
“Durante más de una semana busqué un módulo de herraje por algunas tiendas en moneda nacional de La Habana. En una, los que había presentaban cierto desperfecto, y solo después de recorrer seis o siete lugares fue que hallé uno mejor. La idea de rebajar el precio a los herrajes para instalaciones hidráulicas fue muy buena, pero no hay suficientes productos”.
La opinión de Erick Peña patentiza que a pesar de ser bien acogidas por la población las medidas adoptadas por el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) —resoluciones 1, 2, 3 y 4—, publicadas en la Gaceta Oficial ordinaria No. 5 el 4 de febrero de este año, la venta de los productos que fueron rebajados de precio presenta inconvenientes, debido al desabastecimiento en las entidades encargadas de su comercialización, la mala calidad de algunos productos y el acaparamiento.
Las mencionadas resoluciones aprueban la modificación de precios de llaves de empotrar, de paso, de fregadero, de regulación, para lavabo y de ángulo, latiguillos y módulos de herraje, que en total abarcan 11 surtidos de aquellos que más impactan en el ahorro de agua en las viviendas.
Ante la alerta recibida por los lectores, mediante cartas, correos y llamadas telefónicas, un equipo de reporteros de Granma recorrió algunos recintos en distintas provincias del país donde se despachan esos artículos.
Al momento de la visita, en el Punto de Venta de Materiales de la Construcción del reparto Alcides Pino, de la ciudad de Holguín, la situación era alarmante. “No tenemos nada de lo rebajado”, respondió con pesar Juan Miguel Baraza Estrada, su administrador, quien añadió que los componentes de las instalaciones hidráulicas, principalmente los grifos o llaves, son muy solicitados.
En el Mercado Artesanal Industrial Hanoi, de esa ciudad, solo existía en el área de venta y en el almacén 258 llaves de paso de ½ pulgada y dos de regulación, es decir, solo dos artículos de los que tuvieron un reajuste en sus precios, de acuerdo con lo publicado en la Gaceta Oficial.
“La situación es complicada. La gente nos visita con intenciones de comprar latiguillos de ½ x ½, llaves de empotrar y de fregaderos, pero se van insatisfechos por la carencia”, refirió Mauro Palacio Montoya, jefe de piso del establecimiento.
MEDIDAS ACEPTADAS, PERO...
“Yo compré dos llaves de paso de ½ pulgada en los primeros días de marzo, tuve que recorrer varios establecimientos. Fui a una tienda de materiales de la construcción y ya se habían acabado. Luego visité tres MAI y solo en el último las encontré. No comprendo cómo un producto rebajado se pierde de forma tan rápida. Llegas a un establecimiento y solo hay uno o dos artículos de herrajes”, aseveró Fernando Estévez.
En los Mercados Artesanales Industriales (MAI) Bazar Inglés y Flogar —dos de los más grandes de La Habana— la situación no dista de la anteriormente descrita, pues aunque la presencia de llaves de paso de ½ pulgada era abundante al momento de la visita de los reporteros, solo disponían de este artículo del total de los que fueron rebajados de precio.
Julio Borrell, administrador del MAI Bazar Inglés, relató que el grifo para lavabo y el grifo para fregadero no han entrado desde hace meses.
“La gente acude constantemente en busca de productos como llaves de empotrar, latiguillos o módulos de herraje, y actualmente ya esos artículos se nos agotaron. El pedido de reaprovisionamiento a Comercio Minorista de La Habana está hecho desde principios de marzo, solo nos queda esperar”, subrayó el directivo.
De esa misma forma sucedió en “El constructor”, Tienda de Venta de Materiales de la Construcción, de Villa Clara. Allí su administrador Delvis Cordero reconoció la carencia de determinados productos altamente demandados por la población, que ha emprendido la ejecución de obras, ya sea a través de la modalidad de subsidios o por esfuerzo propio.
Debido a esa carencia en la actualidad tienen estancados la mayor parte de los 570 expedientes de personas que han sido beneficiadas con la entrega de subsidios, explicó Yanely Navarro, la almacenera.
Además, Cordero hizo referencia a la baja calidad que caracteriza a algunos productos como el módulo de herraje. “Las industrias tienen ante sí el reto de elevar el acabado o de lo contrario no se venderán sus artículos”, aseguró.
Sobre este tema, también se hizo eco Lenin Kindelán, dependiente del punto de venta de materiales de la construcción Comercial Infanta, en el municipio del Cerro: “Los usuarios me han virado, sobre todo, llaves de fregadero, porque se han roto”.
Para conocer qué sucede con la calidad se consultó a Helmi Pedreira Guerra, director técnico y Desarrollo de la Empresa Industrial Herrajes, de Guanabacoa, quien sustentó que los herrajes hidrosanitarios producidos allí tienen una calidad óptima.
“Hablamos de cuerpos que se fabrican a partir de aleaciones de latón, idóneos para hacer este tipo de piezas. Pero no todo lo que se vende en comercio es producido aquí. Hay herrajes que son de importación, de aleaciones de ZAMACK. Estos tienen una mejor estética, pero son menos duraderos”.

Francisco Silva Herrera, director de Co-mercio Mayorista y Logística de Almacén, del MINCIN, explicó que DIVEP es el principal proveedor de estos productos, que se encarga de la importación de algunos herrajes y de comercializar los de factura nacional con las Empresas Universales de Comercio Mayorista, las cuales, a su vez, los distribuyen a la red minorista en CUP, en todo el país. De igual forma, las Industrias Locales de Villa Clara y Holguín contratan sus producciones directamente a Comercio Minorista.
Estos distintos puntos de procedencia de los artículos dan lugar a la variedad de presentaciones, precios y calidad observada en el recorrido que realizara Granma, lo cual validaron los criterios de la población entrevistada.
Sin embargo, nada justifica que algunos productos lleguen con desperfectos a los estantes de las tiendas, como observó este equipo de reporteros en varias Tiendas de Materiales de la Construcción y MAI de la capital. Vendedores interpelados coinciden en que esto obedece a una mala revisión por parte de los administradores al recibir la mercancía, un mal proceder que afecta a la economía de la entidad y crea no pocas molestias a los clientes.
Al respecto, Silva Herrera refirió que si el artículo presenta deficiencias que se apartan de la calidad, la falla es del comercializador, ya que en las relaciones contractuales con los proveedores se establece que este tiene la responsabilidad de reponerlo.
A juzgar por lo observado en nuestras pesquisas, esta norma no se cumple adecuadamente en todos los lugares.
En las unidades La Princesa y El Palacio, de las más grandes de la cabecera provincial de Matanzas, tampoco se encontraron grifos de empotrar, latiguillos u otros artículos. Dependientes y directivos lo achacan esencialmente a las demoras en el abastecimiento, pedido que se hizo a la Empresa Universal de Comercio Mayorista en ese territorio.
Magui Rodríguez, dependienta de La Princesa, aclaró que aunque en estos momentos no lo poseen, se hizo la solicitud de reabastecimiento a mediados de marzo, y “…la respuesta es que no hay en almacén”.
Situación similar presenta, en la provincia de Camagüey, la tienda Jayamá, del Distrito Julio Antonio Mella, donde se expenden materiales de la construcción. Según Rigoberto Díaz Téllez, su administrador: “La ausencia de los productos conlleva a que la población se sienta insatisfecha, pues limita el avance de obras en ejecución”.
Diana Rivero Peña, dependienta de El Río, otra Tienda de Materiales de la Construcción de esa misma provincia, informó que actualmente de los renglones rebajados de precio “solo tenemos módulos de herrajes de producción nacional a 75 pesos, llaves de paso de ½ pulgada a 55 y un tipo de latiguillo a 15”.
FACTOR HUMANO
No obstante de los resultados del recorrido realizado por reporteros de este diario, Silva Herrera afirmó que se hizo, previo a la implementación de la medida, un levantamiento de la demanda de herrajes de conjunto con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y la Industria, identificándose los de mayor impacto en el ahorro de agua. Además, señaló que una revisión de los inventarios nacionales demostró la presencia de los recursos para abastecer a las unidades encargadas de comercializarlos.
Contrariamente, la respuesta ofrecida por los directivos de las provincias Holguín y Matanzas, muestra una visión distinta.
En la Ciudad de los Parques, Omer González Velázquez, director Comercial del Grupo Empresarial de Comercio, refirió que, al momento de aplicar la resolución, el problema mayor se encontró “en los inventarios, muy deprimidos”.
Desde entonces han incrementado los contactos con el principal suministrador: la Empresa Comercializadora y de Servicio de Productos Universales Holguín. Al establecerse la rebaja de precio esta entidad también tenía los inventarios menguados, explicó su director comercial, Salvador Luis Colón.
En Matanzas la situación no deja de ser distinta. El jefe del departamento comercial del Grupo provincial de Comercio, Nelson Reyes, aseguró que en el momento del anuncio de la rebaja la provincia no disponía de la totalidad del surtido implicado ni del volumen requerido, y que el municipio cabecera es el más afectado en ese sentido.
Según Salvador Luis, en Holguín las esperanzas están puestas en los contratos firmados con DIVEP, el suministrador de mayor peso, que debe entregarles a partir de abril una amplia gama de artículos, entre ellos herrajes para muebles sanitarios.
Mientras, Nelson Reyes, en la Atenas de Cuba, dijo que ya la Empresa Universal redistribuye a toda la red provincial y en los próximos días deben quedar abastecidos todos los territorios y tiendas de la provincia.
Si tenemos en cuenta las incoherencias entre las respuestas de los directivos del MINCIN con las de los territorios, y la situación real encontrada en nuestro recorrido, queda claro que algún eslabón de la cadena está afectando la comercialización de los productos.
Un dato interesante: según Leduán Hernández Celeiro, director general de la mencionada Empresa Industrial Herrajes, única de su tipo en el país, el sector industrial tampoco presenta problemas con la producción de herrajes.
El funcionario comunicó que el plan destinado para el ahorro de agua en el 2014 asciende a 2 millones 61 mil 270 unidades. De ellas se entregaron a DIVEP —el comercializador— al cierre del primer trimestre del año 316 mil 989 unidades, que representa el 15 % del acumulado anual. Más adelante, argumentó que no hay retrasos y la producción marcha con buen ritmo.
En esa misma línea, Silva Herrera puntualizó que “este año tendremos, a partir de lo que ya está contratado, un aseguramiento superior a lo que tuvimos en el 2013. Se da seguimiento mensualmente al comportamiento de lo contratado y de la comercialización, como parte de la nomenclatura de productos del Programa de Materiales para la Construcción. Es algo que debemos continuar monitoreando”.
¿Por qué entonces el desabastecimiento?
Entre las causas de la ausencia de los productos, este directivo del MINCIN señaló que puede existir lentitud en el ciclo de reaprovisionamiento, el cual no es fijo y varía en dependencia de cada contrato firmado entre la unidad y el proveedor.
En una buena parte, se depende entonces de la pericia de los administradores, quienes no siempre tienen una visión real de la mercancía que les queda y la que necesitan. Por tanto, es necesario “ganar en agilidad durante el ciclo de comercialización, y los directivos deben velar por el cumplimiento de estas normas”.
Pero, ¿será esta la única razón? Según los directivos del MINCIN interpelados, se realizó un estudio de la demanda. ¿Acaso se tuvo en cuenta para establecer las producciones o se contempló en esa investigación el posible incremento de las ventas a partir de la rebaja de precios, como efectivamente se produjo?
Lo cierto es que en la tienda villaclareña El Constructor, Yanely Navarro, su almacenera, declaró que en lo que va de año se ha producido un déficit significativo en la estabilidad de los suministros, comparado con igual periodo del año anterior; aspecto reafirmado por administradores de puntos de venta de materiales de la construcción en la capital. De modo que si la industria ha cumplido con la parte que le toca y al comenzar el proceso había disponibilidad de artículos en los almacenes, la cadena de comercialización ha sido la que ha fallado en este caso.
Pilar Fernández González-Pardo, jefa del Grupo de Venta Minorista de Productos no Alimenticios del MINCIN, comunicó que los herrajes hidrosanitarios se expenden en las tiendas de materiales de la construcción (328 unidades en todo el país, de ellas 39 en La Habana) y en una red seleccionada de MAI en cada provincia.
Sin embargo, nuestro recorrido reveló que al menos una buena parte de la población encuestada desconocía dicha red, un problema que lastra aún más la localización de los productos. A ello se le suma, la falta de preparación de los dependientes para indicar hacia dónde deben dirigirse quienes los requieren.
Por qué focalizar la venta de estos artículos, cuando lo mejor es acercarlos a la población para que se cumpla uno de los principales objetivos por los cuales se implementó la medida de la rebaja de precios: la solución de los salideros en los hogares.
Contradictoriamente, ante este cuestionamiento Silva Herrera dijo que “de diseminar los artículos en todas las tiendas, a la población se le haría más difícil encontrarlos”, pues se atomizarían y lo más conveniente es que las personas identifiquen la red de venta de estos artículos. Sin embargo, también afirmó que hay disponibilidad en almacenes y comercios.
Se infiere que los productos existen, pero no en cantidades que permiten tenerlos a la venta en todos los establecimientos. Bajo esta lógica, la red escogida debería estar bien surtida, mas no fue lo observado por Granma.
RASTROS SEMIVACÍOS
Los funcionarios del MINCIN sostuvieron un nuevo encuentro con este medio de prensa, con el propósito de aclarar que la venta de herrajes hidrosanitarios se prioriza en las Tiendas de Materiales de la Construcción, no así en la red seleccionada de MAI a la cual hicieron referencia en un primer contacto. Ahora significaron que en los Mercados Artesanales Industriales se expendieron durante el 2013, cuando eran artículos de lento movimiento.
Con este nuevo prisma el equipo de prensa indagó en otros establecimientos de venta de materiales de la construcción del país.
En la capital se visitaron 10 puntos de 5 municipios (Cotorro, San Miguel del Padrón, Guanabacoa, Regla y Centro Habana), y solo en uno de los establecimientos, la tienda San Francisco, de San Miguel del Padrón, se encontró variedad (7 de 11 artículos).
En el resto, no pasaron de tres, incluso, en algunos lugares como las tiendas Monterrey (San Miguel del Padrón), La Única (Guanabacoa), 10 de Octubre (Regla), y No. 2 (Centro Habana), solo tenían presencia de un artículo. En la dependencia El Mikito (Guanabacoa) no existía ningún surtido de herrajes hidrosanitarios.
“En 2014 no ha entrado casi nada. Solo latiguillos de ½ x ½, unas pocas llaves de ángulo que ya se agotaron, y módulos de herraje, lo único que queda en almacén. No se cumple el plan de abastecimiento, tengo el almacén vacío. Hoy yo no puedo decirle a los clientes qué va entrar ni cuándo se hará”, refirió Abel Milián Capote, administrador del punto de venta No. 2 de Centro Habana.
Por su parte, Enith Morales, administradora de El Mikito, explicó que al anunciarse la rebaja solo contaba con unos pocos grifos de fregadero y llaves de empotrar, insumos que se agotaron en cuestión de días. Aunque los pedidos están hechos, en lo que va de 2014 su unidad no ha sido reabastecida con ningún tipo de herraje.
En la pesquisa varios administradores de las tiendas visitadas, reconocieron que productos muy demandados como el latiguillo y los grifos para fregadero, se agotaron en poco tiempo y no han sido reaprovisionados. De igual forma, desde antes de la rebaja sus inventarios ya carecían de cinco o seis surtidos de herrajes hidrosanitarios.
“Necesitamos un ciclo de abastecimiento eficiente. Se rebajaron los precios y la población los aceptó, pero cuando nos visitan y no encuentran lo que buscan se van decepcionados”, acotó Joel Castro Brito, jefe de almacén de la tienda 26 de Julio, en el Cotorro, una de las pocas que contó al momento de la visita con tres tipos de herrajes.
En la provincia de Villa Clara se acudió a la tienda El Constructor, en la cual su administrador Delvis Cordero significó que entre los renglones más deficitarios se encuentran los herrajes utilizados en las conexiones de la red hidrosanitaria. Las causas fundamentales de las irregularidades en la venta señaladas por él, son las contrataciones deficientes, entregas tardías por los productores y los problemas de calidad.
VÁLVULAS DE ESCAPE
En la pesquisa se constató que un elemento tan solicitado como el latiguillo, ausente en las tiendas estatales, se encuentra en algunos puestos de vendedores ilegales en sus diferentes medidas, y obviamente por un valor muy superior al que se comercia en los establecimientos del MINCIN. Por solo mencionar un ejemplo, en uno de los lugares visitados encontramos el latiguillo de ½ x ½ pulgada, a un precio de 100 CUP, cuando en las tiendas su tarifa es de 20 CUP.
Pilar Fernández declaró que en la red existen actualmente un total de más de 18 mil latiguillos, artículo de los menos encontrados en el recorrido por las tiendas en CUP.
A pesar de los altos precios, muchas personas se ven en la necesidad de recurrir a estos revendedores. Es el caso de Yosvani Arcia, quien acudió a un “particular” para comprar un módulo de herrajes para su sanitario: “En los MAI no lo encontré. Los dependientes me decían que el producto estaba agotado desde hace días, y me vi obligado a recurrir a esta persona que amistades mías me recomendaron. Es increíble que productos con una gran demanda se agoten en las tiendas, y demore el reabastecimiento”.
Luisa López, dependienta del capitalino MAI Miralda, señaló que ellos tienen muy claro que no pueden vender más de cinco artículos del mismo tipo a una persona. Sin embargo, reconoce que los llamados revendedores tienen “fórmulas” para agenciarse grandes cantidades de productos.
En este sentido, Silva Herrera alegó que son productos de venta liberada y se pueden comprar los que le hagan falta a la persona, “la administración tiene la obligación de combatir el acaparamiento. Por lo general los administradores conocen quiénes son los revendedores. Muchas veces son los mismos que repiten en el lugar”.
¿Qué falta entonces para frenar esta situación: exigencia, control?
En la investigación se detectó en las tiendas visitadas, en muy pocos casos, una presencia superior a más de tres artículos de herrajes hidrosanitarios de diferentes tipos. Sin duda, una situación que evidencia la falta de mecanismos para garantizar un surtido constante, ni siquiera en los puntos de venta de materiales de la construcción, que de acuerdo con los criterios de los directivos del MINCIN, son los sitios priorizados.
Este hecho, evidentemente conspira y va en detrimento de la política de ahorro de agua que se ha propuesto el país.
Los funcionarios entrevistados concuerdan en que las insuficiencias que existen transitan por el factor humano, y por los que tienen que hacer cumplir lo dispuesto, tanto los administradores de las tiendas, la red minorista —que tienen que hacer sus pedidos correctamente, y realizar la evaluación del comportamiento del ciclo de venta—, así como los suministradores mayoristas, a quienes les corresponde asegurar la presencia de estos productos en la red.
Ante esta situación, las medidas adoptadas para paliar los continuos escapes de agua que se generan dentro de las viviendas y centros laborales, pueden tener solo un efecto simbólico de no sellar a tiempo los salideros de la ineficiencia, y dejar abiertos los grifos de los errores humanos.




















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cubitabella dijo:
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