PINAR DEL RÍO.—Un dato basta para ilustrar cuán difícil llegó a ser su situación: hace poco más de dos años, cuando comenzaron a aplicarse las 17 medidas dirigidas a lograr una gestión más eficiente de las unidades básicas de producción cooperativa (UBPC), esas estructuras en todo el territorio nacional acumulaban deudas que sobrepasaban los 1 200 millones de pesos.
Bajos rendimientos y una complicada situación financiera, se combinaban entonces en muchas de ellas. Sin embargo, con más de un millón 770 000 hectáreas en su poder (aproximadamente la cuarta parte de la superficie agrícola del país), las 1 989 UBPC existentes en Cuba seguían teniendo un potencial suficiente para impactar significativamente en la producción de alimentos.
De modo que la iniciativa para ayudar a eliminar las trabas que durante años obstaculizaron su desempeño, generó optimismo.
Con el propósito de conocer qué ha pasado durante el tiempo transcurrido, al menos en Pinar del Río, Granma recorrió los campos de este territorio, donde esas estructuras están presentes en la totalidad de las actividades agropecuarias, desde la ganadería, la cría porcina y el tabaco, hasta los cultivos varios y los frutales.
PASOS HACIA LA EFICIENCIA

José Miguel Rodríguez, director de atención a unidades productoras en la delegación provincial de la Agricultura, recuerda que entre las 82 UBPC existentes en la provincia a mediados del 2012, se contabilizaron 7,7 millones de pesos en deudas bancarias, 23,4 millones en deudas con empresas, y 23,5 millones en pérdidas.
“Ante esa situación, se decidió disolver 16 unidades en las que no se vislumbraban posibilidades de recuperación, y pasar sus tierras a las empresas o entregarlas en usufructo”, explica José Miguel.
“Con las otras 34 que presentaban problemas financieros, pero que podían salvarse, se renegociaron las deudas, con una baja tasa de interés del 1,5 % y un periodo de hasta 25 años, algo gracias a lo cual han podido reorganizar sus planes económicos y productivos”.
Paralelamente, en aras de poder contar con directivos mejor preparados, fueron sustituidos 11 administradores.
Otros cambios encaminados a garantizar la autonomía de estas estructuras, que durante mucho tiempo estuvieron atadas a las empresas, ha sido la posibilidad de adquirir de manera directa los principales insumos, el combustible y otros recursos.
Para Alexis León, administrador de la UBPC La Campana, la medida ha traído ventajas. “Anteriormente, el combustible llegaba a través de la empresa, de manera más irregular, y obtener los lubricantes era una odisea. Ahora, en cambio, los contratamos directamente con las entidades suministradoras”.
La posibilidad de ampliar el objeto social a partir de producciones secundarias, y de comercializar los excedentes, después de cumplir las entregas pactadas, también ha dado la oportunidad para incrementar las ventas, y por consiguiente, los ingresos.
Gerardo Rodríguez, administrador de la UBPC Oscar Sánchez Ozuna, asegura que en el 2013, gracias a esta medida, pudieron venderle al porcino, para la alimentación animal, alrededor de 16 toneladas de viandas que no tuvieron demanda, y en el presente año deben llegar a una cifra similar.
“A veces había producciones que no tenían salida por la comercializadora de la empresa, o por Acopio, y se echaban a perder en el campo, pero eso ya no sucede”.
Aun así, de forma general, las UBPC siguen lejos de constituir un modelo en cuanto a eficiencia. A pesar de haber sido capitalizadas hace poco más de dos años, al cierre del pasado mes de septiembre nueve de ellas (de las 66 que quedan en Vueltabajo) cerraban con pérdidas, ascendentes a 518 000 pesos.
Aunque las cifras son inferiores a las de igual periodo del pasado año —cuando llegaron a 24 las estructuras que presentaban un balance negativo, por 2,5 millones de pesos en total— ello demuestra que superar los factores que durante casi dos décadas condujeron al endeudamiento y la baja productividad, sigue resultando para varias unidades una asignatura pendiente.
APRENDER DE LOS BURROS
Pedro Pablo Martínez, administrador de la UBPC Antonio Briones Montoto, ya perdió la cuenta de cuándo fue la última vez que logró repartir utilidades entre sus 35 asociados.
Cuando en el 2012 se inició la implementación de las 17 medidas, la cooperativa arrastraba 2,9 millones de pesos en pérdidas.
Entonces, la renegociación de la misma le dio a la Briones Montoto la oportunidad de volver a empezar de cero, pero una vez más las cosas le han ido mal, al punto de que hoy se calcula que el 2014 cerrará con una pérdida de alrededor de 200 000 pesos.
El motivo: los bajos rendimientos agrícolas. Año tras año, el problema se repite y aunque Pedro Pablo insiste en culpar al atraso con que se reciben los insumos para la campaña tabacalera (la principal actividad de la UBPC), la justificación no es convincente.
¿Cómo se explica entonces que en muchas otras cooperativas de Vueltabajo, que dependen del mismo barco donde llegan los recursos destinados a respaldar la cosecha de la Briones Montoto, tengan buenos rendimientos?
Del otro lado de Pinar del Río, en la UBPC Los Burros, del municipio de Minas de Matahambre, Luis Hernández, el administrador, considera que solo hay dos razones para acumular pérdidas tan elevadas.
“Primero, que donde llevan diez personas, tienen 15, y segundo, que no trabajan como hay que trabajar”.
Lo dice con conocimiento de causa. En el 2007, cuando asumió las riendas de la UBPC, Los Burros tenía una deuda bancaria de 600 000 pesos. “Para poderle pagar a la gente a fin de mes, había que pedirle dinero prestado a la empresa a la que pertenecíamos”.
Hoy, en cambio, el ingreso promedio de sus 47 asociados (incluidas las utilidades distribuidas) se ha elevado a más de 1 500 pesos mensuales. “Solo en lo que va de año, llevamos 432 364 pesos de ganancia”, asegura Luis, y a renglón seguido advierte que los problemas se resolvieron con las mismas personas, la misma tierra y los mismos equipos. “Lo único que cambió fue la manera de hacer las cosas, diversificando cultivos donde antes solo se sembraba plátano, introduciendo variedades de ciclo corto, y semillas de alto potencial”.
PIEDRAS EN EL CAMINO
Con el aval de haber sacado adelante una estructura que estuvo a punto de ser disuelta, Luis se incluye entre quienes defienden fervientemente la viabilidad de las UBPC.
No obstante, no deja de tener reservas con la situación actual.
“Existen muchas cooperativas como la nuestra, que no venden nada en divisa, sin embargo, para adquirir buena parte de los recursos que necesitamos, y que antes nos llegaban a través de la empresa, hace falta esa moneda.
“Hay quienes piensan que con el combustible y el paquete tecnológico (plaguicidas y fertilizante) es suficiente para producir, pero, ¿cómo vamos a comprar las correas del motor del agua para el riego, el disco del cloche del camión, las cerraduras para las oficinas?
“Aunque tenemos miles de pesos en moneda nacional, las entidades que comercializan estas cosas cobran un componente en CUC, de modo que no podemos acceder a ellas”.
La preocupación es común en todas las cooperativas visitadas durante la realización de este reportaje. Gerardo Rodríguez, de la Oscar Sánchez Ozuna, comenta que ello ha sido una limitante en muchos aspectos, desde el mantenimiento de la maquinaria, hasta para poder reparar la nevera de la UBPC, que está rota desde hace tiempo.
En medio de tal panorama, los resultados productivos a lo largo de las 59 471,9 hectáreas que hoy ocupan las UBPC en Vueltabajo (equivalentes al 16,5 % de la superficie agrícola de la provincia) no parecen reflejar el salto esperado.
Renglones claves como la leche, han mantenido niveles similares en los últimos años, y otros como las viandas y los frutales, después de haber experimentado crecimientos, han vuelto a decaer.
En el caso del boniato, por ejemplo, se llegó a 1 406 toneladas en el 2012. En cambio, hasta octubre del 2014 solo se habían entregado 596.
Algo similar sucede con la yuca o el plátano, que de 7 056 y 7 674 toneladas registradas el año pasado, respectivamente, en lo que va del 2014 solo llegan a 1 170 y a 498.
Los números señalan que si bien en materia de autonomía ha habido un cambio, este todavía no se logra expresar de manera estable y ascendente, en más alimentos hacia los mercados o la industria.
Para algunos especialistas, unido a los problemas estructurales que aún persisten, se trata de un asunto que radica, sobre todo, en la falta de liderazgo y de sentido de pertenencia que sigue primando en muchos colectivos. Y también, en no haber interiorizado la necesidad de aprovechar al máximo la tierra y los recursos disponibles, mediante la diversificación de los cultivos, principalmente de aquellos que aportan mayores ingresos en un menor tiempo y por tanto, ayudan a consolidar la situación financiera.
Sin dudas un reto que las UBPC (y principalmente quienes las dirigen) están obligadas a superar cuanto antes, para no volver a retroceder, y que las medidas adoptadas para favorecer su avance, cumplan su cometido.
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victor ramos dijo:
1
4 de diciembre de 2014
19:04:56
jorge figueredo jorge dijo:
2
4 de diciembre de 2014
20:25:58
Jesús Garcia Domínguez dijo:
3
5 de diciembre de 2014
05:04:59
Eusebio dijo:
4
5 de diciembre de 2014
06:19:25
GJ dijo:
5
5 de diciembre de 2014
10:35:49
Nébuc dijo:
6
5 de diciembre de 2014
14:21:45
miguel D rodrigez dijo:
7
5 de diciembre de 2014
22:01:37
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