
MAISÍ, Guantánamo.— Tal vez era Maisí el sitio cubano de mayor pobreza, cuando triunfó la Revolución, el Primero de Enero de 1959. En ese montañoso y aislado paraje se exacerbaban la insalubridad, la incultura, el analfabetismo y la explotación del campesinado presentes en toda la Isla, como legado de los desgobiernos y siglos de dominación foránea.
Para entonces, en ese extremoriental territorio (por donde en 1510 Diego Velázquez comenzó la colonización de Cuba), como centros educacionales en todas las enseñanzas apenas existían unas cuatro escuelas primarias, y con baja matrícula y pésimas condiciones, rememora Clinio Romero Reyes, quien durante 19 años se desempeñó como primer secretario del Partido en el municipio.
Evoca Clinio que antes de la memorable fecha no existía ningún galeno en toda la geografía maisiense y la medicina la ejercían dos o tres boticarios y los llamados curanderos, quienes no podían evitar los estragos de enfermedades como la poliomielitis ni que las muertes infantiles rebasasen las 60 por 1 000 nacidos vivos.
Era una ironía que en la llamada Gran Tierra —argumenta— prácticamente la totalidad de las áreas estaba en manos de dos personas: los terratenientes Manuel Gallinart y Antonio Rey, a quienes los campesinos tenían que tributar sus producciones.
EL PLAN FIDEL
Por indicación de Fidel, en julio de 1963 el Comandante Ernesto Che Guevara visita Maisí, con el objetivo de constatar el estado político-moral de su población y valorar la posibilidad de emprender la construcción de numerosas instalaciones, con primacía para las educacionales, a partir del bajo nivel cultural de los lugareños en esa etapa.
La visita del Guerrillero Heroico a Maisí allanó el camino para que dos años más tarde, en 1965, Fidel llegara a ese territorio e indicara la ejecución del mencionado plan, consistente en la construcción de 14 obras: los círculos infantiles de El Veril, Chafarinas, La Asunción, La Máquina (cabecera municipal) y Los Arados; internados de Santa Rita y Santa Martha, vaquería de El Cayo, lavandería de La Máquina, cafetal de referencia en Vertientes, acueducto de Maya, asentamiento poblacional de Los Arados, instalación de una planta eléctrica en La Máquina y un complejo de barbería-peluquería-cafetería en La Asunción.

Esas instalaciones, edificadas en apenas dos años, fueron inauguradas por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en julio de 1967, en acto realizado en el campo de béisbol de Los Arados, según informes de María Teresa Gámez Navarro, directora del museo municipal Ovidio Hernández Matos.
Hay que significar que los círculos infantiles y los internados desempeñaron un rol decisivo en la educación de las nuevas generaciones de maisienses desde su más temprana edad, y pusieron fin al atraso en esa materia, reinante en el municipio hasta los primeros años del triunfo de la Revolución.
Refiere María Teresa que todos esos inmuebles desempeñan aún la tarea para la que fueron edificados, a excepción de la lavandería, en cuyo espacio ahora está enclavado el rastro municipal para la venta de materiales de la construcción a la población.
Fidel estuvo de nuevo en Maisí el 19 de abril de 1970, momento en que despidió el duelo de los cinco combatientes caídos en Punta de Silencio, al enfrentar a una banda contrarrevolucionaria que había desembarcado por esa zona con el propósito de entorpecer la zafra de los 10 millones, rememora Neglis Sánchez Gaínza, fundadora del Museo Municipal y residente en una de las viviendas edificadas en Los Arados por el mencionado plan especial.
CELEBRACIÓN CON RESULTADOS
Maisí, desde hace tiempo ya cubierto de escuelas, consultorios médicos y otras instalaciones de salud y de comercio y gastronomía en prácticamente toda su geografía, festejó jubiloso el acto provincial de Guantánamo por el aniversario 56 del triunfo de la Revolución.
A esa memorable efeméride llegó con el cumplimiento de sus principales planes económicos, entre los que sobresalen los de acopio de maíz, frijol, miel, cera, propóleos, leche, madera aserrada y carbón vegetal.
Y también arribó con la ejecución de 66 acciones constructivas, destinadas a continuar mejorando las condiciones de vida de sus pobladores, los cuales apoyaron a los constructores propios y de otros municipios de la provincia para disponer de un Maisí más acogedor.
Entre las construcciones más significativas están un restaurante en La Máquina, la Plaza Mártires de Punta de Silencio, un servicentro y un hogar de ancianos que prácticamente se hizo nuevo, explica Fidencio Olivero Martínez, vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular.
También fueron rehabilitados varios parques, dos bodegas y otros centros de Comercio y Gastronomía, las dos carreteras fundamentales (Cajobabo-La Máquina-Punta de Maisí y La Máquina-Baracoa), el complejo cultural integrado por el museo-librería-biblioteca, la casa de la cultura de La Asunción y siete consultorios médicos, entre otras instalaciones, en algunas de las cuales los trabajos tendrán continuidad el venidero año al no poderse terminar en el tiempo previsto, debido a las persistentes lluvias.
Tierra del Cemí (símbolo de la provincia) y de extensos cafetales deudores de buenos rendimientos, Maisí con la Revolución comenzó a irradiar luz como su faro Concha, tal y como lo corroboran las decenas de médicos, enfermeras, entrenadores deportivos, pedagogos y otros profesionales de este municipio que prestan o han prestado su asistencia a otros pueblos del mundo.



















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victor ramos dijo:
1
31 de diciembre de 2014
14:20:17
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