NICARO, Mayarí, Holguín.—Proteger la Bahía de Nipe, centro de un Programa Nacional orientado a su total rehabilitación, es uno de los fines de las labores de reforestación que realiza la Empresa de Servicios René Ramos Latour en áreas del litoral de la península de Lengua de Pájaro.
Con la siembra de posturas de mangle y bambú se pretende frenar el traslado hasta el mar de minerales acumulados en una de las llamadas presas de cola, sitio donde se depositaban los residuos de la producción de níquel, actividad que cesó en el 2012 debido al envejecimiento tecnológico de la planta instalada en los primeros años de la década del cuarenta del pasado siglo.
Las barreras que crean con ambas especies de árboles se expanden en los lugares donde los residuos, fundamentalmente compuestos por hierro, entran en contacto con el agua, explicó la ingeniera química Yaidisury Salazar Infante, directora Técnica de la Empresa.
“Pertenecemos al Grupo Cubaníquel y actuamos de acuerdo con lo fijado en la ley que protege el medio ambiente, que nos indica restablecer las zonas afectadas por el agresivo ejercicio de la minería”, corroboró.
En el mismo depósito de residuales que ocupa unas 265 hectáreas, pero en áreas más alejadas de la costa, emplean una variedad de gramínea, apropiada para crear una especie de manta verde destinada a frenar la creación de nubes de polvo negro que en numerosas ocasiones, sobre todo en periodos de sequía, han afectado a poblados de los alrededores como Levisa, Guatemala y Saetía.
Los resultados de la labor de rehabilitación son palpables hoy en 65,5 hectáreas, la mayoría de ellas trabajadas por los integrantes de una Cooperativa de Créditos y Servicios de la localidad.
Con esa forma productiva fue firmado un contrato que fija el plazo de un año para certificar la calidad de la reforestación con una cláusula que impone resembrar los sitios donde las plantas no sobrevivieron.
“La brigada a cargo de la siembra lo hace bien y emplea medios propios, entre ellos la tracción animal. La hierba plantada la traen por lo general de áreas que dejan limpias para desarrollar actividades agrícolas”, argumentó la directiva.
En el resarcimiento de la deuda contraída aquí con la naturaleza, interviene igualmente la Empresa de Rehabilitación Minera Rosa Elena Simeón, la cual integra el Grupo Cubaníquel y realiza un trabajo muy serio en opinión de Yaidisury y de otros directivos de la René Ramos Latourt.
Otro ejemplo de la seriedad con que cumplen el compromiso de proteger el medio ambiente es la continuidad de los planes para erradicar los daños causados en áreas localizadas en Pinares de Mayarí, sometidas a la extracción de mineral durante décadas.
“De las más de 2 200 hectáreas que corresponden a una vieja concesión minera otorgada a la empresa, solo queda por restablecer el 10 %. Durante el 2016 allí debemos completar la siembra de árboles y la ejecución en general de trabajos de conservación”.
Precisamente por las acciones emprendidas a favor del entorno y la organización con que transcurren, a este colectivo se le tiene como referencia nacional cuando se aborda el complejo proceso de cierre de minas. Sin embargo, algunos vecinos de los alrededores de las áreas en recuperación no contribuyen.
En ese grupo poco colaborador están los propietarios de animales, casi siempre chivos, que pastan en los sitios reforestados de la presa de cola y causan daños, pues su voraz apetito les hace arremeter contra las gramíneas sembradas y muchas veces arrancan los plantones, anulando un esfuerzo respaldado por un considerable monto económico.
Al desorden no se le debe dar oportunidades. En este caso es muy probable que ya sea tiempo de sustituir consejos, llamadas de atención y multas a los infractores por acciones legales más rigurosas.
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jorge dijo:
1
18 de febrero de 2015
03:20:09
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