
CIENFUEGOS—. “¿Que por qué ingresé al Movimiento 26 de Julio, periodista? Por dignidad, amor a mi país y su gente maravillosa, la cual estaba siendo masacrada por Batista, un tirano mafioso y corrupto, con salario personal mayor que el del presidente de EE.UU., quien convirtió los años ´50 en Cuba en el infierno en la tierra”.
Así responde a nuestra pregunta la luchadora clandestina Teresa Elena García Castellanos, reconocida integrante de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) en Cienfuegos, merecedora de varias medallas del Consejo de Estado: la de la Clandestinidad y la 50 Aniversario del Granma, sus más queridas.
Esta fundadora del M 26-7 crepita de indignación cuando se refiere a “aquella época ignominiosa donde el pueblo fue vejado hasta límites inimaginables”. Teresita, así le llaman, evoca “cómo entre los esbirros, los chivatos y los sicarios del Buró de Represión de las Actividades Comunistas (el temible BRAC, creado por orden de Washington) eliminaron físicamente a miles de cubanos”.
Gran estudiosa de la historia de Cuba, con un arsenal de datos a su mano que obligó a este reportero a una labor de búsqueda posterior para comprobar al detalle cada uno de ellos, ella desmiente a esos ilusos que hablan de una supuesta bonanza económica de la isla durante aquella época.
“Mentiras, pura propaganda engañosa para los incautos que no se toman el trabajo de consultar las fuentes históricas. Tras el golpe de estado del dictador, el Producto Interno Bruto de Cuba bajó en 11, 41 % de 1952 a 1953. Durante dos tercios de su mandato no hubo crecimiento económico alguno; todo lo contrario. La deuda de la nación pasó de 300 millones de dólares en marzo de 1952 a 1 300 millones en enero de 1959; mientras que el déficit presupuestario alcanzó 800 millones de dólares”(1), sostiene.
Lo que sí hubo a raudales durante el batistato —prosigue— fue el crimen, las torturas más envilecedoras para la especie humana, el enriquecimiento de unos pocos y el empobrecimiento a grado misérrimo de la mayor parte de la población. La pobreza del campesino era abismal. El propio The New York Times reconoció que “la gran mayoría de ellos en las zonas rulares —guajiros o campesinos— vivían en la miseria, a nivel de la subsistencia”, dice.
Teresita va a más y nos recuerda las mismísimas palabras de J. F. Kennedy en su presidencia: “Pienso que no hay un país en el mundo, incluso los países bajo dominio colonial, donde la colonización económica, la humillación y la explotación fueron peores que las que hubo en Cuba, debido a la política de mi país durante el régimen de Batista. Nos negamos a ayudar a Cuba en su necesidad desesperada de progreso económico. (…) En vez de extenderle una mano amistosa al pueblo desesperado de Cuba, casi toda nuestra ayuda tomaba la forma de asistencia militar -asistencia que sencillamente reforzó la dictadura de Batista (…)(2)”.
Siendo una joven de apenas quince años se enroló en la conspiración contra el régimen. “Conseguía Alka Seltzer en las farmacias, colorantes y pintábamos las fachadas con consignas antibatistianas. Algunos no querían que me arriesgara, por mi juventud; pero no les hice caso”, se ufana. Participó además en la gesta histórica del 5 de Septiembre de 1957 y luego en los combates de Playa Girón.
Me jugué el pellejo, cada minuto de mi vida, por casi seis años. Valió la pena, afirma la luchadora. “Hoy estoy en la casa de abuelos La sonrisa feliz, del área II de Cienfuegos; integro el Club de los 120 y tanto yo como mi familia hemos gozado (y gozamos) de privilegios inimaginados en muchas sociedades en la actualidad”.
Teresita tuvo tres hijos. Cinco nietos alegran también la vida de una mujer excepcional quien, antes de concluir, hace una petición: “Por favor, cuando esta entrevista salga, no deje de poner que solo les sugiero a los jóvenes cubanos de hoy que sepan desligar el grano de la paja, que no se dejen engañar nunca por mentirosos cantos de sirena y consulten siempre nuestra inmensa Historia”.
1) Estos u otros datos de dicha coyuntura económica, recogidos de forma aislada o íntegra por diversas fuentes historiográficas, los consigna literalmente de este modo el ensayo 50 verdades sobre la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba, de Salim Lanrani, publicado en Cubadebate el 19 de octubre de 2013.
2) Artículo El terrorismo anticubano y el asesinato de Kennedy, publicado en Granma, 19 de enero de 2006, de José A. de la Osa y Orfilio Peláez, referencia tomada del libro La revolución cubana y Latinoamérica, de Boris Goldenberg, publicado en 1965 en Nueva York.
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