
Pinar del Río.— Para quienes hemos estado escuchando desde nuestros días de pioneros que un incendio siempre puede evitarse, los pronósticos que año tras año lanzan los especialistas seguramente parecerán contradictorios. Solo en Pinar del Río, se estima que entre los meses de enero a mayo tendrán lugar entre 70 y 95 siniestros, con una afectación de más de 1 500 hectáreas de bosques.
Así, en ese rango, se han estado comportando desde hace tiempo. En el 2014, por ejemplo, se llegó a predecir entre 74 y 104, y a calcular unas 1 600 hectáreas devoradas por el fuego.
Sin duda son cifras abultadas ante las que surge, inevitablemente, una interrogante: ¿Acaso no hay nada que hacer para impedir los incendios? ¿Pueden o no evitarse?
Según las estadísticas del Cuerpo de Guardabosques (CGB), en los últimos tres años en áreas forestales de la provincia se registraron un total de 65 hechos provocados por descargas eléctricas.
Sin embargo, hubo muchos más (99) originados por negligencias humanas. Informes del CGB de Vueltabajo señalan que en entre las causas principales estuvieron los vehículos sin matachispas, los fumadores irresponsables, los cazadores y pescadores furtivos, y las quemas de potreros.
De modo que de no haber sido por el hombre, el número de incendios forestales y sus consecuencias, habrían sido muy inferiores.
Ante esa realidad, el teniente coronel Noel Lozano, jefe del órgano de la Defensa Civil en el territorio, asegura que de cara al 2015 se ha indicado incrementar las medidas de protección, y también se han efectuado ejercicios de preparación en todos los municipios.
Entre las acciones realizadas, se incluye la revisión de los medios de transporte que tienen que entrar con regularidad a los macizos forestales, para verificar que posean matachispas. Paralelamente, se ha estado reforzando el trabajo educativo con las distintas fuerzas que laboran en los bosques, así como el mantenimiento de la red de caminos y fajas mineralizadas que impidan la propagación del fuego.
Aun así, reconoce que la situación es tensa.
De un lado, la prolongada sequía que vive Vueltabajo desde hace meses, ha hecho que el material combustible en los bosques alcance niveles alarmantes.
Del otro, la construcción de caminos, trochas y líneas mineralizadas, aunque se ha incrementado, sigue siendo insuficiente y ha estado enfocada sobre todo en las áreas en producción, cuando debería llegar a todas las zonas vulnerables.
“Hace solo unas semanas, se quemaron 23 hectáreas de la masa forestal destinada a semillero en el municipio de Los Palacios, precisamente por no tener las medidas de protección”, asegura Jesús Cabrera, especialista en manejo del fuego del CGB de Pinar del Río.
Como si fuera poco, las negligencias continúan provocando estragos. De hecho, los diez incendios forestales que se registran hasta la fecha estuvieron originados por ellas.
“A pesar de todas las medidas adoptadas, la gente continúa entrando al bosque, haciendo fogatas y otras acciones imprudentes que propician la propagación del fuego”, reconoce el jefe del órgano de la Defensa Civil.
El costo de la irresponsabilidad es alto. Entre los meses de enero a mayo del pasado año (considerada la etapa de mayor peligro), los daños provocados por los incendios en Vueltabajo ascendieron a 840 391 pesos. Peor aún resultó el mismo periodo del 2013, cuando se contabilizaron 2,1 millones en pérdidas por el mismo concepto.
Más allá del plano económico, aunque más difícil de cuantificar, el daño ecológico es también enorme. Basta observar la desolación que queda sobre la tierra ennegrecida, cuando las llamas terminan su faena de destrucción y muerte. Un panorama aún más triste, cuando se tiene la certeza de que en la inmensa mayoría de los casos, pudo evitarse.
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YUNIEL PEREZ GARCIA dijo:
1
26 de febrero de 2015
22:42:03
Tell dijo:
2
27 de febrero de 2015
08:03:07
El Ninja dijo:
3
27 de febrero de 2015
19:05:03
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