
CAMAGÜEY.— Tras dos intensas y provechosas jornadas de diálogo, reflexión y polémica concluyó en la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, de esta ciudad, el XXI Congreso Nacional de Historia, evento que trascenderá por la profundidad en el análisis de asuntos de suma actualidad para los destinos del país.
Fue el fruto, no dudarlo, de la estrecha cooperación lograda para llevarlo a feliz término entre la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, el Ministerio de Cultura, el Instituto de Historia de Cuba, el Centro de Estudios Martianos, la Academia de la Historia de Cuba y la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado.
Esa concertación de voluntades en pos de la calidad del debate hizo posible la participación en el cónclave de importantes personalidades, como los premios nacionales de Historia Eduardo Torres Cuevas, Pedro Pablo Rodríguez, Ibrahim Hidalgo Paz, Olga Portuondo Zúñiga y Francisca López Civeira.
Tal espíritu prevaleció también durante la discusión en paneles de las 64 ponencias finalistas, cuyos autores abordaron disímiles temas del devenir histórico nacional y su impronta en el acontecer regional y local, sobre todo investigaciones dedicadas al tratamiento de la etapa más reciente de la historia patria.
Como precisara en su conferencia la doctora Francisca López Civeira, se trata de dejar atrás visiones esquemáticas y simplistas sobre los acontecimientos y los actores históricos, para analizar los problemas en toda su complejidad, diversidad y contradicciones, única manera de desentrañar las claves de cada proceso histórico.
En ello coincidió Yoel Cordoví Núñez, vicepresidente del Instituto de Historia de Cuba, al proclamar que los historiadores están llamados a ser “cada vez más creativos, actualizarse y, al mismo tiempo, saber discernir cuáles son los problemas historiográficos que requieren de nuestro actuar investigativo”.
“Si en este minuto histórico de transformaciones económicas, que tienen también una dimensión social, cultural y ética, no se parte de darle todo el protagonismo a las Ciencias Sociales, y dentro de estas a la Historia, entonces no desempeñaremos el rol que nos corresponde”, subrayó el investigador.
“Nuestro deber —comentó el delegado Delio Orozco González— es velar por la verdad histórica, contar la historia, señalar sus yerros para que no se repitan y enseñar cuáles deben ser los caminos, porque la historia no dice cómo hacer las cosas o qué va a pasar, pero sí en qué nos equivocamos para aprender de esos errores”.
Criterios similares fueron recogidos en la resolución final del Congreso, documento que ratifica el compromiso de los historiadores cubanos de contribuir a fortalecer la unidad del alma de la nación cubana, con la ya probada vocación de servicios en defensa de la ciencia histórica y la ética que los distingue.
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Armando Cardona dijo:
1
26 de abril de 2014
08:25:14
Dr. José Luis Aparicio Suárez. dijo:
2
26 de abril de 2014
10:59:55
Mauro Espinosa Yero dijo:
3
26 de abril de 2014
12:07:11
Armando Cardona dijo:
4
26 de abril de 2014
17:45:44
Rosa Mendez Sanchez dijo:
5
26 de abril de 2014
17:50:15
Francisco Porto dijo:
6
26 de abril de 2014
22:24:03
Gulterio Nunez Estrada dijo:
7
27 de abril de 2014
12:12:32
Armando Perez dijo:
8
27 de abril de 2014
13:18:49
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