
ARTEMISA.— Si disciplina, control, orden y constancia se funden, los resultados no se deben hacer esperar. Esta ha sido la combinación que durante las dos últimas décadas ha seguido Osvaldo Blanco, en su función de presidente de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Emilio Hernández, como parte de la estrategia de trabajo puesta en práctica, la cual ha permitido, junto a otros factores, la obtención de logros durante el periodo.
“Tenemos un reglamento interno, lo analizamos en la junta y en la asamblea, es nuestra ley”, asegura. Con la filosofía de que la emulación también es fundamental, trabajan en colectivos, de los cuales ya tienen 17. “Hace más de un año que aplicamos esta experiencia. El colectivo es dueño de las producciones y sus resultados, y entonces, ponen todo su empeño en salir bien. Uno de ellos, por ejemplo, es el encargado de comercializar”.
Fundada el 22 de octubre de 1993, la UBPC de la capital artemiseña —una de las mayores productoras de plátano de la provincia, que en cuatro oportunidades ha sido Vanguardia Nacional— ha ido diversificando sus producciones y hasta café han sembrado. Cuenta con siete fincas de plátano, dos de cultivos varios, una de frutales y un huerto.
Por otra parte, han desarrollado un módulo pecuario, donde tienen 110 animales en la ceba de toros, y para el autoconsumo carneros y puercos.
Según manifiesta su presidente, “hacemos bastante uso de la agricultura orgánica y sostenible. Tenemos un Centro de Lombricultura —hay años en que producimos entre 120 y 180 toneladas—, y ya acumulamos experiencias de su aplicación en todos los cultivos… Llevamos cinco campañas de frijoles sin usar ningún componente químico”.
HACER FLORECER LA TIERRA
De las 507 hectáreas de las que disponen, 319 son cultivables y de estas solo el 25 % están bajo riego, las restantes en secano.
Para este año tienen previsto la producción de 2 000 toneladas de plátano, y hasta la fecha ya han llegado a las 1 500. Mientras, entre frutales y cultivos varios alcanzarán unas mil.
Alrededor de un 20 a un 25 % de sus cosechas están contratadas con el estado, y poseen relaciones contractuales con más de 15 unidades, entre estas la Empresa Cítricos Ceiba, la de Servicios del Cemento, minindustrias, Cooperativas de Créditos y Servicios, y cooperativas no agropecuarias (tanto del territorio como de La Habana).
“En dependencia de la solicitud, damos los viajes a la capital, fundamentalmente con plátano. Contamos para el abastecimiento con tres camiones propios de la UBPC”, precisa.
En la cabecera provincial tienen cuatro puntos de venta. “A los productores les llama la atención esta modalidad porque se vende directo al pueblo. Tratamos de que los precios estén por debajo de los de la feria y los de los carretilleros. Si pones precios altos vas a ganar más, pero cuánto vas a vender, y lo que nos hace falta precisamente, es vender. No puede ser que el que comercialice gane más que el que produce”.
Por esta modalidad, “aproximadamente ingresan mensualmente entre 90 mil y 100 mil pesos. Dos veces a la semana los abastecemos, de 10 a 18 productos. Es una venta rápida y tenemos posibilidades de abastecer tres o cuatro puntos más”.
Significativo es que para los trabajadores de la UBPC también tienen un punto de venta, donde se ofertan las producciones a precios más bajos.
EL HOMBRE ES FUNDAMENTAL
En el bregar diario, participan unos 140 trabajadores, de ellos 23 son mujeres.
Apenas dos meses acumula el joven Jorge Luis Díaz en la unidad, pero sabe del prestigio que goza y cuánto de su esfuerzo requiere. A sus 20 años, asegura que le gusta trabajar en el campo, y aprende de quienes la vida les ha dado más experiencia como Zuilberta Lugones.
Ambos trabajan los cultivos varios. “Ahora estábamos limpiando la yuca y el área del plátano. Siempre hay algo que hacer”, sostiene la obrera agrícola.
Omar Gómez es jefe del colectivo María II, integrado por seis miembros que laboran en una finca de plátano. “Lograr estar en la avanzada es una prioridad, máxime con el compromiso contraído con la UBPC”, asevera.
En la finca Santa Teresa labora William Rodríguez, quien atiende la emulación por el sindicato y dice que “se estimula individualmente y por colectivo. En las asambleas se dan a conocer los compañeros más destacados y al final del año damos los lugares por colectivo, lo cual propicia que cada cual dé lo máximo de sí mismo para que su equipo sea el mejor… ”.
La fórmula de Osvaldo ha cosechado resultados favorables y los ha ayudado a no perder el camino, ese que conduce a una mayor productividad
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Lázaro Tito Valdés León dijo:
1
31 de julio de 2014
11:57:19
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