ISLA DE LA JUVENTUD.—Era el mediodía del 30 de agosto del 2008, la población de la Isla de la Juventud estaba atenta a los partes meteorológicos y se preparaba para el paso del ciclón anunciado, ya se sabía que entraría a territorio pinero con categoría 4, sin embargo, pocos suponían que este constituiría el fenómeno natural más devastador que tuviesen que soportar los isleños.
No muchas horas pasaron para que los pobladores del Municipio Especial, se dieran cuenta de que el paso de Gustav, con su categoría 4 y sus vientos de 230 kilómetros por hora, significó la casi desolación y destrucción de la Isla.
El huracán más recordado como fenómeno tropical sobre esta tierra había arrasado con todo lo que encontró a su paso; entonces muchos se consolaban con que la travesía de Gustav había sido a plena luz del día, lo que significó poder mitigar los efectos negativos que implicarían el ocurrir en horas de la noche.
Poco a poco los habitantes pudieron entre escombros, árboles caídos y postes derribados ver qué había quedado de la Isla; muchos exclamaban: “Total desastre”, entonces llegó otro gran consuelo: “No hubo muertes”. Esclarecidos sobre la magnitud del acontecimiento, muchos empezaron a pensar cómo resolver cada problema.
Había muchas dificultades para la información a la población, sin embargo, de boca en boca y por medios alternativos ya se empezaba a conocer sobre la visita al territorio de dirigentes del país y la extrema preocupación del gobierno por cómo hacer llegar ayuda a esta parte del territorio nacional, que junto a Pinar del Río parecían estar bajo los efectos de la caída de una bomba atómica.
La Isla había quedado desolada, con su paso Gustav desató tanto por el norte como por el sur la combinación de los fuertes vientos, lluvias intensas y penetración del mar, la marea que junto al Río Las Casas bañan a parte de la ciudad de Nueva Gerona se expandieron hasta llegar a tomar una parte del poblado nunca imaginado; los especialistas dedujeron que las olas llegaron a ser hasta de cuatro metros de altura en Cocodrilo y otras zonas.
Gustav con sus 520 kilómetros de diámetro y un ojo de 60 kilómetros de diámetro abarcó a toda la Isla, en su hora de traslación sobre este territorio.
Poco a poco se fueron conociendo los resultados y las graves consecuencias: el 87 % de las viviendas resultaron dañadas, así como 200 kilómetros del tendido telefónico y eléctrico, además se paralizaron los muelles de carga, solo por citar algunos datos.
Sin embargo, no se puede dejar de reseñar que la situación fue desastrosa, y abarcó a todos los sectores y a la casi totalidad de la infraestructura del Municipio Especial.
Los pineros no se sentaron a esperar un milagro, recibieron la alentadora visita del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro Ruz, rápido surgió la intención convocada por el máximo dirigente del país, de poner más linda la Isla.
Han pasado seis años del Gustav y muchas han sido las transformaciones emprendidas en este sureño territorio, hoy su entorno recobra vida, sus parques, su entorno natural, su capital se enriquece y muchas obras sociales se ejecutan en bien de los pineros. De los efectos del fenómeno se hablará por mucho tiempo, pero a la gran mayoría se les han solucionado los problemas provocados por este. Queda mucho por hacer, pero los cambios son visibles y la voluntad de su población no se doblega, se recuerda este día cada año y entonces la preparación para enfrentar otro fenómeno se intensifica.



















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Dani dijo:
1
2 de septiembre de 2014
11:13:47
Sule dijo:
2
2 de septiembre de 2014
13:16:33
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