ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Contreras Tamayo, Armando

El antes y el después de la Revolución de Enero de 1959, tienen en las montañas cubanas la evidencia más inmediata y clara del gran contraste social que representó para la Isla el triunfo popular.

Décadas enteras de miseria, aislamiento, usurpación extranjera del derecho nativo a cultivar la tierra, desalojos arbitrarios y desprotección total, empezaron a ser borradas casi a los días siguientes de la victoria rebelde, como expresión del cumplimiento inmediato del programa de transformación revolucionaria anunciado por Fidel desde el juicio del Moncada.

Numerosos poblados, como Minas de frío, fueron construidos por la Revolución. Foto: CNC TV

A la provincia de Granma pertenece, aproxi­madamente, la mitad occidental de la Sierra Maestra, la más alta y extensa de las cordilleras cubanas, y justo allí, a lo largo de su geografía, comunidades enteras fueron construidas con arquitecturas sólidas, caminos transitables comenzaron a surcar con luces de progreso los bosques y laderas de todos los macizos, la corriente eléctrica y las comunicaciones redujeron a mínima expresión la oscuridad y el silencio, sumaron infraestructuras para catapultar producciones agrícolas como el café, y allá llegó también la salud y la enseñanza.

En esos sitios empinados, toda conquista de la Revolución ha tenido de algún modo una expresión. Lo esencial se ha mantenido, y con la apertura, el 2 de junio de 1987, del programa especial denominado Plan Turquino, se articuló mejor el objetivo de conjugar la preservación de la naturaleza con los requerimientos productivos y el empuje social en tales zonas.

Sin embargo, un recorrido de este rotativo por varias de las rutas que serpentean la geografía más escarpada de Granma, dio cuenta de que también el progreso se ha estancado en varias de estas regiones, impactadas por el prolongado periodo de estrechez económica a partir de los noventa, acentuado por la consecuente migración de familias enteras hacia el llano y —cómo no— por la insuficiencia de estrategias efectivas que ayuden, sobre todo, a reproducir en beneficios las posibilidades y recursos invaluables de la cordillera.


BATA BLANCA, CARTILLA Y DISTRACCIÓN LOMA ARRIBA

La escuela debe contribuir a formar los hombres y mujeres laboriosos del futuro montañés. Foto: Contreras Tamayo, Armando

¿Cuántas veces oímos replicar en nuestros medios el ejemplo tomado en la montaña para ilustrar una tasa de mortalidad infantil en cero o casi cero? El propio año pasado, las provincias de Granma y Sancti Spíritus fueron líderes en Cuba del bajo indicador, y ambas, para lograrlo, debieron promediar los números que aportaron sus municipios montañosos, con parajes verdaderamente intrincados.

Ahora bien, ¿qué reservas quedan, qué insuficiencias por limar, qué explicaciones aún por dar?

“Una de las inconformidades de los montañeses radica en las largas travesías que desde varios lugares deben hacer para recibir los servicios de salud, lo que no significa que haya habido desprotección si se valora con justicia la cantidad existente de Consultorios Médicos de la Familia y otros centros asistenciales con doctores, enfermeras y técnicos”, explicó Aldo Arévalo, funcionario de la Asamblea Provin­cial del Poder Popular para la atención al Plan Turquino.

Eso es rotundamente cierto, pero, ¿quién controla la presencia real del médico o la enfermera asignada, el cumplimiento de los llamados “terre­nos”, la disponibilidad del instrumental y las medicinas necesarias,  la existencia de las condiciones básicas de vida en los consultorios?

Las quejas no todas van ligadas a la lejanía o la supresión de servicios donde antes había, sino a la ineficiencia de algunos de ellos, por ejemplo, el traslado de casos de emergencia, o las visitas asistenciales programadas de especialistas a determinadas zonas.

Con los educadores ocurre menos, pues la luz de la enseñanza convirtió en maestros a los propios lugareños, y los inicios de cursos aún reservan la alegría de alguna escuela rural reparada y dejada casi nueva, como la estrenada este septiembre en el intrincado San Lorenzo; pero aunque las quejas mayores en Educación también pasan por el cierre de planteles que antes acogían a menos de cinco niños —y por ende son más largas las distancias a recorrer por infantes y padres—, no es de ningún modo justificable que en las que quedaron no estén todas las condiciones diseñadas para el proceso docente.

“Libros, libretas, lápices y otros recursos prin­cipales llegan todos y en tiempo, eso sí. Los problemas que persisten están más asociados a la computadora, que este curso (se refiere al pasado año lectivo, al momento del periplo periodístico) no ha podido usarse porque dicen que Educación no tiene dinero para pagarle a COPEXTEL. Luego ya está el dinero pero estos no han venido”, señalaba Adael Paneque, profesor de seis grados primarios y 15 niños en una escuelita de Arroyón de Guamá, en el municipio de Guisa.

“El televisor tampoco funciona porque el convertidor del panel no sirve desde que vinieron a instalarlo. Usamos la metodología tradicional, pero sabemos la ventaja del equipo como instrumento didáctico”, dijo.

La recreación y el deporte, por su parte, se mantienen estrechamente vinculados a la existencia de centros educacionales y a la red de salas de televisión y video instaladas en la serranía, con la presencia de licenciados y técnicos de la cultura física; aunque según criterios de los pobladores, no todos cumplen de verdad sus programas de trabajo, ni son igual de activos en la promoción de ambientes sanos.

Yanier Carrazana, joven recolector de café, siente que a sus 16 años es difícil satisfacer determinados gustos juveniles: “Aquí mismo es difícil hasta jugar pelota, y aunque existen profesores de deportes, no hacen mucho. Tengo novia y gano dinero honradamente para ir a divertirnos, pero si no bajo a Guisa, debo esperar a las fiestas que solo en vacaciones se realizan allá en Pueblo Nuevo, un caserío cercano”.

La cultura, por su parte, en Granma ha sido fiel a la gestación creciente de iniciativas co­munitarias: la Guerrilla de Teatreros y el Con­junto Artístico Integral de Montaña en sus pe­riplos por la Sierra Maestra, los festivales del libro en la montaña, las propias actividades que allá promueven proyectos de fama mundial como la Televisión Serrana, o de origen lo­cal como el Festival de Cine Itinerante y el En­cuentro de Arrieros y Fabulaciones Serra­nas…


ANDAR CAMINOS, ¿PERO EN QUÉ?
De todos, el más recurrente de los problemas es el del transporte y la infraestructura vial. Accesos vulnerables a las lluvias, retocados manualmente una y otra vez, y otros asfaltados que en el pasar de los años no han sido reparados, se unen a las carencias de medios capaces de vencer las peligrosas pendientes.

“¿El transporte?, hace años que no entra una guagua y nos debemos a dos yipicitos particulares, uno de 10 pesos y otro de 20, desde El Oro”, refiere el guisero Juan Ramón Aldana, y añade las espeluznantes experiencias en camiones privados repletos de personas, sin todas las condiciones técnicas y actitudes irresponsables al timón.

En el municipio de Bartolomé Masó, por la deprimidísima base local de transporte, se adoptó la medida de un viaje semanal a las rutas más lejanas y complejas.

“Es casi la única opción, confiar pacientemente en que algún carro de la cafetalera o de Comercio suba hoy”, dijo una señora bien cargada de bolsos, a la salida que asciende desde el poblado de Buey Arriba hacia el consejo popular La Estrella.

“Sí, es un problema que padecemos. Por insuficiente transporte también se pierden producciones que no llegamos a comercializar”, afirmaba tiempo atrás a este diario Dar­vis López, director de la Empresa Agro­pecuaria de Guisa.


¿BENEFICIOS SOCIALES CON RESPALDO PRODUCTIVO?

Aunque no por todos los caminos que antes había, hoy aún puede atravesarse la Sierra Maestra y notar en el periplo cuántas comunidades fantasmas hay, con cafetales viejos, paridos incluso, pero perdidos en la maleza porque allí no vive nadie, o quedan muy pocos.

Varios vecinos argumentaron lo mismo, y el delegado de esa intrincadísima circunscripción, del municipio de Bartolomé Masó, confirmó a este rotativo que hace apenas unos años había allí el doble de las personas que hoy quedan.

Ciertamente, si por un lado las condiciones económicas del país no permitieron mantener todas las bondades que un día hubo, tampoco es concebible que un asentamiento aspire al progreso con la mayoría de su población trabajando en sectores como salud, educación, los servicios y otros.

Hay que repensar el modo de que la mayoría allí se dedique a sacarle producciones a la mejor tierra cubana para el café, el cacao, las frutas o la madera; recursos todos que por su alta valía, podrían garantizar tanto el sostén de la cotidianidad comunitaria, como generar ingresos importantes a una economía nacional que, solo entonces, podría compensar con nuevas inversiones y mayores gastos públicos (más transporte, carreteras, electricidad, co­mu­nicaciones) a la montaña.

¿Pero qué pasa actualmente con la idea primaria de empezar por estimular las producciones de las serranías?

Al menos en Granma, el café sigue siendo la gran esperanza de la economía de sus cordilleras, y los primeros resultados del programa de reanimación del cultivo ya deben notarse con la entrada en producción de las áreas renovadas.

Loma arriba, casi 20 kilómetros después de Guisa, es posible encontrar referentes magníficos de productores, incluso cooperativas. Por ejemplo, la CPA Abel Santamaría y la UBPC Oscar Martínez han resultado las mejores del país en sus respectivas formas productivas en cosechas recientes, con rendimientos superiores a los 120 quintales oro (café seco al que se le ha eliminado el pergamino o todas sus capas) por caballería (0,38 toneladas por hectárea); pero todavía resulta difícil extender sus buenas prácticas hasta las parcelas vecinas, y suprimir otros problemas sensibles que retrasan el despegue.

“Lo que hace falta es gente para trabajar”, aseveró Ramiro Martínez, presidente de la CPA mencionada.

“Cerca de la cooperativa hay unas 500 casas, pero hay muchos que no son campesinos, trabajan allá en el pueblo, o simplemente no trabajan.

En la zona de Guamá, del municipio de Guisa, el joven subteniente Yadiel Aguilar, jefe de sector de la Policía Nacional Revolucio­naria, concuerda en que “muchos jóvenes no trabajan y se convierten en potencial delictivo, más notable en el robo de café y de animales menores. Cuando me reúno con ellos, alegan que pagan muy poco por trabajar la tierra, y aunque con frecuencia logramos incorporarlos laboralmente, unos cuantos lo dejan y reinciden”.

Buscando en los cafetales, con corta edad solo fue posible encontrar al ya mencionado Yanier Carrazana, quien asegura vivir para trabajar la tierra y ayudar a su familia. Ya piensa incluso en pedir en usufructo un cafetalito abandonado cerca de su casa para ponerlo a producir.

Lamentablemente, su ejemplo es una rareza.

“Ahora mismo en toda esta zona yo soy el único de mi edad vinculado a la cosecha. No sé de dónde los otros sacan el dinero. Viven en la ‘tomadera’ y perdiendo el tiempo, a veces causando problemas. A mí me gusta ganarme el dinero sudando y trabajando”.

En medio del lomerío granmense, hay ejemplos magníficos de que la vida serrana puede ser sostenible si se trabaja lo justo. Juan Ramón Aldana es el mejor campesino de la CPA Abel Santamaría, y él solo recogió 1 500 latas de café en la anterior campaña.

“Con el dinero que gano puedo comprar las cosas que deseo para vivir, tener comodidades. Lástima que la electricidad todavía nos dure aquí en Arroyón de Guamá apenas cuatro horas pues dependemos de un grupo electrógeno. Creo que como productores merecemos tener mejores condiciones para usar el televisor o el refrigerador comprado con el dinero ganado. Cierto que antes no había corriente nunca, pero es necesario ampliar ese beneficio”.


UN TAMIZ NECESARIO
Con Bernardo Oliva, especialista de la Dirección de Plan Turquino, en el Ministerio de la Agricultura, Granma corroboró una valoración justa.
“Existe la voluntad de la dirección del país de mantener la atención diferenciada a las zonas montañosas, pero siempre sobre la base de la situación económica que enfrentamos.

“Es importante fortalecer la actividad productiva, con énfasis en el ramo cafetalero, de cacao, miel, forestal…, muchas de las cuales forman parte del paquete de exportaciones que la nación realiza. En la medida en que las multipliquemos, podremos acceder a más divisas y destinarlas al mejoramiento de las condiciones.

“En los últimos años se han realizado varias acciones en la parte social, sin embargo la actividad económica productiva ha estado por debajo de aquella, y en nuestras condiciones no es posible mantener esa relación.

“Ese es el reto principal, generar producciones decisivas que ayuden a garantizar la soberanía económica de la serranía. La Revo­lución nunca va a dejar solo al montañés, pero es preciso aumentar el aporte productivo real”, concluyó Oliva.

Se sabe. Cuba no está de brazos cruzados y jamás, por historia y principios, dará la espalda a sus montañas; pero urge, con cada iniciativa que surja del repensar económico actual de nuestra Isla, razonar todas las posibilidades que tiene de adaptarse y aplicarse específicamente a las condiciones de las cordilleras, a fin de catapultarlas hacia un desarrollo, quizás singular, pero sostenible.

Una prueba de ello es que la Política Econó­mica y Social del Partido y la Revolución, aprobada en el sexto congreso, refrenda en uno de sus lineamientos, el 197: “Desarrollar una política integral que contribuya a la repoblación gradual del campo, adoptando medidas que estimulen la incorporación, permanencia y estabilidad de la fuerza laboral del sector y contemple el asentamiento familiar definitivo”.

La economía cubana, en definitiva, tiene en sus cordilleras reservas incalculables de valores que pueden multiplicarse en beneficios “contantes y sonantes”; pero a la par de promover su explotación eficiente y sostenible con la estimulación del trabajo campesino, no puede descuidarse la compensación elemental que resulta de la preservación y fomento de las necesidades básicas de sus pobladores; porque estas, a la postre, inevitablemente condicionan la decisión de los nativos para permanecer o marcharse.

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Jge dijo:

1

12 de septiembre de 2014

05:34:39


Como todos sabemos, la acción del gobierno a inicios de la Revolución transformó los mitos en realidades en muchas zonas de la geografía nacional, no solo en las montañas y sí en otras zonas rurales a lo largo del país, pero se quedó ahí. Los años pasan, el "desarrollo" aumenta así como las expectativas e intereses de mejoras de vida de la población lo que la ha llevado a emigrar a los centros urbanos con las consecuencias que todos conocemos. En uno de los últimos congresos una Diputada de la Asamblea Nacional de la región explicó con detalles lo que ha ocurrido con la población en las zonas montañosas, las personas tienen expectativas de vida, deseos de vivir mejor lo que ha provocado una masiva emigración a centros urbanos debido a las dificultades que presentan en dichas zonas. Consecuencias, el bajo nivel productivo cafetalero de la zona que en sus buenos años, fue una mina. Si se hiciera un recorrido por varias zonas rurales se podría describir semejanzas en el deterioro de la calidad de vida, sea por los viales, puestos de salud, oportunidades de empleo entre otros muchos etcéteras. Recordemos la zona del Cauto y las empresas agropecuarias, zonas netamente ganaderas y está demás referirse a las condiciones de esta rama en los momentos actuales. Por esa misma región, la población de Camagüeicito, Dormitorio, solo por citar algunos y que son netamente zonas arroceras, aunque éstas, en los últimos tiempos han tenido mejores rendimientos de producción, la población de estos lugares viven en un estado poco favorable en pleno siglo XXI. Pienso que si los periodistas de Granma hubieran colocado aquí todo y lo más mínimo de lo que pudieron observar en los territorios recorridos sería mucho más ilustrativo y objetivo el trabajo desarrollado.

Elpidio Valdes dijo:

2

12 de septiembre de 2014

16:53:38


Voy a escribir mi comentario sobre este tema, pero tengo la certeza que no sera publicado como no lo son en su mayoria los de mi amigo Manuel Mercado, pero aqui va el comentario en cuestion, gustele o no a los senores censores de Granma. No tiene explicacion, justificacion, u otro tipo de informacion que le quite valor a lo que sucede en las serranias de nuestro pais, pues no podemos olvidar algo muy importante, en esas Sierras fue donde se conquisto la libertad la independencia y la soberania que hoy gozamos,y quien sabe, si el imperio del Norte Revuelto y Brutal se desespera y se lanza, sera el lugar para lograr nuestra segunda independencia, liberacion y soberania sobre esta bella Isla. Hay tres sectores en el pais que merecen prioridad sobre todos los demas en la lista de necesidades humanas y materiales: --- Nuestros Ninos y Ancianos --- Nuestras mujeres --- Nuestra Defensa Militar y los organos de Seguridad Interior. Muchos diran y bueno que tiene que ver eso con lo que trata el articulo, pues bien los ninos, hombres, mujeres y ancianos que se han quedado viviendo en las montanas por conocer la importancia que ese territorio tiene para el pais y su futuro desde todo punto de vista, debe ser el que mas recursos reciba, el que mas atencion reciba de todos los organos de Gobierno del Pais y debe recibir una atencion constante y cuidadosa de su estado de salud, crecimiento y estabilidad generacional. Como vemos partiendo de lo dicho anteriormente, se desprende que los organos de Defensa Militar y de Seguridad Interior, deben de estar presente en la obra de rehabilitacion del sector economico, politico y militar de estas serranias, pues su vinculacion con el pueblo de ese lugar, podra dar una vision mas clara y objetiva al gobierno sobre lo que realmente esta sucediendo en esos lugares, no olvidemos que los burocratas y los arrastra panzas vividores de los recursos del pais, estan en todas partes como las malas plagas que atacan nuestras siembras y productos agricolas. Considero si las senorias me lo permiten, e el Gobierno Central del Pais, debe de tomar en sus manos la atencion directa de estas zonas montanosas y prestarle el mismo interes, dedicacion e inversion de todo tipo que se le presta a sectores como la medicina y la educacion en nuestro pais, pues con ello estamos garantizando nuestra retaguardia en tiempo de guerra contra los senores del Norte Revuelto y Brutal que no ha cedido en sus intentos de atacarnos y destruirnos. Por otra parte con una atencion constante, cuidadosa y creciente de estas zonas montanosas del pais, estaremos logrando un incremento de permanencia en las mismas, con el beneficio que ellos significa para sectores agricolas como el cafe, el cacao y otras que tan necesarios nos son para el consumo de nuestro pueblo y si los incrementos son suficientes, para exportarlo, pues sus precios en el mercado mundial actualmente son altos y con grandes demandas de la poblacion mundial. Este tipo articulo debe de seguirse publicando pero con una investigacion mas profunda y coherente por zonas de nuestros macizos montanosos , pues es la unica forma de alertar a los dirigentes del pais desde el Gobierno Central hasta el ultimo nivel de dicho Gobierno, todo es importante, pero hay algunos como este que son mas importantes y merecen mucho mas atencion que otros, sin abandonarlos pero si dandole los recursos que estas zonas merecen y se han ganado durante todos los anos de luchas, sacrificios y victorias todavia por ver.