SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS.— Temprano en la mañana, el joven Ricardo Rafael Acanda de la Nuez camina con paso firme y sereno sobre la pista. Como en otras oportunidades, lo acompaña el teniente coronel Luis A. Solar Campos, su instructor de vuelo. Juntos realizarán las primeras maniobras aéreas del día. Pilotarán un caza MIG-23.
“Ser piloto de combate de la Fuerza Aérea Revolucionaria es cumplir el sueño de la infancia, continuar una tradición familiar que inició con mi papá décadas atrás. Me siento orgulloso por eso y por pertenecer a una unidad que ha forjado su propia tradición combativa”, nos dijo el primer teniente Acanda de la Nuez.
Surca el cielo que por siempre ha defendido esa base aérea, de la cual salieron los pilotos que lucharon en Playa Girón, en Angola y Etiopía; los que en vuelo uniforme hemos visto orgullosos pasar sobre desfiles y parada militares. Y ahora él, a bordo de sus 25 años, siente orgullo de ser parte de esa historia, que dice “nos pertenece y los jóvenes aviadores y personal de tierra somos herederos de tan hermoso legado”.
55 AÑOS QUE DEFINEN EL PRESENTE
Después del triunfo de la Revolución, en enero de 1959, aquella Base pasó por un proceso de depuración de la oficialidad, lo cual permitió seleccionar el personal más identificado con los principios éticos y morales de la causa revolucionaria, que tendría la altísima responsabilidad en la formación de su fuerza aérea.
Transcurrido el necesario periodo organizativo y de asimilación de las nuevas tareas, el 5 de septiembre del propio año 1959 se funda por orden del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, la Base Aérea de San Antonio de los Baños, hoy Brigada de la Aviación de la Guardia Playa Girón, de la que el joven oficial y su instructor despegaron, dándole cumplimiento al plan de vuelo previamente trazado y aprobado.
La naciente Revolución se preparaba para defenderse de las amenzas del imperio más poderoso que ha conocido la humanidad. Estaba consciente que un pueblo antimperialista en el poder sería hostigado por la potencia imperial que lo había sojuzgado. Muy pronto la novel fuerza aérea entraría en acción combativa, pues los planes que se fraguaban en Estados Unidos contra Cuba en aquellos primeros años de la triunfante gesta, con la complicidad de varios gobiernos de la región, presagiaban una agresión a la soberanía de la Patria.
Al amanecer del 15 de abril de 1961, el enemigo bombardeó sorpresivamente los aeropuertos de San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad en La Habana y el de Santiago de Cuba. El objetivo era aniquilar nuestras fuerzas y medios de aviación para invalidar cualquier respuesta a la inminente invasión que se produciría dos días después por Playa Girón, al sur de la provincia de Matanzas. La artera metralla costó la vida de valiosos jóvenes, como Eduardo García Delgado, quien escribió con su sangre el nombre de Fidel, cual expresión de su profundo compromiso con la obra que defendía y con su Jefe. Sin embargo, la cobarde agresión no pudo destruir la técnica. La astucia y esa capacidad militar y de previsión del Comandante en Jefe, lo llevó a ordenar la desconcentración de los aviones conservando así su vitalidad.
Aquella decisión permitió a la joven fuerza aérea revolucionaria instalada allí defender los cielos de la ya Cuba socialista, justamente proclamada en el entierro de la víctimas de los criminales bombardeos. Se cumplieron entonces 70 misiones combativas, fueron derribados nueve aviones enemigos y se hundieron 13 unidades navales de diferentes tipos.
Un año después, durante la Crisis de Octubre, la base aérea recibió instrucciones precisas del compañero Fidel, sobre cómo proceder en caso de ser atacados directamente por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. La preparación y voluntad del personal de la Base era rechazar, como en Girón, cualquier agresión del enemigo.
Al cumplirse 15 años de la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América, el propio líder de la Revolución Cubana entregó la bandera que acredita a la Brigada de la Aviación con el título de “Unidad de la Guardia Playa Girón”.
Enfundados en su historia y en el pecho ese glorioso nombre, pilotos y técnicos cada vez mejores preparados en los centros de estudios militares del país, ingresaban en la Brigada, de cuyos hangares salieron los aviones de combate hacia África, continente testigo de la pericia, profesionalidad y valentía de los capitanes de naves. La historia recoge sus proezas en Cangamba, Sumbe, Calueque o Cuito Cuanavale.
El joven primer teniente y su instructor ya hacen las maniobras pertinentes para el regreso a esa pista preñada de historia, a la que le cupo el honor de recibir los restos mortales de nuestros combatientes caídos en el cumplimiento del deber en misiones internacionalistas, durante la Operación Tributo. En la propia losa de la unidad quedó grabado el lugar exacto por donde descendieron el 12 de febrero de 1997, con la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, los restos mortales del Comandante Ernesto “Che” Guevara y parte de su destacamento de refuerzo, caídos en Bolivia.
GARANTÍA INQUEBRANTABLE DEL FUTURO DE LA PATRIA

“Nuestra profesión es muy difícil, por la alta responsabilidad de sus funciones. Aquí no pueden existir distracciones. Cada piloto, técnico, ingeniero y trabajador civil entiende que sobre sus hombros puede estar la vida de un compañero, la integridad de una aeronave y la soberanía de la Patria”, sentencia el suboficial Yariel Reyes Murguía, uno de los jóvenes egresado del Instituto Técnico Militar José Martí (ITM), como Técnico Medio en Motor y Fuselaje.
Hoy el 80 % de quienes forman parte de la Brigada son jóvenes oficiales y civiles. Sin embargo, la preparación tanto profesional como política con la que llegan les permite enfrentar con éxito las complejas y disímiles misiones con la misma madurez que los más experimentados, de quienes no se despegan para aprender cada secreto, como Acanda de la Nuez hace con Solar Campos.
A Lesnier Gutiérrez Martínez, que con 20 años ocupa el puesto de Técnico Radioelectrónico en Aviación, lo vimos inmerso en sus tareas. “Lo más gratificante es observar como todos los días podemos sacar los aviones para que realicen las diferentes misiones que se les asignan, gracias al esfuerzo de todo el personal que tiene que ver con su funcionamiento”, sostuvo.
Aunque son muy jóvenes, hablan de que en la aviación hay que partir de una vocación natural y luego ir perfeccionándola con el estudio. Ejemplo de ello es la teniente Daily Serrano Aldana, quien a sus 22 primaveras se desempeña, desde hace dos años, como piloto de helicópteros MI-17.
Desde pequeña sintió atracción por volar en las aeronaves y a partir de su ingreso a las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos, se interesó por la carrera de piloto. En la actualidad confiesa que le falta mucho por aprender, en lo teórico y en lo práctico, pese al nivel que ha ido alcanzando en el comando de estas aeronaves. “Aspiro a dominarla como lo hacen mis instructores”.
El coronel Sergio Marcos Herrera Pérez, segundo jefe de la Brigada de la Aviación de la Guardia Playa Girón, piloto con más de 30 años de experiencia, al hablar de los jóvenes asegura que “son oficiales que han asumido la responsabilidad de pilotar y reparar una nave con compromiso revolucionario y profesionalidad. No paran en su trabajo, siempre los observas preocupados por los aviones, en el mantenimiento de las piezas de repuesto. Se crecen en su labor con el mismo ingenio y dedicación que lo hicimos nosotros”.
LA BRIGADA ES UNA FAMILIA
La Brigada de la Aviación de la Guardia Playa Girón ha asegurado con éxito el cumplimiento de cientos de misiones y tareas importantes del Estado y de las FAR. De igual manera mantiene su disposición combativa y un estado satisfactorio de la seguridad de vuelos.
Eso le ha permitido intervenir con resultados muy positivos en la lucha contra los incendios forestales, de conjunto con el cuerpo de guardabosques de Cuba, empleando helicópteros MI-17 con la cubeta Bamby Bucket; en la exploración para avisar sobre la presencia de derrames de hidrocarburos en nuestras aguas territoriales, y en la cooperación con el Ministerio de Salud Pública en la lucha contra el vector Aedes aegypti, entre otras tareas.
Pilotos, técnicos, ingenieros, pasan en la Brigada mucho tiempo, hacen allí vida de unidad, pero aunque están alejados de sus casas, las condiciones de vida y de trabajo creadas, les garantizan suplir la lejanía.
“La alimentación es de muy buena calidad, la infraestructura de los dormitorios garantizan el necesario descanso. La recreación es otra de las aristas que, como parte del horario libre, está garantizada en la Brigada, la que cuenta con medios audiovisuales y juegos de mesas, una Radio Base y el Centro Recreativo Cultural de la Unidad”, afirmó Herrera Pérez.
Hoy, oficiales, suboficiales, sargentos, soldados y trabajadores civiles, engalanan su unidad para recibir, llenos de satisfacción el aniversario 55 de la Brigada. Al respecto, el teniente coronel Wilfredo de Armas Sotomayor, afirmó: “La remodelación de las instalaciones de la unidad es ejecutada por nosotros mismos. No nos quedamos solo en los vuelos y las maniobras combativas, hemos ido cambiando nuestras propias condiciones de vida para bien de todo el personal que aquí labora, tanto civil como militar”.
Mientras, el primer teniente Rulsan Niubo Fuentes, técnico medio en Meteorología, apunta que el enfoque va dirigido a cuidar y mantener lo que se ha alcanzado, con la participación y voluntad de trabajo de los miembros de la Brigada.
A eso se suma, al decir de Herrera Pérez, un movimiento en conjunto con el mando superior, el Partido, la Juventud, y el Sindicato, para formar brigadas que han trabajado en la repoblación forestal, en el remozamiento con esfuerzo propio, lo que nos ha llevado a solucionar varios problemas.
Además, la unidad en los últimos años ha tenido una participación destacada en el apoyo al programa nacional de transplante de órganos, a la lucha contra plagas y enfermedades, en acciones de salvamento y rescate, entre otros.
Mientras revisaba cada detalle del avión antes de abandonar la pista, después de la misión cumplida, Acanda de la Nuez aseguraba que “el piloto es la cara visible, pero detrás quedan muchos técnicos y oficiales que garantizan la plena disposición de la aeronave y siguen el correcto cumplimiento de las misiones de entrenamiento. “En ellos descansan también estos 55 años de victorias que cumpliremos el próximo 5 de septiembre”.



















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Pablo LML dijo:
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jec dijo:
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erik dijo:
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