ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
“El maestro debe dejar huellas en los alumnos”, asegura Yolanda. Foto: Edelvis Valido

FLORENCIA, Ciego de Ávila.— Yolanda, alegre como los riachuelos de Tamarindo y dueña de su destino como tantas cubanas, revela que cuando cinco décadas atrás entró a un aula por primera vez como maestra, no sospechaba que transcurrido medio siglo siguiera envolviéndola la magia del magisterio, la profesión de su vida.

Onelia Yolanda Rodríguez Váz­quez —así, con todas las letras— se ha multiplicado en decenas de niños y jóvenes a los cuales en algún momento enseñó —y aún enseña— en el poblado de Tamarindo, del municipio avileño de Florencia.
Con Yolanda, como la conocen en el pueblo, los alumnos aprenden. Eso la reconforta y afirma que es la mejor manera de sentirse útil a los 71 años de edad.

“Siempre me agradó el magisterio. Creo que en eso mucho tuvo que ver Amado del Pino, el padre de Ama­dito, el periodista. ¡Qué clase de maes­tro aquel! No hubo un niño de la zona de Las Margaritas que no aprendiera. Él fue el que me entregó el diploma por haber alcanzado el sexto grado.

“Comencé al frente de un aula desde que terminé el preuniversitario. Le impartía clases a cuatro grupos y aprendí mucho, aunque en verdad, todavía estoy aprendiendo porque cada alumno enseña.

“Como te decía, me fui haciendo maestra en el camino, en el día a día. Después estudié y alcancé la licenciatura en Español y Literatura, a finales de los años ’70. Siempre fui feliz frente a un aula, porque me acompañaba el ansia de ser útil.

“Yo tenía tantos deseos de enseñar que estaba dispuesta a hacerlo donde me enviaran. Pasé por va­rias escuelas, hasta que llegué al centro mixto Delfín Moreno, don­de llevo cuatro años impartiéndoles clases a alumnos del duodécimo grado.

“Pero no te he dicho que cuando cumplí los 55 años me jubilé  y estuve 11 en la casa. Cuando hubo déficit de maestros, me llamaron y le dije a Jorge, mi esposo, me reincorporo a las clases, y aquí estoy…

Si a Yolanda le preguntan cuál etapa como maestra ha disfrutado más, revela que no sabría responder. “Todas tienen su encanto, aunque me parece que la preescolar es fundamental, porque moldea la espiritualidad, afianza hábitos… El niño comienza a distinguir lo bueno de lo malo y a crecer como ser hu­mano.

—¿Qué cualidades debe tener un buen maestro?

—Sentir amor y entregarse en cuerpo y alma a la labor que realiza, porque transmitir conocimiento y educar no es algo que se improvisa. Mi experiencia en el oficio me dice que no solo basta con preparar bien la clase. Se necesitan de muchas otras cosas para dejar huellas en los alumnos.

—¿En qué se parecen los alumnos de ahora a los de antes?

—Más que parecerse, diría yo, se diferencian. Los de hoy son más avispados, con mayor número de inquietudes; los de antes eran más disciplinados, aunque yo no tengo quejas de mis muchachos de hoy. Fíjate si son buenos que en los últimos tres años solo uno no aprobó las pruebas de ingreso para entrar en la educación superior.

De los innumerables recono­ci­mi­e­n­tos recibidos ninguno le resulta tan importante como cuando le dicen maestra. “¡Tengo que estar agra­decida de la vida! Soy lo que siempre quise ser”.

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Blanca Caridad dijo:

1

5 de noviembre de 2014

08:08:21


Me conmocione al ver a Yolanda en el Granma, que gran homenaje a tan grande profesora, soy tamarindera y más que eso margariteña y tuve la gran oportunidad de ser alumna de Amado del Pino(Padre) y compañera de su hijo, Amadito, que gran amigo, y de esta gran profesora de español, Yolanda, persona intachable y como para nunca olvidar, ojala existieran muchas Yolanda

Martha del Pino dijo:

2

5 de noviembre de 2014

10:03:26


Emocionantes las palabras de la profesora Yolanda sobre mi padre que sin dudas fue un ejemplo de lo que debe ser un maestro.Gracias a tí también Blanquita, muy lindo lo que dices de mi familia.

El figaro dijo:

3

5 de noviembre de 2014

10:17:14


Mis felicitaciones maestra de generaciones y que hoy sigue frente a un aula con el animo de seguir enseñando a los nietos de aquellos que fueron sus alumnos que la vida te recompense con mucha salud , tengo una hermana que es maestra maskarenca ( Darkis Torres A.) jubilada y hoy esta en ese mismo batallón de combate en un aula en el cotorro

Blanca Caridad dijo:

4

5 de noviembre de 2014

10:27:46


Martica que alegría ver tu comentario y que bueno poder comunicarnos, porque no hablar también de tu mamá, la maestra Aida, a la que quiero infinitamente y al igual que Yolanda fue consagrada y una excelente maestra, consagrada y amiga de sus alumnos, gracias a Granma por darnos esta oportunidad

tania fernandez torrez dijo:

5

5 de noviembre de 2014

11:10:40


esa señora es una de las tantas personas que en nuestro pais sienten amor y deseos de enseñar a los demas como ella lo explica ojala yolanda dure mucho tiempo enseñando a los niños cubanos que es su mayor deseos es por eso que ella merece todo el amor del mundo y respecto hacia su persona un beso para yolanda y que se cuide mucho

tania fernandez torrez dijo:

6

5 de noviembre de 2014

11:13:30


pienso que vale la pena hacer estas publicaciones de nuestro personal tan consagrado como yolanda los exortos aque sigan este trabajo que es muy interesante saber la realidad de nuestra patria.

Martha del Pino dijo:

7

5 de noviembre de 2014

11:30:44


Gracias nuevamente Blanquita, se que también mi mamá fue tu maestra. Tu correspondiste todas las enseñanazas que ellos te dieron siendo una excelente alumna, lo recuerdo muy bien. Yo también agradezco al autor del artículo por haber tratado un tema tan sensible y además por habernos dado la posibilidad de comunicarnos.

Yuniet Ribera Santos dijo:

8

5 de noviembre de 2014

13:12:56


Estudie en la Secundaria Básica donde fue Profesora Yolanda y me dio mucha alegria ver que alguien se acordó de hacerle un reconocimiento a nuestro educadores que han dedicado su vida a esta noble tarea. Yolanda, te he admirado por la delicadeza que siempre has tratado los alumnos y ser ejemplo tanto en la vida laboral como personal.

Nébuc dijo:

9

5 de noviembre de 2014

13:22:02


Decir MAESTRO es decir PATRIA, no todos logran esta categoría pero se empinan cuando cumplen la prédica de Martí. Ayer se vio un artículo donde se sancionaban trabajadores del sector, hoy nos llega un ejemplo distinto y reconfortante, YOLANDA, la tamarindera de 71 años que todavía sostiene la tiza. Esta zona avileña es rica en la permanencia de los educadores en sus aulas, como lo hicieron Amado del Pino y Aida González Bello, educadores que no pocos dejan de recordar y honrar. Se acerca el Día del trabajador de la Educación, (Periodista, Ortelio) no dejes de reflejar con más artículos, la digna labor de los maestros avileños.

Blanca Caridad dijo:

10

5 de noviembre de 2014

13:55:38


Nébuc parece que eres buen tamarindero, pues recuerdas a los maestros de maestros, Amado del Pino y Aida Gonzalez, gracias a Ortelio y a Yolanda, que tambien es maestra de maestras por permitirnos recordar a estos dos seres queridos por todos, el primero ya fallecido y la segunda continua dando muestra de su generosidad.

Maria del Carmen Alonso Bermúdez dijo:

11

5 de noviembre de 2014

14:09:10


Yolanda demuestra que a la poesía del alma nadie podrá cortar sus alas , que toda la obra femenina está impregnada de tanto e infinito amor, en ese ejercito de maestros que hace posible el mejoramiento humano

Elena San Blas Perez. dijo:

12

5 de noviembre de 2014

17:22:28


Desde la distancia que me separa de mi país, me ha dado mucha alegría leer tan bellas y sinceras palabras de Yola como cariñosamente la he llamado en los últimos años...pues primero fue mi profesora, en los mismos años que fue mi compañero Amadito, y todos aprendimos mucho de ella, después fuimos compañeras de estudio y trabajo momentos inolvidables para nosotras..gracias mil gracias a Ortelio por tan admirable entrevista.