ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Contratos para fabricación de piezas mediante el maquinado, asegurarán el funcionamiento de instalaciones industriales en construcción en el municipio de Mayarí. Foto: del autor

NICARO, Mayarí, Holguín.— Convertirse a la prestación de servicios después de más de 60 años dedicados a la minería y la producción de níquel es un propósito en avance en la Empresa Comandante René Ramos Latour. Lo que allí sucede recuerda al mitológico Fénix emergiendo de sus cenizas, pero con la diferencia de que aquí el resurgimiento transcurre entre grandes estructuras metálicas y acciones emprendidas por mujeres y hombres hacedores de una historia tan real como absorbente.

El cierre de las operaciones vinculadas con el níquel ocurrió en diciembre del 2012. La decisión, tomada al más alto nivel del país no resultó fácil, pero era inevitable. Producir una tonelada del valioso material costaba entre 23 000 y 25 000 dólares y por las ventas se obtenían unos 16 000, describe el director de la empresa, licenciado Osmany Sánchez.

Tamaña ineficiencia estaba anclada, en primer lugar, en el envejecimiento de la industria levantada en la Península de Lengua de Pájaro cuando Europa era despedazada por la Segunda Guerra Mundial. Ya no daba para más la tecnología de lixiviación amoniacal empleada desde entonces para obtener níquel más cobalto.

Igual afectaban el progresivo alejamiento de las áreas de extracción de mineral y las dificultades para comprar combustible, fenómenos agravados por la persistencia del bloqueo económico y financiero estadounidense, desde su establecimiento ensañado con esta rama al imponer a nuestro país severos frenos en la adquisición de piezas y equipos y sancionar a otras naciones por la compra de cualquier producto que lleve en sus componentes níquel cubano.

CAMBIOS MEDULARES

Tras recordar los motivos de la transformación en curso, Osmany Sánchez asevera que uno de los asuntos abordados con extrema sensibilidad fue el tratamiento del personal, cuya plantilla era de unos 2 400 y fue reducida a 1 500.

“De acuerdo con la política de no dejar desamparados a mujeres y hombres que hicieron funcionar esta empresa durante años, se produjo la reubicación de los que no estarían con nosotros. Así fueron incorporados a industrias del propio Grupo Cubaníquel y realizan diversas actividades como la minería en áreas que explota la fábrica Ernesto Che Guevara, de Moa, o la recuperación del entorno en áreas degradadas, tarea a cargo de la Empresa de Rehabilitación Minera Rosa Elena Simeón. A otro grupo de profesionales se les propuso tareas de colaboración en el extranjero.

El acero evaluado como no apto para labores de construcción y montaje se comercializa con la Empresa de Recuperación de Materias Primas. Foto: del autor

“Con otra parte integramos un Cuerpo de Vigilancia y Pro­tección, gracias al cual ya no pagamos por ese servicio más de un millón de pesos al año y quienes estaban en edad de jubilación optaron por esta con el debido respaldo de la Seguridad Social”.

Hoy continúa el desmantelamiento de la industria, tarea emprendida bajo el concepto de entregar a la economía miles de toneladas de vigas y planchas, tuberías y depósitos metálicos, mayormente de acero, así como motores eléctricos y otros equipos.

El pasado año vendieron 7 200 toneladas de acero. Mucho de ese metal fue a parar a centrales que lo requerían para echar a andar la zafra. Este año las ventas superarán las 4 000 toneladas.

“Recibimos una compensación económica. El Estado nos paga por tonelada un monto que incluye la diferencia existente entre el precio al que vendemos y el mantenido en el exterior”, devela Osmany.

De igual forma, la industria constituye una fuente valiosa para el sector encargado de la recuperación de materias primas, el cual asimila el metal que, de acuerdo con las evaluaciones de los especialistas, no está apto para tareas de montaje de estructuras y fabricación de medios en general, lo cual no impide, dice el directivo, ofertar chatarra de primera.

Debido a que heredaron de los procesos de extracción de mineral y de producción de níquel diversas especialidades, la empresa tiene definida una gama de servicios a brindar, da a conocer el ingeniero mecánico Leonel Fernández Ro­drí­guez, director adjunto.

Uno de los que va dejando huellas favorables para quienes lo han contratado, dice, es el servicio de Metrología, Au­to­má­tica, Eléctrica e Instrumentación. La evidencia aparece en la recapadora de neumáticos Arsenio Escalona, de Holguín, en la cual instalaron autómatas y otros equipos integrantes de un programa computarizado de control, diseñado especialmente para ese establecimiento.

“Una de nuestras principales fortalezas es la calificación técnica del personal. Estamos en condiciones de ofrecer a las termoeléctricas del país un sistema automático de medición de temperaturas que sustituye a los originales empleados en los Grupos Electrógenos. En la primera etapa lo montamos en Feltón, en Mayarí, con el uso de instrumentos disponibles en nuestros almacenes. Ahora planeamos la adquisición de algunos medios para enfrentar los pedidos que nos hagan”.
Brigadas especializadas en reparación y montaje de estructuras metálicas, redes hidráulicas y labores constructivas en general laboran en Mayarí en el Combinado Cárnico de Guatemala y en el Molino de Arroz en fase final de montaje en Guaro. Periodos antes, fuerzas de igual tipo ejecutaron obras en los combinados lácteos de Levisa y Holguín.

OBRAS QUE SE DISFRUTAN

Si el pasado año el 39,6 % de la facturación provino de la prestación de servicios, los cuales reportaron cinco millones de pesos, no menos importante es la satisfacción que prevalece porque los contratos asumidos ayudaron a solucionar problemas acumulados en varios lugares de la provincia, coincidieron Osmany y Leonel.

El personal dedicado a la reparación, reconstrucción y mantenimiento de vías férreas y medios ferroviarios recuperó en la localidad de Guajaca un puente de 90 metros de longitud. Con la obra se accede a la Camaronera de Frank País, principal instalación industrial de ese municipio. De igual modo los habitantes de la zona ya no emprenden el largo y obligado recorrido que imponía el viaducto roto, a todo el que intentaba llegar a Cayo Mambí, cabecera del municipio.

Además del contrato firmado con la Empresa Provincial de Transporte para reparar los 21 kilómetros de vías férreas (quedan diez por ejecutar), reconstruyeron el coche motor usado en la zona.

Los puentes construidos por partes con piezas de metal también se han ensamblado en el municipio de Calixto García y en el  territorio de Sagua de Tánamo, en sitios de los asentamientos serranos de Naranjo Agrio y Calabazas de Sagua.

Miguel García Marrero, Soldador A, no es el único miembro de la brigada de construcción y montaje de puentes a quien el mundo se le vino abajo cuando cerró la fábrica. En ese mo­mento acumulaba aquí cerca de 40 años de trabajo, del cual dependía la familia. Creía que no saldrían adelante, pero hoy la opinión cambia en la misma proporción en que el colectivo encuentra salidas. En la actualidad los ingresos por el salario, dice, son superiores a los obtenidos antes y espera que no varíe la favorable situación cuando concluya el periodo de desmantelamiento de los “hierros viejos”.

No todo es color de rosa, asegura. Su familia y la gente en general de Nicaro, añoran el funcionamiento del gigante industrial que les proporcionó trabajo e identidad propia. Por eso siguen con interrogantes sobre el futuro.

MERCADO A LA VISTA

A los directivos de la empresa no hay que advertirles sobre la necesidad de buscar mercado. En estos momentos, personal de la entidad cumple contratos en La Habana, en una ter­moeléctrica, así como en Santiago de Cuba, con Trans­Cupet.

Osmany revela que en la provincia de Holguín, en los municipios de Mayarí, Frank País y Sagua,  hay posibilidades de captar, al menos, 12 millones de pesos, porque disponen de amplios presupuestos para concretar obras de carácter económico y social.

Sobre la base de la información disponible, esperan incursionar en la reparación de grandes depósitos de combustible operados por Cupet en varios sitios del país. Competir con otras entidades, lejos de ser un obstáculo, deviene motor para hacer las cosas mejor. Se trata, dice el ingeniero Leonel, de organizar los procesos de contratación y utilizar correctamente los conocimientos y experiencia de los especialistas en función de la calidad de los encargos.

“Acabamos de ejecutar un levantamiento en el hospital de Moa y muy pronto estaremos allí para realizar acciones en las áreas de Automática y Mecánica”.

Va en serio la inserción en importantes proyectos del Ins­tituto de Geología, que financia estudios para incrementar los conocimientos sobre concesiones mineras. Según informa la ingeniera química Yaidisury Salazar Infante, directora técnica, están en la etapa inicial de contratación, con tareas técnicas concretas, entre ellas realizar pesquisas en las presas de cola, donde se acumularon por años residuos de la producción de níquel, esencialmente hierro, lo que da a esas áreas categoría de yacimientos incluidos por el Grupo Cubaníquel en su cartera de negocios, con nuevas posibilidades nacidas de la aprobación de la Ley de Inversión Extranjera.

Aunque el periodo fijado para entrar en la etapa plena de prestación de servicios es de cuatro años, los hechos concretos, como la disminución de las pérdidas planificadas para el 2013 (de 63 millones de pesos a 56 millones); y la obtención de utilidades en el 2014 muy por encima de las planificadas (2,2 millones de pesos, en lugar de los 179 000 pesos), dan cuenta de que es posible reducir este lapso de tiempo, consideran los directivos.

Lo realizado hasta ahora confirma que es viable la transformación emprendida. Pero vale la pena detenerse a pensar en errores a los que podrían conducir cálculos y decisiones incorrectas. Apresurarse y no dar en el blanco, en el menor de los daños, conduciría a dilatar más allá de lo razonable un cambio emprendido tras sopesar diversos elementos del acontecer económico de la nación, apremiada de producciones y servicios que operen sobre la base de la eficiencia, conducidos por empresarios previsores, capaces de emplear como verdadero incentivo las flexibilizaciones con que operan hoy.

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