
LAS TUNAS.— Tal vez para un habitante de Maisí, en Guantánamo; de Miraflores, en Ciego de Ávila, o de Mantua, en el extremo occidental del archipiélago, carezca de mucho interés el hecho de que en la Cooperativa de Crédito y Servicios Niceto Pérez, de Las Tunas, acaban de inaugurar una mini-industria, aún cuando en el corte de la cinta haya intervenido el Doctor Adolfo Rodríguez Nodals, jefe del grupo nacional de agricultura urbana y suburbana.
Pero si ese “lejano” habitante sabe que una instalación similar podría evitar que allá, donde él vive, se echen a perder por razones de acopio y de comercialización determinados volúmenes de frutas y vegetales, o que una vez procesados, esos mismos productos redundarán en beneficio directo para los pobladores de la zona y del municipio, entonces ya el asunto toma otra tonalidad.
Y es precisamente esa razón la que enfatizó Adolfito —como suele llamarle casi todo el mundo— mientras apreciaba entusiasmado la gama de surtidos que ya está asegurando la mini-industria echada a andar por Julio y Yenni (esposos) en la finca que, con el nombre de Las Y de Calzadilla, levantaron sobre las espinas del marabú.
Beneficiada por el crédito bancario, ceñida a la Universidad, a proyectos de innovación agropecuaria local y con capacidad para entregar diariamente una tonelada de productos, la instalación ha asegurado encurtido de diferentes vegetales, pasta de ajo, todo sazón, sazón integral, pasta de condimento y dulces en conserva, entre otros.
“El pico productivo siempre va a ocurrir —recalca Adolfito— sucede con el tomate, la guayaba, el mango, la frutabomba… Tal vez diez cajas no tengan trascendencia para una gran fábrica; sin embargo, una mini-industria puede evitar a tiempo que se pierdan, con la consiguiente afectación para el productor y para los consumidores.
“Durante mucho tiempo concentramos más atención en producir que en conservar. Y esto último es muy importante. Por eso lo idóneo es que las nuevas cooperativas de frutales tengan también su mini-industria, de manera que, además de frutas frescas, garanticen esas otras producciones que la población tanto agradece”.
Aunque la construida por Calzadilla (décima dentro del sector cooperativo y campesino tunero) está aún en etapa de despegue, sus producciones han “aterrizado” con muy efímera “estadía” en 20 mercados agropecuarios estatales, puntos de venta de organopónicos y de la propia cooperativa, en el mercado Ideal (de la cabecera provincial), así como en restaurantes y unidades gastronómicas.
En opinión de Rafael Santiesteban Pozo, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños en el país, casos como el de esta finca confirman la factibilidad de aprovechar bien el suelo, diversificar producciones, combinar conocimientos teóricos con acciones prácticas concretas e integrar esfuerzos en función de proyectos así, que contribuyen a fortalecer la base alimentaria social, pero que necesariamente deberán tener un respaldo productivo y organizativo, para garantizar un funcionamiento estable y una proyección de sostenibilidad.
La horma, en fin, está ahí. Ceñir bien el pie de las producciones y de las posibles mermas es una posibilidad que puede ser vista o ignorada, tomada o no, en dependencia del alcance que tengan la pupila y la mano, lo mismo allá en Maisí, en el centro de Cuba o en su más occidental extremo.
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j glez dijo:
1
3 de noviembre de 2014
08:25:05
Malena dijo:
2
3 de noviembre de 2014
10:14:28
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