a nivel nacional existía un desabastecimiento casi general.
Luego vinieron las reuniones de varios directivos de los ministerios de Comercio Interior (Mincin), Industrias (Mindus) y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), para aclarar que la estrategia de venta de herrajes tendría sus niveles de comercialización más elevados en el segundo semestre del año 2014. También resaltaron que los planes de producción se trazaron para que posterior al mes de junio comenzaran a impactar en los puntos de venta.
Durante el encuentro efectuado en mayo del 2014, al que Granma fue invitado, se pudo conocer la realización de una evaluación de los recursos necesarios destinados al Programa de Ahorro de Agua, teniendo en cuenta los criterios establecidos por el entonces Instituto Nacional de la Vivienda (INV), el cual arrojó una demanda de seis millones 386 300 unidades de diferentes tipos de herrajes.
Por su parte, el Mincin presentó al Grupo Empresarial de la Sideromecánica (Gesime) una solicitud de dos millones 188 400 unidades de herrajes. De dicha demanda se planificó inicialmente asegurar por la industria nacional un millón 958 670 piezas, para ellos se dijo —en aquel entonces— contar con el inventario de la materia prima necesaria. El resto de las unidades se importarían para su comercialización, debido a que su producción no puede ser desarrollada por la Empresa Industrial Herrajes, de Guanabacoa, única de su tipo en el país.
En otro cónclave efectuado a fines de noviembre del pasado año, para repasar el comportamiento en la venta y producción de estos 11 artículos (en la tabla que acompaña este texto) que sufrieron una rebaja en su precio, trascendió que hasta el cierre de octubre se habían producido un millón 878 178 unidades. Mientras, las empresas universales del Mincin afirmaron concluir el mes de septiembre con la recepción de un millón 300 000 unidades para un 65 % de cumplimiento.
Como parte de aquel primer reportaje Granma ha continuado su pesquisa para no perder de vista la realidad sobre estas demandadas y cuestionadas piezas hidrosanitarias. Al cabo de estos nueve meses, luego de recorrer las mismas tiendas y agregar algunas nuevas, tanto en la capital como en varias provincias del país, estos fueron los resultados de la investigación.

ENTRE MEJORAS Y CONFUSIONES EN EL SURTIDO
Con los antecedentes puestos sobre la mesa y la certeza por parte de los funcionarios del Mincin, Mindus e INRH de que la situación hoy era otra en comparación con la apreciada entre marzo y abril del 2014, ciertamente en los municipios periféricos de Cotorro, San Miguel del Padrón, Regla y Guanabacoa —donde visitamos varios establecimientos— encontramos presencia abundante de herrajes hidrosanitarios, pues generalmente hay ocho de los 11artículos que deberían estar en los inventarios.
Yaneisi Alfonso Estévez, auxiliar económica de la Tienda de Venta de Materiales de la Construcción Santa María del Rosario, en el Cotorro, aseguró que a finales del mes de diciembre existían “más de 400 llaves de paso y de empotrar en el almacén, situación que se repite con las llaves de ángulo. La calidad es muy buena, aunque no se compara con las que se venden en CUC, mientras que el surtido se ha mantenido estable todos los meses, lo cual no significa que siempre tengamos todos los productos”.
Por su parte, Yoel Castro Brito, administrador de la Tienda de Venta de Materiales de la Construcción 26 de Julio del mismo municipio, subrayó que si bien tienen bastantes productos, existe el temor que ocurra un desabastecimiento como meses atrás. “Por eso la importancia de cumplir los planes de producción”, dijo.
En este sentido, Carlos García Morales, administrador del puesto de venta San Francisco de Paula, en San Miguel del Padrón, comentó que aun hoy “la demanda es mucho más alta que la oferta; se debe tener en cuenta lo que se distribuye en todo el país, por eso a lo mejor se reparten pequeñas cuotas”.
Si bien los primeros reportes mostraron resultados alentadores, en la medida en que avanzamos hacia el centro de la ciudad —donde se encuentran los mayores asentamientos y existe una elevada cantidad de población flotante, en tanto se ubican los principales centros laborales, además de ser la zona preferencial para establecer negocios por cuenta propia— la realidad se tornó diferente, pues estos “rastros”, a diferencia de la periferia, se encuentran menos surtidos.
De acuerdo con Abel Milián Capote, administrador de la Tienda de Materiales de la Construcción No. 2 en Centro Habana, en su establecimiento faltan siete de los 11 artículos que deberían estar en inventario. “No ha existido sistematicidad con algunos productos, en ocasiones demoran los pedidos y no sabemos por qué la tardanza. Por el lugar en donde nos ubicamos (calle Amistad entre Neptuno y Virtudes) somos una de las tiendas que más ventas tiene y por tanto deberíamos ser una de las más reaprovisionadas. Pero el abastecimiento es pobre, tanto las tiendas de la periferia como las del centro reciben la misma cantidad de surtidos, pienso que esto debería revisarse”, expresó.
En búsqueda de respuestas en torno a la distribución y el sistema de reaprovisionamiento en la capital, este equipo de reporteros se acercó a la dirección provincial de Comercio Interior y a otros funcionarios del Comercio Mayorista y Logística de Almacén. No obstante, al momento de publicar este trabajo, aún no habían sido dadas las aclaraciones pertinentes.
Uno de los eslabones débiles se apreció con el surtido de los grifos para fregadero y lavamanos. En varios establecimientos entraron en pocas cantidades —menos de 50 unidades— entre los meses de septiembre y octubre del 2014. Para el cierre de año en casi ningún punto de venta lo pudimos encontrar.
Bilmar Blanco Fernández, administrador del “rastro” Monterrey, en San Miguel del Padrón, señaló que ha sido pobre la estrategia en la comercialización del producto.
“Las llaves de este tipo tienen que tener mayor entrada, traen muy pocas y se agotan enseguida. Si se revisa bien se comprobará que 50 piezas no es nada en una tienda, duran menos de diez días”, añadió.
Asimismo, el jefe de brigada del establecimiento No. 2 de Centro Habana, Reinier García, especificó que “es normal pasarse varios meses sin un surtido y de buenas a primeras nos llegan tres camiones cargados con un solo artículo. Eso demuestra que no existe un buen plan en cuanto a la distribución”.
Cuando nos acercamos a la Habana Vieja la situación resultó ser similar, razón por la cual, Juan Quiñones —administrador de la Tienda de Zulueta, en este municipio— opinó: “Hay una disparidad en cuanto al tema de los surtidos, se tiene que hacer un estudio de los puntos de venta, cuáles son los establecimientos que más venden, para así garantizar el producto de forma constante. Porque cuando tenemos baches en el reaprovisionamiento las ventas bajan”.
Mientras, al cierre de diciembre, en el Punto de Venta de Materiales de la Construcción De Estévez, en el Cerro; desde octubre no recibían llaves de empotrar de ½ pulgada, grifos de fregadero de 25 pesos y grifos para fregadero niquelado.
Uno de los rasgos característicos del fenómeno, según Denis Vélez Hernández, administrador de este local, resulta la presencia de revendedores en la zona (Centro Habana, La Habana Vieja, Cerro). “Sucede que estamos ante una venta liberada y no existe un mecanismo legal que regule la cantidad de unidades por producto que una persona puede llevar.
Uno se guía porque conoce a los revendedores, independientemente que ellos tienen sus estrategias para adquirir los productos”.
En Pinar del Río, la presencia de estos artículos, imprescindibles para poder eliminar los salideros de agua existentes en los hogares y en el sector estatal, pudiera definirse en una palabra: inestabilidad.
En el recorrido por esta provincia con cierre en el mes de enero del 2015, se pudo constatar que los latiguillos de ½ x ½, los herrajes de lavamanos o los grifos de fregadero, también se reciben en cantidades muy inferiores a las que se necesita. Así lo indica su ausencia la mayor parte del tiempo en los establecimientos. Durante la realización de este reportaje, por ejemplo, el equipo de Granma no encontró ni en la tienda Carlos Manuel, en un extremo de la capital provincial, ni en la de 10 de Octubre, del otro lado de la ciudad, ni en Los Pinos.
“Por otro lado este problema de los revendedores también trae consigo que las personas que trabajan les resulta más difícil adquirir estos productos”, añadió Juan Jesús Loaces, dependiente de almacén de la tienda Carlos Manuel.
Criterio que comparte Olaida Alonso, trabajadora de Educación y beneficiada con un subsidio, quien desde el mes de junio trata de reunir los recursos necesarios para levantar su casa. “He tenido que pedir una licencia sin sueldo, porque para coger los materiales cuando entran hay que venir todos los días. Si estuviera en la escuela, no podría comprar nada”, indicó.
En la vecina Artemisa la situación no dista mucho a la de Pinar. Según Alfredo Ramos, director de Comercio de la Empresa Provincial de Comercio, Gastronomía y Servicios, “en el 2014 se cumplieron las entregas planificadas de herrajes. De los productos rebajados hay algunos que tienen gran aceptación entre la población”, afirmó, pero dijo que “la permanencia en la red no es estable, por ejemplo, las llaves de fregadero, lavamanos y lavadero, son de los más aceptados y no logramos estabilidad, pues el plan no está acorde con la demanda.
“Nuestra prioridad, con productos de este tipo, es abastecer a las Tiendas de Materiales de la Construcción que es donde deben estar. En los Mercados Artesanales e Industriales (MAI) solo puede haber presencia de aquellos que tenemos en grandes cantidades”, precisó.
Y efectivamente, en visita a los MAI El Arte y La Complaciente, de Artemisa, solo encontramos llaves de empotrar y las plásticas, mientras que en el TH, de Mariel, no había ninguno de los referidos productos.
En este último territorio, conversamos con Dianislé Díaz, quien visitó la tienda de su municipio en busca de llaves de lavamanos y fregaderos, y tuvo que comprar ambas a 250 y 60 pesos respectivamente, a un trabajador por cuenta propia.
“Pude adquirir en ese establecimiento el latiguillo de ½ x ½ , y la llave de empotrar”.
Hasta la tienda de la ciudad de Artemisa llegó nuestro equipo, y en el momento de la visita había presencia de seis de los productos rebajados. Idalberto Peña, el almacenero de la unidad, hizo referencia a otros que aunque no están en el listado de los rebajados, hace tiempo que no entran, tal es el caso de “otros herrajes de lavamanos y fregaderos. En los dos últimos años, el primero ha entrado una sola vez y el segundo, nunca, y la población los busca bastante”.
Precisamente la inestabilidad en el surtido en estas dos provincias trae como consecuencia que muchos de sus pobladores se trasladen hacia La Habana para adquirir los apreciados artículos hidrosanitarios, lo cual contribuye al desabastecimiento en la capital.
En este sentido Villa Clara y Camagüey mostraron cierta estabilidad, aunque según los funcionarios de Comercio entrevistados existen carencias con determinados renglones como los ya mencionados grifos de fregaderos y de lavamanos, los cuales se encontraron en pocos establecimientos visitados por Granma.

CALIDAD A CUENTA GOTAS
El Grupo Empresarial VICLAR de Villa Clara, tiene la exclusividad en el país en la elaboración de la mayoría de los artículos plásticos que forman parte del programa nacional encaminado a satisfacer la amplia demanda de herrajes y otros productos por parte de la población.
En total, esa entidad fabrica 48 surtidos, además de otros 14 destinados al programa de ahorro de agua, de los cuales el pasado año elaboraron más de 134 000, según refirió Rogelio Martínez Díaz, director de VICLAR en el territorio.
Expresó además que la dirección de la entidad reconoce que aún falta un trecho para estar a la altura de los parámetros que reclama la población, manifestando a su vez el desvelo por sacar al mercado artículos duraderos y de mayor calidad.
En ese sentido explica que de las 62 producciones realizadas por ellos, ya 57 poseen la certificación del Centro Técnico Nacional de Investigaciones de la Construcción, un importante aval que demuestra que no siempre los criterios vertidos acerca de la calidad de sus producciones se corresponden con los análisis realizados por las instancias competentes.
Por su parte Ramón Machado, director técnico comercial del Grupo, señaló que un problema actual es la falta de estudios serios de mercado, lo que se manifiesta en un divorcio entre la oferta y la demanda, en especial en aquellos poblados, comunidades y Consejos Populares a donde no llegan las creaciones de VICLAR, atendiendo al diseño actual de comercialización, que estipula abastecer solo las cabeceras provinciales y municipales.
Asimismo, los directivos de la empresa aseguraron que hacia la mitad de enero último provincias como La Habana, Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo aún no habían firmado el contrato de compra, mientras la gran mayoría del resto —en caso de tenerlo—, no ha realizado las solicitudes correspondientes para el año en curso.
Quizá esta situación se deba a una mala gestión en las estrategias de comercialización por parte de la empresa villaclareña, pues ellos tienen que definir cuáles son sus clientes potenciales. En el recorrido realizado encontramos locales como la Tienda 26 de Julio, en el Cotorro, donde su administrador, Yoel Castro Brito, aseguró tener en almacén abundante presencia de pilas plásticas, sin embargo tiene una media de venta de una o dos semanales, pues la población se resiste a comprarlas.
Otros administradores son más cautos a la hora de adquirir herrajes de industrias locales. Carlos García Morales, responsable de la Tienda San Francisco de Paula en el municipio de San Miguel del Padrón, aseguró que él no solicita estos productos porque no tienen salida. “En el caso de las pilas plásticas la población sabe que no son tan duraderas como las niqueladas o las de bronce. Es importante que no se fabrique más lo que no se vende”, sentenció.
Sin embargo, para Alfredo Ramos, director de Comercio de la Empresa Provincial de Comercio, Gastronomía y Servicios de Artemisa, la compra de herrajes fabricados por VICLAR —con la cual tiene contratos desde mediados del 2014— constituye uno de los mecanismos empleados para aliviar la falta de productos demandados en la localidad. “Con esta alternativa hemos suplido la necesidad de las llaves que no hay, aunque no es lo más idóneo”.
En torno a la calidad de los herrajes producidos por la industria nacional, Leduán Hernández, director general de la Empresa Industrial Herraje explicó que la grifería se produce mediante una materia prima compuesta en su totalidad por latón, mientras que la grifería importada y de mayor circulación en el país tiene un compuesto denominado Zamack, el cual tiene una calidad inferior, de ahí que su funcionalidad y durabilidad sea menor”.
Sin embargo, resulta contradictorio que tanto la población como los trabajadores de la red comercial entrevistados coincidan en que los herrajes importados son ligeramente de mayor calidad que los de la industria nacional.
Zoila Cabrera Santana, del Cotorro, es del criterio que los herrajes comercializados en CUC son mejores que sus homólogos en CUP. “Las llaves plásticas no sirven. Las compras y a los dos meses ya tienes salideros en la casa y debes volver a gastar dinero. La experiencia a lo largo de los años me ha demostrado que una pila en CUC tiene más durabilidad”.
Otro aspecto relacionado con esta comparación habitual entre los clientes, es que en los productos de la industria nacional calidad y estética no van de la mano. Aunque los directivos de la empresa defienden que sus artículos son mejores que los importados, la realidad es que su presentación deja mucho que desear.
Es bueno recordar que en el primer reportaje, uno de los principales problemas sobre los cuales insistían, tanto los vendedores como los compradores, era lo relacionado a los embalajes de los productos. En este segundo acercamiento al dilema, se pudo constatar que si bien los envases y embalajes utilizados en esta industria no tienen toda la calidad requerida, al menos se ha ganado terreno en este sentido.
Granma pudo apreciar en varios establecimientos la presencia de herrajes hidrosanitarios cubiertos con su envase. Según Raúl Inocencio Cabrera, auxiliar económico de la Tienda de Venta de Materiales de la Construcción Residencial América en el Cotorro, aún se debe mejorar la presencia del producto. “Hay un largo camino que transitar en este sentido”.
Osvaldo Benítez Shorey, trabajador del rastro El Mikito en Guanabacoa, sostuvo también que los envases deben venir sellados para evitar la pérdida de piezas o el daño a las mismas.
Asimismo, uno de los aspectos que poco ha cambiado está centrado en la calidad de los módulos de herrajes. La población, según se pudo verificar, ha comprado el módulo correspondiente al sistema dual flush, de descarga superior, que no se produce en la industria nacional. En la reunión de mayo del 2014 anteriormente mencionada, Leduán Hernández explicó que este tipo de productos entrarían al mercado de forma inmediata, situación comprobada en los recorridos realizados. Pero, lamentablemente, a finales de diciembre e inicios de enero este sistema que es de importación se encontraba agotado en los establecimientos.
En relación con el módulo de herrajes que produce la industria cubana la perspectiva es la misma: recelo por parte de la población para adquirirlo debido a su cuestionada calidad.
Gustavo Castro, plomero con más de 30 años en el oficio, agregó que los módulos de herrajes de fabricación nacional no son efectivos. “Si no los instalan bien con el paso del tiempo sufren roturas. Son piezas plásticas muy débiles, no resistentes a la manipulación”.
Si bien en el primer trimestre del 2014 la situación era caótica, a inicios del 2015 existe una relativa mejoría, lo cual no significa que podamos lanzar palomas al vuelo. Aún quedan muchas filtraciones en este sistema de producción, distribución y comercialización de herrajes hidrosanitarios, las cuales deberán ser atendidas de forma sistemática por los organismos competentes. Porque —como expresara Inés María Chapman Wong, presidenta del INRH— el éxito del Programa de Ahorro de Agua depende en gran medida de la estabilidad de este proceso.

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Luis dijo:
1
6 de marzo de 2015
02:16:25
Pablo LML dijo:
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6 de marzo de 2015
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claro dijo:
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Ernesto Bustos dijo:
9
6 de marzo de 2015
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Pedro dijo:
10
9 de marzo de 2015
09:25:10
concepcion aguero dijo:
11
7 de abril de 2015
08:57:28
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