El propio Fidel Castro Ruz lo dijo en una ocasión, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) hizo dentro de esta Revolución, la revolución de las mujeres.
Cuando fue necesario hablar con los esposos para que las mujeres salieran a superarse, allí estuvo la mano de la organización; cuando se fundaron los círculos infantiles —amén de todas las dificultades que hoy puedan presentar dichas instalaciones— y se creó y perfeccionó la ley de maternidad, también; cuando mayor cantidad de mujeres quiso aspirar a puestos laborales más acordes con su capacidad, otra vez recibieron el respaldo de la FMC, siempre impulsada por el espíritu de su eterna presidenta, Vilma Espín.
Fundada el 23 de agosto de 1960, la organización se propuso desde un inicio buscar la plena igualdad de derechos entre la mujer y el hombre, lo cual no significa que sea una lucha por excluir al sexo masculino, sino porque ambos puedan ocupar los espacios que merecen en la sociedad y contribuir a su desarrollo, como bien explica a Granma, Arelys Santana, segunda secretaria de la FMC.
“Ese es un trabajo en el que la Federación sigue haciendo énfasis, sobre todo en la educación de las nuevas generaciones y también trabajando al interior de la familia con todos sus miembros. Todavía queda mucho por hacer, sabemos que no hemos logrado la plena igualdad. La discriminación y la marcada carga patriarcal son cosas que aún están latentes, muchas veces no de manera intencionada, sino porque está en lo subjetivo, en la cultura”.
Pese a ello, las mujeres cubanas han ido empoderándose tanto en el plano familiar como profesional. Algunos indicadores —expuestos en el IX Congreso de la FMC— dan cuenta de su participación en el desarrollo de las diferentes esferas socio-económicas del país.
Son mujeres, por ejemplo, alrededor del 66 % de los profesionales y técnicos, el 61,5 % de los médicos, el 81,9 % de los trabajadores del sector educacional, el 78,6 % los jueces, el 48 % de la fuerza laboral del sector estatal y el 29 % del cuentapropista…
PREVENIR Y EDUCAR DESDE LA COMUNIDAD
Durante estos 54 años el quehacer de la FMC se ha caracterizado por la realización de acciones preventivas y educativas en la comunidad, escenario fundamental de trabajo. También dedican sus esfuerzos a contribuir al mejoramiento de la situación higiénica-sanitaria, así como a erradicar las indisciplinas sociales.
“El tema de salud se ha trabajado desde la creación de la organización, relacionado por lo general con aquellas enfermedades de mayor riesgo para la mujer”, expresa Maritza Valdés, funcionaria del secretariado nacional que atiende esa esfera.
“Contamos con brigadistas promotoras de salud que trabajan con la población en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y en el diagnóstico temprano del cáncer de mamas y cáncer servicouterino. Recomendamos a las mujeres que aprendan a realizarse el autoexamen y que acudan todos los años al médico”.
Maritza comenta que en ese sentido se ha estimulado la creación de grupos de autoayuda —existentes en todas las provincias del país— donde se reúnen mujeres que padecen alguna patología de mamas para intercambiar sus experiencias y transmitir sus conocimientos a otras que no han sido afectadas por este padecimiento, como un método de educación.
Una de las líneas que se están retomando con mayor fuerza es el programa de maternidad y paternidad responsable, el cual persigue que la pareja y la familia se involucren por igual en el proceso del embarazo.
“La FMC ha ido estimulando que este programa se haga en todas las provincias del país, refiere Maritza. Hemos preparado materiales educativos para ello y hoy contamos con experiencias en varios lugares. Específicamente estamos realizando proyectos en La Habana, Bayamo y Cienfuegos.
“Estamos priorizando que los jóvenes que deciden tener un hijo se preparen no solamente en el momento del parto, sino antes, en la forma en que ambos deben asumir el embarazo. Para ello pueden recibir orientación en las consultas de planificación familiar que se dan en todos los policlínicos”.
El programa también incluye la preparación psicofísica para el parto, ejercicios que debe aprender la embarazada y que pueden contribuir a que en el momento de dar a luz esté en mejores condiciones para recibir al niño o a la niña.
Dichos ejercicios pueden impartirse en los hogares maternos o en las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, instalaciones que tienen gran importancia en el trabajo que se desarrolla desde la comunidad.
UN ESPACIO DE LA FAMILIA
La primera Casa de Orientación surgió de forma experimental en 1989, en Villa Clara, y en el noventa empezaron a implementarse paulatinamente en todo el país, con el objetivo de orientar a las mujeres y a la familia sobre diversos temas y brindar apoyo ante cualquier problema.
“Las casas brindan programas de adiestramiento en los que se preparan personas en diferentes oficios que les sirven tanto para su desarrollo individual como para acceder a un empleo, refiere Oneida Broche, funcionaria de la FMC que atiende a nivel nacional este tema.
“Estos oficios han ido transformándose en la medida en que los tiempos han ido requiriéndolo. Lo que más se daba antes era peluquería, corte y costura, bordado, tejido, masaje, maquillaje… y ahora se han incorporado cursos de idioma inglés y francés, cocina, computación, administración, cursos relacionados con economía y marketing, para atemperarnos con esta etapa en la cual se han abierto nuevas posibilidades para el trabajo por cuenta propia”.
Antiguamente las casas recesaban durante la etapa veraniega, pero desde hace algunos años funcionan también en los meses de julio y agosto para que la población acuda a recibir programas de adiestramiento y otros cursos cortos, combinados además con actividades recreativas.
“Al principio venían nada más que mujeres, sin embargo, con el paso del tiempo se ha ido incrementando la presencia masculina. En las diferentes actividades que se hacen alrededor del 30 % de los participantes son del sexo masculino. Cada año cuando cerramos estadísticas más de medio millón de personas han sido beneficiadas por alguna acción de la casa”, apunta Oneida.
En cuanto a la divulgación de las actividades que estas instituciones realizan, añade que además de la información sobre los cursos, que siempre está visible a la entrada de la propia casa; las dirigentes profesionales ofrecen detalles a las organizaciones de base, la comunidad, bloques, y delegaciones acerca de los servicios que se prestan.
No obstante, reconoció que todavía en ello tienen debilidades, “porque no todos nuestros cuadros conocen y dominan lo que se hace en los diferentes lugares”, señala Oneida.
Actualmente las casas tienen tres líneas de trabajo, la de orientación individual, cara a cara; la orientación y trabajo grupal y la capacitación, a través de los mencionados cursos.
Como una experiencia novedosa, también funcionan los equipos multidisciplinarios de atención familiar —presentes en todos los municipios—, de conjunto con el Tribunal.
“Constituyen un aporte que le hace la FMC al Tribunal para cuando hay que tomar alguna decisión sobre asuntos relacionados con litigios familiares, regímenes de comunicación entre padres e hijos, Patria Potestad… el equipo puede ofrecer varias miradas”.
CONTINUAR RENOVÁNDOSE
Luego de su IX Congreso, la FMC lleva a cabo un profundo trabajo para cumplir los acuerdos establecidos. Debe, ante todo, seguir aplicando las buenas experiencias de las generaciones fundadoras, pero al mismo tiempo es necesario que la organización continúe renovándose en aras de lograr un mayor acercamiento con los más jóvenes.
“Tenemos nuestras dificultades”, comenta a Granma la joven dirigente de base Soraida Fiol, quien combina sus responsabilidades en el bloque 30 de la delegación número 2 del municipio de La Habana del Este, con el esfuerzo que demandan sus estudios en la carrera de Biología.
“Hay que seguir trabajando en el vínculo con las jóvenes no solo para que ingresen a la FMC sino para que ocupen puestos en su estructura. Por eso es importante irlas educando y hablándoles del papel de la organización desde edades tempranas, porque las generaciones cambian”.
La segunda secretaria Arelys Santana, afirma que “las etapas previa y posterior al Congreso han sido muy fuertes, los equipos de dirección de la organización nos hemos volcado a estar con las mujeres en la comunidad donde se desarrollan, a saber cómo piensan y viven y qué quieren de su organización.
“Hemos apostado mucho al trabajo diferenciado, a conocer las características de las féminas. Tenemos problemas en la base, en las comunidades hay diversas dificultades y la FMC debe tener la capacidad de llegar a ellas. Funcionar no es hacer reuniones, es atender los diversos problemas que tienen nuestra membresía y sus familias, y esto es un reto.
“Tampoco somos las únicas responsables, la sociedad tiene un diseño en el que actúan muchas organizaciones y estructuras. Eso sí, la FMC tiene un mandato con sus mujeres”, alega Arelys quien además explica que actualmente se están convocando federadas a nivel municipal y provincial para que realicen propuestas sobre cómo se pueden llevar a la práctica en los territorios los acuerdos del pasado congreso.
Dichas opiniones serán presentadas al secretariado nacional en el mes de octubre, quien posteriormente hará una propuesta final de implementación.
Lejos de conformarse con los resultados logrados hasta el momento, la membresía de la FMC sabe que las nuevas generaciones deben escribir su propia historia, preservando todo aquello que resulte valioso y transformando los métodos que así lo requieran. Aunque tienen gran camino adelantado, gracias al legado de todas aquellas mujeres que apostaron por la construcción de un país donde Eva no fuera tan solo costilla de Adán.
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Julen Gonzalez dijo:
1
22 de agosto de 2014
18:23:10
arturo ornelas dijo:
2
22 de agosto de 2014
19:31:41
Isis Tavares dijo:
3
23 de agosto de 2014
12:20:11
pepemachete dijo:
4
26 de agosto de 2014
11:53:25
Carlos Gigolo Cross dijo:
5
26 de agosto de 2014
17:41:02
Elizabeth dijo:
6
28 de agosto de 2014
23:12:34
jose dijo:
7
31 de agosto de 2014
08:51:33
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