
ARTEMISA.— Once años avalan el decursar de Carlos Enrique González al frente de la CPA Waldo Díaz Fuentes, del municipio de Güira de Melena, y confía en que apoyándose en determinadas herramientas, los mecanismos de dirección pueden perfeccionarse, y por ende, ser mejores.
Hace algún tiempo, gráficas y estadísticas de la producción de la cooperativa ocupaban algunas de las paredes de la unidad, y ahora “como parte del proyecto Bases Ambientales para la Sostenibilidad Alimentaria Local (BASAL) integran un software, que facilitará una toma de decisión inteligente desde el punto de vista de la dirección”.
“Los mismos productores e informes de la cooperativa permiten su enriquecimiento, y contiene una compilación de datos desde el 2003 en lo adelante de nuestras fincas, referidos a características de los suelos, preparación de la tierra, comportamiento de la temperatura y lluvias en determinado periodo, ingresos, gastos, consumo de combustible, entre otros.
“Queremos hacer extensivo el software a otras formas productivas, para que a nivel de dirección les sea posible tomar mejores decisiones teniendo conocimiento de estos elementos, lo cual se debe revertir en resultados productivos superiores”, comenta. Hace casi dos meses trabajan en el mismo y debe estar listo para septiembre u octubre.
Estos son tan solo algunos ejemplos de las acciones previstas como parte de BASAL, que según Mirella Acosta, jefa de la sección del CITMA del Consejo de la Administración Municipal en Güira de Melena y coordinadora municipal del proyecto, “tiene como objetivo lograr producir alimentos a escala local y nacional teniendo en cuenta las problemáticas ambientales, o sea, es aprender a lidiar con aquellas manifestaciones que ya podemos ver en el territorio y las que se pudieran avecinar”. Pero, ¿cómo surge esta idea?
Nace un proyecto
Güira es un municipio eminentemente agrícola y aporta el 33 % de la producción de la provincia, además de desempeñar un papel importante junto a otros territorios artemiseños, en suplir la demanda de alimentos de la capital cubana.
Por su peso en producciones priorizadas del país, como los cultivos varios, y presentar también afectaciones significativas en cuanto a degradación ambiental y cambio climático —lo cual limita la obtención de mejores resultados productivos—integra hace más de un año el proyecto BASAL, implementado por la Agencia de Medio Ambiente del CITMA, el Ministerio de la Agricultura y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y financiado por la Unión Europea y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
Junto a otros dos municipios del país, Los Palacios (una de las principales áreas productoras de arroz), en Pinar del Río, y Jimaguayú (uno de los territorios de mayor relevancia en la producción de leche), perteneciente a Camagüey, fue escogido el territorio artemiseño (uno de los de más alto potencial productivo de Cuba), como una de las áreas pilotos de intervención, con el fin de garantizar la sostenibilidad a largo plazo de su agricultura frente a los impactos del cambio climático.
En esta empresa están involucradas cuatro Cooperativas de Crédito y Servicios Fortalecidas (1ro. de Mayo, Niceto Pérez, Frank País y Ubaldo Díaz), dos Cooperativas de Producción Agropecuaria (Países Nórdicos y Waldo Díaz) y dos Unidades Básicas de Producción Cooperativa (Héroes de Bolivia y Héroes de Yaguajay), así como la Empresa Agropecuaria del municipio.
“Dentro de esas áreas tenemos fincas, productores líderes (son 29 beneficiarios directos), y otros que se han sumado recientemente y aún no cuentan con los conocimientos necesarios.”, precisa Acosta.
Los principales protagonistas de BASAL son los productores, extensionistas, personal técnico y profesional de organismos sectoriales y de centros académicos y de investigación, así como decisores a diferentes niveles.
¿Hacia dónde va el trabajo?
“Se esperan obtener tres resultados principales, encaminados a la gestión, ya sea, de buenas prácticas agrícolas para la adaptación al cambio climático, como de la información y el conocimiento, y de herramientas para la toma de decisiones y la planificación”, agrega la coordinadora.
Durante el 2013 los equipos de trabajo responsables de impulsar las tareas del proyecto se enfocaron en el diagnóstico de las principales vulnerabilidades de los sistemas de producción agropecuaria, vinculadas con el cambio climático.
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, se priorizarán para este año y el próximo acciones dirigidas a la rehabilitación de los sistemas de riego de baja eficiencia en algunas áreas de intervención, la utilización de fuentes renovables de energía (biodigestores, secaderos solares, molinos a viento) , y la producción y aplicación de materia orgánica para elevar la fertilidad de los suelos.
También se pretende la implementación adecuada de las labores de siembra, fertilización, fumigación y cosecha, que garanticen la diversificación de la producción a partir de la rotación de cultivos, la producción de medios de control biológico de plagas y enfermedades (incluye la creación de un Centro de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos en la Empresa Agropecuaria de Güira de Melena), y la conservación y procesamiento de producciones agrícolas para evitar pérdidas de cosechas ante eventos climáticos extremos (comprende el apoyo a minindustrias).
Las enseñanzas derivadas de la experiencia en estos tres municipios se harán extensivas a otros 30, donde se compartirán conocimientos y metodologías para enfrentar los desafíos del cambio climático y promover así el desarrollo agropecuario.
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francisco dijo:
1
22 de mayo de 2014
08:00:35
Canario. dijo:
2
22 de mayo de 2014
11:15:28
Gonzalo Hernández dijo:
3
22 de mayo de 2014
16:10:32
NEVEUX Françoise (Francia) dijo:
4
23 de mayo de 2014
15:23:29
Roberto R. dijo:
5
25 de enero de 2016
16:40:01
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