De la doctora Angelina Roméu Escobar, Profesora de Mérito de la Universidad de Ciencias Pedagógicas "Enrique José Varona”, se podrían hacer anotaciones que no tendrían para cuándo acabar. Un currículo engrosado en más de cinco décadas, desde que cambió su vocación de filóloga por el de pedagoga —porque era necesario para el país— no cabría en esta nota que confirma su muerte, acaecida ayer, a la edad de 70 años, después de librar una estoica batalla contra el cáncer.
Por esta razón, y pareciéndonos más digno de ella, preferimos honrar a esta ejemplar educadora nuestra, maestra de maestros, creadora de la Escuela cubana del Enfoque Cognitivo, comunicativo y sociocultural de la Enseñanza de la Lengua, recordando más que sus muchas distinciones, algunos de los ejemplos que dejó a quienes tuvimos la suerte de aprender de ella, válidos también para todo profesional de la comunicación.
Graduada de maestra normalista, de Español por el Varona, de Filología en la Universidad de La Habana, apasionada por la investigación lingüística y doctorada en Pedagogía y en Ciencias; la insigne pedagoga encontró en el estudio de este método didáctico para la enseñanza de la lengua y la literatura la posibilidad de mejorar los programas ya existentes y colocar al alumno a la altura del desarrollo científico contemporáneo.
Angelina fue dueña de un tiempo que no le pertenecía porque siendo suyo lo empleó en los otros. Solo los que sabemos que su casa estuvo siempre abierta para sus alumnos y para los que habiendo dejado ya de serlo, nunca nos resignamos del todo a abandonar la condición de discípulos suyos, podemos dar fe de esa entrega que la hacía ser más ella.
Independientemente de su conciencia sobre la necesidad de elaborar textos que permitieran a los futuros educadores realizar un trabajo educativo de calidad, y de la entrega incondicional en este empeño, que le mereció un prestigio entre sus colegas de diferentes sitios del mundo, estar en el aula fue para ella siempre la consumación de sus sueños. A la rapidez con que le venían a la boca conceptos y teorías acompañaron siempre los más dulces ejemplos con su inigualable sonrisa, como si con este gesto la instrucción se hiciera más fecunda.
Obsesionada con la formación integral de los estudiantes cubanos insistía en que los profesores de lengua, que debían serlo y parecerlo en todo momento, estaban llamados a asumir actitudes transformadoras y a desempeñar roles más activos en cuanto a la educación de las nuevas generaciones, para lo cual se debían preparar. “Nosotros los formamos, expresó en una ocasión, pero realmente no habrá cambios si la escuela no se abre a la transformación y los jóvenes tienen disposición para hacer mejor las cosas”.
Alfabetizadora en 1961, fundadora del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, Vanguardia Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadoresde la Educación, la Ciencia y el Deporte, es portadora además de la Orden Frank País y de varias medallas entre ellas la Rafael María de Mendive y la de la Distinción por la Educación Cubana. Sin embargo, no habrá mejor modo de honrar su legado que hacer de la clase de español ese espacio generoso donde el idioma impartido con calidad nos toca lo más hondo de los sentimientos. Con cada una de ellas Angelina estará de vuelta.



















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Bárbara Fierro Chong dijo:
1
10 de febrero de 2015
15:23:02
Érick dijo:
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11 de febrero de 2015
11:48:51
Raxiel Martínez Pedraza dijo:
3
11 de febrero de 2015
16:44:46
Gisela Quintero dijo:
4
13 de febrero de 2015
04:21:18
Manuel dijo:
5
13 de febrero de 2015
07:31:05
María Antonia dijo:
6
20 de febrero de 2015
18:57:37
Dulce María Anglin Duncan dijo:
7
12 de diciembre de 2016
13:20:48
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