CAMAGÜEY.— Los juristas cubanos reiteraron su apoyo irrestricto al reclamo mundial por la excarcelación e inmediato regreso a la patria de los Cinco luchadores antiterroristas presos en Estados Unidos, con el firme compromiso de intensificar todas las acciones que contribuyan a ese anhelado propósito.
A Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René se dedicó especialmente la jornada por el Día del Trabajador Jurídico, que tuvo en esta ciudad un momento para el merecido homenaje a quienes cumplen por más de 15 años arbitrarias e injustas condenas haciendo derroche de valentía, dignidad y firmeza.
Camagüey fue seleccionada entre las provincias más destacadas del país por el quehacer jurídico integral, junto a Santiago de Cuba, Holguín y Granma, y mereció la sede del acto nacional por la efeméride, el 8 de junio, en honor al mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz.
Justo ese día, pero de 1865, el joven de 23 años recibió en la Universidad de La Habana la investidura del grado de Licenciado en Derecho Civil y Canónico, en cuya defensa definió claramente que solo la justicia, la verdad y la razón pueden ser la ley suprema de la sociedad, principio que marcó su fecunda trayectoria patriótica.
Precisamente, la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC) instituyó el Premio Ignacio Agramonte, que esta vez les fue otorgado a Iris Cabanes Espino, María Racet Monciego, Daylene Zaldívar Arredondo y Elsa Rubio Salgado, autoras del trabajo Análisis jurídico del patrimonio de la empresa estatal en Cuba.
Durante la conmemoración, Alisvech Águila Corrales, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Camagüey, recibió también el Premio Provincial Salvador Cisneros Betancourt por su destacada ejecutoria profesional, valores éticos y aportes al desarrollo del derecho en el territorio agramontino.
Tras felicitar a las ganadoras de ambos premios y a quienes ostentan la condición de juristas más destacados a instancia nacional, Migdalia Velázquez Pérez, presidenta de la UNJC, llamó a los trabajadores del sector a tener siempre presente el carácter genuinamente popular de la justicia cubana.
En tal sentido, los convocó a situar la lucha por la preservación de los más preciados valores en que se sustenta nuestra sociedad en el centro de su actividad cotidiana, para lo cual debe prevalecer la ética, la profesionalidad y la legalidad en defensa de los intereses del pueblo.



















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