
LAS TUNAS.— Cien mil toneladas de azúcar es una cifra “respetable”. Llegar a ese volumen y seguir incrementándolo, genera alegría. Aun así, no hay satisfacción completa entre quienes hacen zafra en Las Tunas. La provincia debió sobrepasar antes esa importante altura de la escala, pero razones objetivas y subjetivas han conformado una deuda (atraso) que hoy obliga a tensar todas las fuerzas e “hilar bien fino” para ganar tiempo y recuperar producciones.
Tal y como explica Julio García Pedraza, director de la empresa azucarera de la provincia, la zafra no se ha comportado del modo previsto, sobre todo en enero y febrero. La confirmación de esa realidad está en los resultados de marzo, reveladores de una reanimación que reportó en ese mes casi el 50 % de lo acumulado hasta la fecha en el territorio.
Sin pretextos, ni justificaciones, directivos y especialistas coinciden al señalar el adverso efecto que dejó la arrancada tardía en dos de los tres centrales en zafra: Antonio Guiteras y Majibacoa.
A ello hay que añadir un “precioso” tiempo perdido en la industria a causa de roturas e interrupciones operativas; rendimientos industriales por debajo de lo planificado, con el consiguiente empleo de más caña para lograr la misma o incluso menos cantidad de azúcar. Y, para “remojar con broche de oro”: algún que otro inoportuno y en este caso pernicioso aguacero, fundamentalmente en las plantaciones del norte tunero, encargadas de alimentar al Guiteras.
“Aun así, la caña no ha sido problema, ni debe serlo en lo adelante —afirma Julio García. Caña hay. La cosecha y el tiro han tenido un comportamiento muy superior hasta ahora, tanto por el completamiento del balance de equipos como por el desempeño de los hombres y mujeres que toman parte en las distintas labores.
“En realidad fueron mejores la reparación y preparación de la maquinaria, el abastecimiento con piezas, ha habido mayor control, chequeo, seguimiento… y todo eso conlleva a que estemos entre las provincias con menos tiempo perdido por esa causa.”
Visto de esa manera el asunto, todo indica que el rumbo, trayectoria o resultados finales estarán más sujetos a dos factores: el comportamiento del clima (ojalá sin lluvias que “empantanen” el avance) y la capacidad que ponga a prueba a trabajadores e industria para estabilizar molidas, particularmente en Majibacoa y Amancio, teniendo en cuenta que el gigante portopadrense Antonio Guiteras ha estado ofreciendo mejores muestras ya de su poderosa pegada.
El reloj, sin embargo, avanza. Abril y mayo son determinantes para las aspiraciones productivas de una provincia cuyo peso siempre “pesó” bien sobre la azucarada balanza del país. Hora es de que Las Tunas se sacuda y haga que “llueva” caña en el campo y más azúcar dentro de la industria.
Con vistas a ello, la empresa está apretando clavijas en la siembra de la gramínea (básicamente en el despoblado sur), traza estrategias para adelantar o garantizar con tiempo el armado de molinos e incluso lleva adelante ya, in situ, una paralela y emergente preparación de quienes dirigen y de quienes hacen la zafra.
Muy bueno será que todo ello conduzca al salto que se pretende dar aquí en futuras contiendas. Y mucho mejor, si en lo que resta de la actual los centrales aseguran la estabilidad que tanto necesita, para bien de todos, la economía del país.
COMENTAR
Fidel Alonso dijo:
1
12 de abril de 2014
10:00:38
Danel dijo:
2
12 de abril de 2014
10:47:49
Pastor dijo:
3
12 de abril de 2014
13:47:57
Marcela G. dijo:
4
12 de abril de 2014
14:48:34
Pastor dijo:
5
13 de abril de 2014
20:49:35
Responder comentario